Cuáles fueron los títulos que generaron grandes expectativas y, finalmente, tuvieron una recepción más bien tibia por parte del público
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Los balances de fin de año suelen destacar a lo mejor de la temporada, a aquellas producciones que brindaron alegría y fueron motivo de festejo por su gran calidad. Se trata de relatos que quedarán atesorados en el corazón del público y que, probablemente, sean visitados por las generaciones venideras. ¿Pero qué pasa en la vereda opuesta? Ahí se encuentran las historias que decepcionaron, piezas que prometían mucho pero que lograron poco. A continuación, un repaso por algunas de las grandes apuestas del 2022 que no terminaron de cumplir con las expectativas.
House of the Dragon / El Señor de los anillos: Los anillos del poder
El 2022 prometía ser una vuelta a lo grande para la fantasía. Dos de las ficciones más costosas y promocionadas de la temporada hacían de los elfos, los dragones, los aventureros y las criaturas mágicas sus principales ingredientes. Se trataba de dos historias que, mejor aún, no eran competencia necesariamente, sino que se complementaban.
De esa manera, mientras House of the Dragon iba a lucir un tono amargo, de caballeros despiadados y guerras internas sin cuartel, El señor de los anillos debía entregar una saga anclada en las raíces de J.R.R. Tolkien, un amante de los relatos que hacen de la sensibilidad de sus personajes su mayor tesoro. La fórmula parecía infalible, y el éxito una garantía, pero los resultados no fueron los esperados.
Ante todo, hay que decir que no, que no son malas series, pero sí es innegable que ninguna logró plenamente su objetivo. Muy lejos de monopolizar las redes o convertirse en títulos que el público y los medios recomiendan como de visión obligatoria, ninguna supo desarrollar una personalidad propia, y las primeras temporadas de ambas parecieron un preludio a un segundo año, ojalá, mucho más interesante.
House of the Dragon tomó apenas la cáscara de aquello que se (mal) suponía era el gancho de Game of Thrones: sexo, dragones, violencia y una curiosa obsesión por las secuencias oscuras en las que no se distingue nada. Por su parte, Los anillos del poder se perdía entre escenas chatas, con algo de filosofía new age, y todo acompañado de un despliegue audiovisual que apenas servía de costoso vehículo para unos personajes sin carisma.
En términos de números, las dos ficciones funcionaron dentro de lo medianamente esperado, pero la falta de entusiasmo por parte de los televidentes, evidencia que muchos las vieron más por curiosidad que por convicción. Y si bien la gigantesca maquinaria detrás de ambas hará lo imposible por sostenerlas al aire, al menos de momento es un hecho que ninguna caló demasiado hondo entre el público.
She-Hulk
Las películas de Marvel encuentran en la comedia uno de sus ingredientes más importantes. Sea una aventuras galáctica, un thriller político o una batalla entre ejércitos extraterrestres, el humor siempre está presente como una forma de desdramatizar el conflicto. Por ese motivo, era cuestión de tiempo que una historia de ese universo hiciera de la comedia su principal carta, y qué mejor que utilizar a She-Hulk como gran embajadora de ese género.
Partiendo de la versión en cómic realizada por el autor John Byrne (una etapa en la que She-Hulk, entre otras cosas, solía romper la cuarta pared), la serie pone al frente a la prima de Hulk (Tatiana Maslany) para encabezar una comedia judicial en la que ella debe luchar contra villanos de lo más estrafalarios, mientras se consolida como una abogada exitosa y, principalmente, como una mujer libre. She-Hulk es descontracturada, hace del público su cómplice y se divierte en un universo colmado de héroes de ceño fruncido. Ella tenía todo para arrasar pero, sin embargo, algo falló.
La enorme cantidad de ficciones Marvel en cine y televisión comienza a agotar a los fans, que siguen con algo de fatiga innumerables historias que cada vez tienen más y más conexiones. Y en ese contexto, She-Hulk llegó muy pegada a Ms. Marvel, otra propuesta que dejó resultados desparejos. Quizá por eso es que los televidentes reaccionaron con tibieza frente a esta propuesta que no encajó tan bien como se esperaba.
