Peaky Blinders: las claves de la sexta temporada que ya está disponible y cómo seguirá la historia
La serie británica estrena hoy su sexta y última temporada en Netflix, manteniendo los niveles de violencia y retrato social que la convirtieron en objeto de culto y masivo fenómeno global; protagonizada por Cillian Murphy, cuenta con la participación estelar de Anya Taylor-Joy
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Todo lo que podía salir mal, salió peor. En 1929, fracasado el intento de asesinato del líder de la Unión Británica de Fascistas, con dos de sus hombres muertos y su imperio criminal-económico-político en jaque, Thomas Shelby, líder del clan gangsteril conocido como los Peaky Blinders, corre hacia cámara con el rostro desencajado, apoyando un arma en su cabeza y con el dedo listo para apretar el gatillo. Fundido a negro. Así terminaba la quinta temporada de Peaky Blinders, el fenómeno global que empezó en 2013 como una modesta propuesta británica con destino de nicho. Y así arranca la sexta y última temporada de la serie, que Netflix estrena en la Argentina este viernes 10.
“Lo puntual se va a resolver en los primeros diez minutos del primer episodio -adelanta Cillian Murphy, el actor que interpreta a Thomas Shelby-. Pero todo lo que pase allí va a ser el motor que haga avanzar el resto de la historia hasta el final del programa. Creo, sinceramente, que esta temporada va a ser la más rica, compleja y profunda de todas las que hicimos. Es el cierre, y estoy seguro de que los fanáticos no saldrán defraudados”.
Como ya es costumbre, el argumento pegará un salto temporal de cuatro años al futuro de la trama, hasta plantarse en las postrimerías de 1933, con el fin de la Ley Seca en los Estados Unidos y la sombra de la Segunda Guerra Mundial agigantándose en el horizonte europeo. Sobre este incierto escenario, Thomas enfocará sus energías al redituable tráfico de opio entre el Reino Unido y América, con terminales nerviosas en Birmingham y Boston. Un equilibrio inestable que desatará represalias familiares, ataques de otros grupos mafiosos, el interés del Ejército Revolucionario Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés) y alianzas tan inesperadas como frágiles. Hechos que anticipan traiciones inevitables y el consabido derramamiento de sangre.
“Puede no sentirse como el final, pero definitivamente es el final de cómo los Peaky Blinders llegaron al mundo”, señala Steven Knight, creador de la serie. Principalmente, porque uno de los ejes de la temporada pretende resolver el dilema que aqueja a Thomas: Empezar de nuevo, retomando el nomadismo de sus raíces gitanas; o quedarse en su tierra y concretar la venganza contra todos aquellos que buscaron su caída. “Es un momento bisagra en la historia del programa y en la Historia del Reino Unido -define Knight-. El instante en que la cultura pandillera, los feudos políticos y el fascismo se instalan definitivamente en la conciencia nacional británica. Que coincide justo con la crisis espiritual de Tommy, que siente crecer con mucha fuerza el deseo íntimo de volver a ser ese espíritu libre, sin aquellas ataduras que le genera el mundo reformateado por los avances tecnológicos”.
Lo primero es la familia
Si uno hila muy fino, el núcleo dramático es la historia de una familia de clase trabajadora, en el período de entreguerras. Una familia muy particular, es cierto. Los Shelby, trashumante clan irlandés con sangre y ascendencia gitanas, cuyos hijos pelearon en el frente franco-belga de la Primera Guerra Mundial. De vuelta en su tierra natal, Birmingham, y bajo el liderazgo de Thomas, construyen fortuna y poder alternando actividades ilegales y legales. Primero, formando la pandilla criminal más grande e importante de su tiempo, los Peaky Blinders, lookeados con estilizados trajes, ampulosos sobretodos y la característica gorra irlandesa de forma redondeada, tuneada para esconder navajas entre los pliegues de la visera. Y luego, fundando una necesaria pantalla corporativa, la Shelby Company Limited. Un camino que los llevó de las trincheras al Parlamento Británico, sin dejar de controlar los oscuros callejones y las barricadas populares. Tanto que, de ser perseguidos por el Gobierno británico pasaron a colaborar, en misiones especiales, con la Corona y el propio Winston Churchill.
