¿Qué veo? En El dilema de Lincoln, el prócer norteamericano abandona el mármol, convertido en un político astuto y eficaz
En los cuatro capítulos de este notable documental aparecen voces que cuestionan las versiones más conocidas del papel del presidente de Estados Unidos en torno a la abolición de la esclavitud
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El dilema de Lincoln (Lincoln’s Dilemma, Estados Unidos/2022). Dirección: Barak Goodman, Jacqueline Olive. Disponible en: Apple TV+. Nuestra opinión: muy buena.
No hay tantos personajes de la historia de los Estados Unidos que aglutinen a su alrededor el consenso social que distingue a Abraham Lincoln. Pero una nueva serie documental de Apple TV+ plantea algunos matices, en sintonía con la ola de revisionismos que caracteriza a esta época. El dilema de Lincoln cuenta cómo fue el tortuoso camino para llegar a la aprobación de la decimotercera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que abolió la esclavitud en todo el país en 1865. Resalta el coraje, la determinación y la profunda empatía que guiaron a ese aplicado abogado de Kentucky que fue presidente durante cuatro años y, como otros grandes protagonistas de la historia norteamericana, terminó asesinado a sangre fría. También su enorme astucia para entender los vaivenes de la política.
La conexión con el presente aparece explícitamente en la serie a través de algunas imágenes del asalto al Capitolio de enero de 2021 y de los manifestantes que, un año antes en Washington DC, criticaron a Lincoln por no considerarlo un verdadero abolicionista y pidieron remover un monumento construido en su memoria.
Pero el grueso del documental está dedicado naturalmente a reconstruir una narración sobre el pasado. El principal objetivo del presidente en aquellos años tumultuosos (su mandato estuvo dominado por el dramático desarrollo de la Guerra de Secesión), nos dice El dilema de Lincoln, era preservar la unión nacional. La abolición de la esclavitud era, en principio, solo una condición necesaria para lograrlo. Queda claro que Lincoln era antes que nada un buen político, capaz de articular corrientes divergentes e interpretar su época para conseguir las metas que se proponía, destinadas a consolidar el bien común. Un pragmático, más que un prócer infalible, como lo ha pintado la versión histórica más extendida, cercana a la hagiografía.
Aunque terminaron como oponentes en la Guerra de Secesión, Lincoln y Robert E. Lee, general del Ejército Confederado de Virginia del Sur, pensaban a la esclavitud como un problema moral y supusieron durante un buen tiempo que una solución posible era liberar a los esclavos y enviarlos de regreso a los territorios de África y América Central de los que provenían. “El mensaje era ‘deberías ser libre, pero no aquí’”, explica con claridad meridiana la historiadora de la Universidad de Howard Edna Greene Medford en la serie, que además de testimonios disímiles de diversos especialistas agrega al menú informativo titulares de periódicos, fotografías de archivo, secuencias animadas, imágenes CGI de Lincoln, escritos y discursos del presidente leídos por el actor Bill Camp y una voz en off muy precisa y elocuente de Jeffrey Wright, actor de la serie Westworld y de la nueva Batman.
Uno de los esfuerzos principales de los responsables de El dilema de Lincoln (los directores Barak Goodman y Jacqueline Olive) estuvo centrado en correr a este presidente de personalidad inestable y enigmática del lugar del superhéroe que muchas veces le fue asignado. Y para eso apelaron a una generosa variedad de testimonios que cuentan una historia alternativa, sobre todo los que provienen de afroamericanos. Periodistas, historiadores y activistas aportan ideas que se entrelazan con las que la serie toma directamente de Abe: Abraham Lincoln in His Times, celebrado libro de David S. Reynolds, autor de una biografía de Walt Whitman que también privilegia el contexto que produjo a ese gran poeta.
Lincoln aparece en la serie como líder militar, como experto abogado y sobre todo, como político empeñado en unificar una nación fracturada. Pero no todos los que opinan en los cuatro capítulos del documental dicen lo mismo. Porque más que confirmar sesgos, El dilema de Lincoln busca ampliar el registro histórico. Y en esa ampliación es clave el papel de Frederick Douglass, abolicionista afroamericano de Maryland que tuvo un papel importante en la discusión política de la época y más de una vez incentivó a Lincoln a entrar en acción con sus cuestionamientos, sus sugerencias y también sus muestras de complicidad, cuando pensaba que eran oportunas. Douglass fue quien impulsó la idea de permitir que las personas que habían sido esclavizadas pudieran servir en el ejército de la Unión, un proyecto que primero Lincoln rechazó y luego llevó a cabo cuando necesitaba desesperadamente más soldados para un conflicto bélico que se extendió durante cuatro años.
La gran fortaleza del héroe reconstruido por esta serie -una cualidad que con otros matices también resaltaba la película sobre Lincoln que estrenó Steven Spielberg en 2012- fue sobre todo su capacidad para adaptarse a las circunstancias, saber leer su tiempo y moverse estratégicamente en pos de sus objetivos. Como está dicho, su inteligencia para hacer política, en suma.
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