Tatiana Maslany, más allá de su talento, no terminó de encontrarle un registro ideal a la gigante esmeralda, las tramas no alcanzaban ningún clímax y las figuras invitadas no pudieron lucirse del todo, tal como sucedió con Daredevil (Charlie Cox). She-Hulk pudo abrir una nueva puerta dentro de Marvel, pero de momento, todo indica que el mejor exponente del humor superheroico aún es Deadpool.
Lightyear
Toy Story es un éxito por sí mismo. Las películas dirigidas por John Lasseter componen una trilogía sólida como roca, y debido a eso es que parecía imposible que dicha franquicia fuera cuna de un producto destinado al fracaso... Hasta que llegó Lightyear.
El film realizado por Angus MacLane, que encajó de forma confusa en la continuidad de Toy Story, tomaba como punto de partida a un valiente astronauta que, junto a su equipo, quedaba varado en un inhóspito planeta. A partir de ahí, Buzz (Chris Evans) se enfrentaba a peligrosas criaturas, en una misión en la que debía encontrar la forma de salvar a sus colegas del Comando Estelar.
Al momento de sentarse en la butaca del cine, una gran parte del público no entendía bien qué iba a ver, si era la historia de un juguete, un reboot de la saga o una reversión del héroe en clave ciencia ficción. Y si bien un cartel indicaba que Lightyear era la película que el pequeño Andy (dueño de Buzz y Woody en Toy Story) había visto de niño, la idea de ver la película adentro de la película no parecía tener demasiada razón de ser. Para colmo, el film tuvo una absurda campaña en contra, promovida a partir de un beso entre un matrimonio compuesto por dos mujeres.
Lightyear fue un experimento que no funcionó, pero que ojalá no sea el último en su especie. Porque el futuro puede que no sea Buzz adentrándose en planetas lejanos, sino Pixar sumergiéndose en propuestas de animación orientadas a un público más adulto.
Paper Girls
El cómic de Brian K. Vaughan y Cliff Chiang es un suceso dentro de la escena de la historieta independiente. Paper Girls es una pieza de ciencia ficción que transcurre en los años ochenta, en la que un grupo de chicas canillitas, durante una noche de Halloween, se involucra en una guerra galáctica de la que participan algunas de sus versiones adultas. Se trata de una lectura adictiva, un relato de mil vueltas de tuerca que remite a una sensibilidad heredada de Los Goonies y otras aventuras de esa época.
Frente a ese éxito, el anuncio por parte de Prime Video de una versión adaptada generó mucha expectativa. Y así como esa señal buscó con El señor de los anillos tener su Game of Thrones, con Paper Girls aspiraba a tener su propia Stranger Things. Pero nada de eso sucedió. Si bien los primeros episodios no son malos, la versión televisiva de ese cómic no tarda en desinflarse, y toda la frescura de la historieta se pierde en el traspaso a la pantalla chica. Las vueltas de tuerca resultan forzadas, las actuaciones no son las mejores, y lamentablemente, los efectos no están a la altura de la épica.
Muy lejos de las promesas de grandeza,Prime Video no logró un buen producto con Paper Girls, y una propuesta que pudo durar varias temporadas fue cancelada poco después de su estreno.
Morbius
Este título es hacer trampa, porque la verdad es que no había muchas expectativas puestas en este film. Pero a pesar de eso, Morbius fue tan mala que incluso defraudó a quienes no esperaban absolutamente nada.
Teniendo en cuenta que Sony tiene los derechos sobre los personajes satelitales de Spider-Man, esa productora no deja de cocinar largometrajes basados en cualquier héroe o villano que haya aparecido en las páginas del trepamuros. De hecho, tiene pautada una catarata de películas basadas en personajes secundarios (Venom) o “tercerones” (Morbius, y las futuras Madame Web y Kraven el Cazador). Y aunque Spider-Man no aparece en ninguno de estos films, Sony no deja de apostar por este universo que, de momento, no dio grandes resultados. Jared Leto, en tanto, no conforme con hacer un Joker para el olvido, quiso también hacer la peor interpretación posible de un pseudo villano.
La verdad es que en Morbius está todo mal, y el largometraje es un verdadero pasticho que, para sorpresa de nadie, fue uno de los mayores fracasos de taquilla del 2022. En muchos aspectos, este film representa la peor cara del cine de superhéroes, películas mal realizadas que apelan a llevar espectadores a una sala, bajo la única premisa de mostrar a un personaje volando y peleando. Porque como es sabido, en buenas manos, los superhéroes son mucho más que eso.
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