Premios Emmy: por qué en 2022 llega la primera ceremonia verdaderamente global en la historia de la TV norteamericana
Entre los más nominados figura la popular serie coreana El juego del calamar, representante de un nuevo modo de concebir la producción televisiva
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Cuando se trata de intentar predecir con alguna precisión lo que podría suceder en una entrega de premios uno debería recordar siempre que por más esfuerzos de producción que se hagan, la TV en vivo -esa especie en extinción- siempre se reserva sorpresas. No hace falta hacer demasiado esfuerzo para recordar aquella ceremonia de los premios Oscar en 2017 en la que se confundieron los sobres con el título de la mejor película y lo sucedido en marzo pasado entre Will Smith y Chris Rock en plena entrega todavía está fresco en la memoria de los espectadores. Y esas sorpresas fuera de guion ni siquiera tuvieron demasiado que ver con los premios mismos.
Por más que muchos lo intenten, acertar o no el destino final de las estatuillas doradas no es una ciencia exacta. Lejos de eso, con los premios Emmy a la vuelta de la esquina -se entregan el próximo lunes 12 de septiembre en Los Ángeles y los transmitirán TNT Series (idioma original) y TNT (doblado)-, el reconocimiento a la notable y nutrida producción televisiva de 2021 no admite demasiadas certezas. Sin embargo, aun si no se lleva ni uno de los muchos premios para los que fue nominada hay una serie que, pase lo que pase, ya ganó: El juego del calamar.
Nominada en las categorías principales -drama, actor principal, actores de reparto, guion y dirección- y ya poseedora de cuatro estatuillas en rubros “técnicos” que se entregaron este domingo -diseño de producción, efectos visuales, dobles de riesgo y actriz invitada, reconocimiento que convirtió a Lee Yoo-mi en la primera intérprete coreana en ganar un Emmy-, lo cierto es que la ficción de Corea del Sur consiguió una medalla que ninguna de las otras series en competencia podrá tener. Y es que El juego del calamar se convirtió en la primera ficción de habla no inglesa en participar de igual a igual en los premios que entrega la Academia de TV de Hollywood, pro también en un símbolo del futuro del medio. Un avatar de proyectos por venir que no importa si se conciben en Seúl, Varsovia, Ciudad del Cabo o Buenos Aires, serán globales sin perder su identidad local.
Casi como si se tratara de un mapa de la ruta por seguir en el futuro de la producción televisiva y el universo del streaming, la exitosa fórmula creativa de El juego del calamar da cuenta también de un presente en pleno cambio en el que la idea de la aldea global es cada vez más concreta gracias a las plataformas con Netflix a la cabeza, pero no limitadas a ella.
Algunos dirán, con razón, que la producción de contenidos en Corea del Sur, Polonia, Turquía o Italia, por citar a territorios de gran llegada e impacto en el público de todo el mundo, ya lleva años conquistando al público global con propuestas tan originales como entretenidas, además de muy rentables para sus productores. Sin embargo, es innegable que, al menos por ahora, la cultura popular global sigue registrando a Hollywood como su centro y un éxito allí crea un efecto dominó irreproducible desde otras latitudes. Así, después de décadas de atrapar a las audiencias de todo Asia, buena parte de Europa del Este y los países árabes, la producción coreana alcanzó la estratósfera cuando Netflix decidió invertir en ella.
Los resultados están a la vista: además de los premios con los que podrá alzarse el equipo de El juego del calamar, las series de Corea del Sur ocupan un lugar inédito en la dieta de consumo de los espectadores en buena parte del mundo. Así, esta semana en la lista de las ficciones más vistas en la Argentina que elabora Netflix figuran dos series hechas en Seúl: Woo, una abogada extraordinaria en el sexto puesto y Un caballero y una joven dama, en el noveno. El interés, claro, no es solo local: Woo, una abogada extraordinaria, la emotiva historia de una mujer en el síndrome autista que cumple su sueño de dedicarse al derecho, está en el top 10 de otros 45 países. Y la recientemente estrenada en la plataforma Un caballero y una joven dama, telenovela más bien tradicional de 52 episodios, figura entre las favoritas en más de veinte territorios distintos.
Está claro que la feroz competencia en la que están sumidos los sistemas de streaming los obligó a pensar y buscar más allá de lo conocido y probado. El idioma dejó de ser un impedimento, lo mismo que las estructuras de producción específicas de cada región. Las plataformas dieron varios pasos hacia adelante de lo que la industria televisiva solía entender como producción global. Si tradicionalmente la avenida que conectaba a Hollywood con el mundo tenía una sola dirección, de Los Ángeles hacia el resto del planeta, las plataformas inauguran autopistas con muchos carriles y diferentes manos. Ya no se trata solo de comprar formatos (aunque por supuesto esa forma del negocio sigue existiendo sobre todo en la TV lineal, tal como lo demuestra el inminente ciclo ¿Quién es la máscara? de Telefe, basado en un programa de entretenimientos de Corea del Sur), sino de formar parte de ellos desde su creación.
Ese nuevo modo explica el hecho de que El juego del calamar haya podido figurar entre las series que participan de los premios Emmy. Según las reglas de la Academia de TV de Hollywood, los programas no hablados en inglés o realizados fuera de los Estados Unidos son elegibles para los galardones solo si son coproducidos por una empresa norteamericana y si fueron pensados desde el inicio para ser estrenados allí. Esa regla que solía ponerse en práctica cuando se trataba, por ejemplo, de coproducciones entre un estudio estadounidense y la cadena británica BBC ahora se aplicó a una ficción tan coreana como el kimchi de la que Netflix participó como productor desde antes de que se grabara una escena. Y el mismo modelo aplicó también Apple TV+ con la brillante -aunque menos vista- Pachinko, un drama basado en una novela escrita por Min Jin Lee sobre la historia de cuatro generaciones de una familia coreana; pese a que solo recibió una nominación al Emmy por su secuencia de títulos, fue una de las ficciones favoritas del año entre los críticos de todo el mundo y ya tiene segunda temporada confirmada.
Pase lo que pase el próximo lunes en la ceremonia de los premios Emmy que se llevará a cabo en Los Ángeles, no importa quién se lleve la mayor cantidad de estatuillas o quién diga el discurso más emotivo, lo cierto es que como nunca antes y gracias a las nominaciones de El juego del calamar, los galardones más reconocidos de la TV serán verdaderamente globales y darán un paso más hacia la pantalla chica del futuro.
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