¿Qué veo este fin de semana? Cinco series ganadoras del Emmy
Barry. Bill Hader es el creador, autor, director y protagonista de esta serie de HBO que le acaba de conseguir su segundo Emmy consecutivo en la categoría de mejor actor de comedia. En el ciclo que va por la segunda temporada el graduado de Saturday Night Live y protagonista de IT: Capítulo 2, interpreta a un veterano de guerra con diversos síntomas de estrés postraumático que no logró adaptarse a la vida como civil y cuya habilidad para matar lo convierte en un conflictuado pero muy efectivo asesino a sueldo. Claro que, en medio de uno de esos trabajos que le encomienda Monroe Funches, su amoral padrino interpretado por el brillante Stephen Root (nominado como mejor actor de reparto en comedia), por casualidad Barry descubre su verdadera vocación: la actuación. Así, a partir de las clases que imparte el egocéntrico Gene Cousineau (Henry Winkler, ganador del Emmy por este papel en 2018), y sus compañeros de estudio, el protagonista empieza a cuestionarse su profesión y el rumbo que le dio a su vida. Una crisis existencial que debe transitar mientras la mafia chechena de Los Ángeles le sigue los pasos. Disponible en HBO Go/Flow. Dos temporadas.
Así nos ven. Con 16 nominaciones a los Emmy esta miniserie de Netflix es uno de los ciclos más notables de 2019. Más allá de que el domingo se haya quedado con un solo premio–el merecido reconocimiento a mejor actor de miniserie para Jharrel Jerome–, lo cierto es que los cuatro episodios relatan con pericia y mucha crudeza el caso de los Cinco de Central Park, como fueron denominados por la prensa de los Estados Unidos los jóvenes Kevin Richardson, Antron McCray, Yusef Salaam, Raymond Santana y Korey Wise que en abril de 1989 fueron erróneamente acusados de la violación de una mujer en el parque. Creada y dirigida por Ava DuVernay la miniserie detalla paso por paso la vida de los cinco adolescentes desde sus despreocupadas aventuras en Harlem, sus arrestos, los interrogatorios en los que fueron presionados para admitir un crimen que no habían cometido, su vida en prisión y sus experiencias fuera de la cárcel una vez que el verdadero culpable confesó el crimen y las pruebas de ADN confirmaron la inocencia de los cinco. Disponible en Netflix.
Killing Eve. Cuando los festejos por el triunfo de Sandra Oh en los Globo de Oro como mejor actriz de drama por su trabajo en esta serie se iban aplacando –también estuvo nominada al Emmy esta semana– muchos empezaron a hacer campaña por Jodie Comer. Sin ella, sin su misteriosa, fascinante y letal Villanelle, Killing Eve no tendría mucho sentido y sin el duelo actoral entre Oh y Comer tampoco. La insistencia dio sus frutos y la actriz británica consiguió la nominación y el premio gracias a una segunda temporada, disponible desde pasado mañana en Paramount Channel, en la que su personaje pasa de perseguidora a perseguida. El policial creado por Phoebe Waller-Bridge le dio una nueva vida, nuevas formas al género al presentar a dos personajes femeninos tan inteligentes y capaces en su trabajo como complejos en su vida personal. La Eve Polastri que interpreta Oh no sabe muy bien lo que quiere pero lo quiere ya. Su trabajo como agente relegada a un escritorio en la agencia secreta británica la aburre hasta que descubre que ese asesino que está dejando un reguero de cadáveres por toda Europa podría ser una mujer. La chispa se enciende y el vínculo entre la agente y la asesina se construye episodio a episodio hasta que es imposible pensar en una sin la otra. Disponible en Paramount Channel/ Flow. Dos temporadas.
A Very English Scandal. Una historia real transformada en una miniserie que reconstruye unos hechos que parecen inventados. Pero no lo son. Con la dirección de Stephen Frears y los guiones de Russell T. Davies (Years and Years), los tres episodios cuentan la relación y el subsiguiente alejamiento derivado en intento de asesinato entre el político Jeremy Thorpe, interpretado por un brillante Hugh Grant, y Norman Scott al que Ben Wishaw, ganador del Emmy a mejor actor de reparto en una miniserie, le otorgó la justa medida de valor, sensibilidad y una inestabilidad emocional que explica, en parte la tumultuosa relación que lo unió a Thorpe después de terminado su romance. Con un tono humorístico derivado de muchas de las reacciones de Scott y el malogrado plan elaborado por el ambicioso político para matarlo, la miniserie logra darle apropiado contexto al relato centrado en el modo en que la sociedad británica de los años setenta lidiaba con la homosexualidad y como las diferencias sociales entre el encumbrado Thorpe y su amante. Disponible en Flow.
Ozark. En principio el hecho de que Jason Bateman, conocido por su trabajo en la comedia televisiva Arrested Development y las películas Quiero matar a mi jefe y Noche de juegos, entre otras, fuera el protagonista de un drama policial de esos que requiere que sus personajes principales encajen en el modelo de antihéroe fundado por Los Soprano y renovado por Breaking Bad, ya suponía un ajuste para los espectadores. Que Bateman además sea uno de los productores del programa y director de ocho episodios pudo desconcertar a más de uno. Sin embargo, después de dos temporadas y otra más en producción, los votantes de los Emmy reconocieron la versatilidad del actor y realizador que el pasado domingo se llevó el premio a la mejor dirección de una serie dramática. A la estatuilla de Bateman se sumó la que ganó Julia Garner, elegida como la mejor actriz de reparto. En Ozark, Garner, a la que algunos reconocerán por su papel de una adolescente tan inteligente como vulnerable en The Americans, interpreta a Ruth Langmore, una joven criada en una familia dedicada al crimen que cree que al asociarse con Martin Byrde (Bateman), el financista que trabaja lavando dinero para un capo de la droga, podrá cambiar su vida. Disponible en Netflix. Dos temporadas
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