Puerta 7: un viaje a los negocios oscuros que se esconden detrás del fútbol
Dolores Fonzi y Juan Gil Navarro se sumaron al elenco protagónico de Puerta 7, una serie argentina sobre barras bravas y negocios oscuros detrás de la pelota como perfectos desconocidos de lo que es el mundo del fútbol en la Argentina. Lo confesaron ayer en la redacción de LA NACION durante el programa +Info, de la señal LN+, conducido por Diego Laje. Allí anticiparon detalles de esta primera temporada de ocho episodios que estará disponible para los abonados de Netflix a partir del próximo viernes y que forma parte de un ambicioso plan de producciones y lanzamientos originales del gigante del streaming en el país (ver aparte). Nadie lo reconocerá abiertamente aquí, pero esta historia está lejanamente inspirada en lo ocurrido en el Club Atlético Independiente cuando Florencia Arietto fue convocada, en un hecho inédito para la historia del fútbol profesional de la Argentina, para hacerse cargo del área de seguridad en una institución jaqueada en su momento por el temible poder de las barras bravas y sus negocios.
–¿Sabían algo de este tema o estaban metidos en estas cuestiones antes de ser convocados?
Fonzi: –Yo soy cero futbolera. De repente aparezco simpatizando con algún cuadro por conveniencia para sobrevivir a alguna reunión social [risas]. Pero me da lo mismo, no veo fútbol. Obviamente, conozco lo que pasa con los clubes y las barras, pero fui aprendiendo sobre la marcha. Pude ver en un documental que los jefes de las barras bravas son verdaderos personajes. En la serie aparece uno de ellos, interpretado por Carlos Belloso. Eso me ayudó a entender cómo actuaba esa gente y por qué mi personaje llega a la historia para enfrentarse con esa gente tan corrupta.
Gil Navarro: –Yo tampoco soy futbolero. Cuando era chico era de River porque mi abuela, socia vitalicia, me llevaba a la cancha. Pero no miraba el partido sino a ella gritando y alentando. El show era para mí lo que pasaba en la tribuna.
–¿Cómo es tu personaje, Dolores?
Fonzi: –Diana es una mujer llamada por el club para hacerse cargo de la seguridad. Quiere hacer las cosas bien y está convencida de que limpiando el club de barras va a conseguir lo que siempre busco: que el club, que se llama Ferroviarios, sea un espacio social y pueda ser disfrutado por las familias. Tiene una esperanza y una ilusión, quizá muy inocente, y no tarda en darse cuenta de que se le viene algo enorme en contra.
–¿Y el tuyo, Juan?
Gil Navarro: –Antes de que me convocaran no tenía mucha idea de lo que hacía el tesorero de un club de fútbol, que es mi personaje. Hasta que alguien me lo explicó y me sorprendí. Y enseguida pensé en un par de nombres... Concretamente, estoy en la historia para embarrarle la cancha a Diana. .
–Estamos entonces de nuevo en una clara historia de buenos y malos.
Gil Navarro: –Es un western que transcurre dentro de una cancha de fútbol.
–Los afiches de Puerta 7 son muy explícitos e incluyen una frase muy futbolera: "La pelota sí se mancha". ¿Así funcionan las cosas en esta ficción?
Fonzi: –Tenemos a la vista varios casos reales que vienen anticipando esta situación.
Gil Navarro: –Es una pasión casi religiosa que se mezcla con otras cosas. Adrián Caetano, el director, que sí es un apasionado del fútbol, sabe caminar como ninguno sobre ese filo de la pasión llevada casi al extremo de la locura. Sabe muy bien lo que le pasa cada personaje, bueno o malo, respecto de lo que siente por ese club, Ferroviario Fútbol Club.
Fonzi: –Guillermo, el presidente del club, que interpreta Antonio Grimau, me va a convocar para que le dé una mano en su propósito de cambiar las cosas. Después se asusta como todos, porque lo que quiere hacer Diana es enorme. Y mientras trato de hacerlo, él se mueve en las profundidades con unos manejos que mi personaje desconoce por completo.
–¿Cómo exploraste, Dolores, las cuestiones de género y el lugar de la mujer en un mundo tan dominado por los hombres?
Fonzi: –Fue lo que más disfruté cuando me llegó la propuesta. Caer como una especie de extraterrestre en un mundo en el que nadie está acostumbrado a ver a una mujer con tanto poder de decisión. En el mundo del fútbol la mujer es un objeto con un papel muy marcado. Diana trata de cambiar las cosas no desde un lugar de género, sino haciendo lo que a ella le parece que es lo correcto. Me regocijaba mucho el solo pensar que mi personaje llegaba el club de la mano de su novia, porque tiene una pareja mujer, plantándose frente a la barra para imponer ciertas reglas.
–Puerta 7 es una producción local original de Netflix que llevó adelante Pol-Ka, con un showrunner argentino, Martín Zimmermann, que trabaja fuera del país. ¿Significa algo distinto para ustedes este hecho? .
Gil Navarro: –Si entendés que tenés un auto para correr en un circuito de Fórmula 1 la única regla general que se impone es el deseo y la voluntad de hacer las cosas bien. No encontramos un manual que nos dijera lo que había que hacer y cómo. Todo estaba bien dispuesto, sobre todo cuando en el set está un director como Caetano. Cuando eso pasa, la cámara capta lo que pasa en 360 grados, no sólo a través de lo que tiene adelante. Vi mucha concentración en todos.
Fonzi: –Con toda esta mezcla de aportes el proyecto se potencia. Entra Pol-Ka, entra Netflix. Y cuando llamás a Caetano ya sabés lo que va a pasar. Hay un consenso muy visible desde el principio y que queda plasmado en lo que terminás viendo después. Sorpresas ya casi no hay, después de 20 años de trabajar en esto. Lo bueno es que Netflix va recurriendo a productoras locales para llevar adelante proyectos muy interesantes en un momento en que la actividad no es muy abundante.
–Hay muchos nombres fuertes detrás de Puerta 7. Caetano, Zimmermann, Adrián Suar. Siempre existe el riesgo de que voces tan influyentes se superpongan y eventualmente choquen. Ustedes no vieron eso.
Fonzi: –Son eslabones que van articulando diferentes aportes a la historia. Y ya hice una película para Netflix que todavía no se estrenó que responde a la misma matriz.
–Cuál es la diferencia entre trabajar para una productora local y para Netflix. ¿Se plantean las cosas del mismo modo o es diferente?
Fonzi: –Netflix es uno estudio nuevo. Con una estructura en principio y en esencia similar a lo que eran los estudios de la época de oro del cine. Aunque todo se va transformando porque la tecnología y las plataformas, obviamente, están mucho más a mano y se hacen accesibles para muchísima más gente. Netflix es el nuevo estudio, a imagen y semejanza de los tradicionales pero en este nuevo tiempo del entretenimiento.
Gil Navarro: –Es justamente la tecnología la que te brinda esa posibilidad.
Fonzi: –Se trabaja de la misma manera que antes, me parece, en cuanto a exigencias. Si uno está con un director o una directora que le gusta, actuando en una historia que está buena, lo vas a hacer con gusto y con entusiasmo se trate de un estudio tradicional de cine, de Netflix, o de un espacio independiente del teatro off.
–Sabemos que Adrián Caetano se mueve como ninguno en el mundo de lo que podríamos asociar con la marginalidad social. ¿Estamos ante una historia que se desarrolla en un universo parecido al de experiencias anteriores del mismo director?
Fonzi: –Es inevitable hablar de barras y de fútbol y referirnos al mismo tiempo al lugar que los contiene. Del espacio en el que ambos se mueven y crecen. Todo eso está ligado al fútbol y también a los barrios en donde hay muchas necesidades sociales. Entonces resulta imposible separar un tema del otro. Igualmente, siento que esta serie no está enfocada solamente en ese retrato social de lo que podríamos llamar marginalidad. Lo más importante de Puerta 7 es mostrar cómo se desenvuelve y se va desplegando esa red de poder que lleva a cada personaje, al mío, al de Juan, a tratar de obtener y alcanzar su propio beneficio. En mi caso, el objetivo es tratar de rescatar y ayudar a los pibes del barrio. En el caso de Juan, las metas tienen que ver con asuntos mucho más turbios.
–Más que una historia ambientada en el mundo del fútbol sería un relato sobre mafias y poderes... Más cerca de El padrino que de cualquier relato deportivo.
Fonzi: –Exacto. Y la serie no es condescendiente con el mundo de la marginalidad. No hay una visión romántica o idealizada de ese espacio. Tampoco existe acá la intención de concientizar sobre el tema. Puerta 7 es una historia mucho más picante. Es contar cómo se mueven las barras bravas dentro de un club de fútbol y cómo repercute todo esto en la vida de una institución. Yo no conocía nada de todo esto. La verdad es que lo fui aprendiendo mientras hacía la serie.
Gil Navarro: –Donde se mueve mucho dinero siempre hay tensiones y juegos de poder. Si llevamos esta historia al plano shakesperiano, estamos frente a un castillo. Todos y cada uno tienen allí una intención concreta y la van modificando en función de lo que pueden ir sacándole a los demás. En Puerta 7 no hay ni buenos ni malos en el sentido absoluto. Y la verdad es que hace tiempo que no tenemos malos o buenos absolutos en una ficción.
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