Según Knight, “la inspiración viene de mi padre y de mi madre. Cuando era chico, me hablaban de su infancia en Small Heath, el barrio con mala fama de Birmingham. En mi imaginación, sus palabras cobraban vida. Por ellos supe que, en los años 20, las calles de los suburbios de Birmingham eran lugares salvajes y maravillosos. Supe también de un grupo de personajes sin ley, adictos al tabaco y al alcohol, que se movían al ritmo de misteriosos ruidos, golpes y martillazos que provenían de las fábricas de autos y de armas, que funcionaban sin parar, todo el año, de día y de noche, derramando nevadas de ceniza sobre las calles ennegrecidas. Allí encontré una fuente de mitos y poesías que, tarde o temprano, iba a convertir en relatos compartidos”.
Uno de esos mitos había sido real y tenía nombre y apellido: Peaky Blinders. Tan rabiosos y despiadados como los ficticios Shelbys, los mafiosos verdaderos dominaron el bajo mundo de la Inglaterra victoriana del siglo XIX, cuando la cuarta parte de la población británica era pobre. No es que la pobreza haya mutado en delincuencia, pero las carencias de todo lo básico terminaron siendo el caldo de cultivo para las pandillas callejeras.
El barrio de Small Heath, en Birmingham, quedó bajo el dominio de los Peaky Blinders, algo así como los Gorros Cegadores, en alusión a los cuchillos que ocultaban en la visera de sus boinas, las mismas que usaban para tajear la frente de sus enemigos y así cegarlos con su propia sangre. Durante cerca de 20 años, entre 1890 y 1910, este grupo se convirtió en la pandilla más importante y estructurada del Reino Unido, hasta que la policía dijo basta y terminó la ola de violencia recurriendo a una violencia mayor. “Tomé esa idea y la instalé en el siglo XX -revela Knight-, porque quería incorporar a la trama el trauma psicológico de los hombres de la clase trabajadora que habían ido a la Primera Guerra Mundial. ¿Qué podía pasar por la cabeza de una persona que había matado (o visto morir) a otras personas de las maneras más espantosas, bajo la protección de la ley y ahora era perseguida por hacer lo mismo en su casa?”.
La Historia dentro de la historia
Odisea proletaria, dramática y colorida, Peaky Blinders tiene la característica de entremezclar hechos históricos con las idas y vueltas argumentales de la ficción. Entre la pobreza y el desempleo creciente, el descontento social fue cruzado por la guerra entre bandas delictivas de Birmingham y Glasgow, el surgimiento del comunismo en el Reino Unido, una revolucionaria renovación sindical, el movimiento independentista irlandés que derivaría en la aparición del IRA, los domingos sangrientos de Dublín y Belfast, la figura de Winston Churchill, la huelga general de 1926 y el crash de Wall Street, entre otros. Y la avanzada racista encabezada por Sir Oswald Mosley, político fundador de la Unión Británica de Fascistas, partido de extrema derecha que se volvió masivo entre finales de los años 20 y principios de la década del 30.
Desde la temporada anterior, Mosley (interpretado por Sam Claflin) viene siendo el gran enemigo del clan Shelby. Tanto, que su fallido intento de asesinato a mano de los Peaky Blinders es el evento que desencadena los hechos de la sexta temporada, en un vertiginoso dominó cuyas fichas caen sobre los hombros de Thomas Shelby. Para Cillian Murphy, “Tommy siempre fue un dandy amoral y cínico en lucha contra la aristocracia y obsesionado con el poder. Pero en los últimos tiempos, por su declarada oposición al fascismo, lo hemos visto reconvertirse de villano en antihéroe. Porque el fascismo es el límite moral que divide sus aguas. Una cosa es el delito, pero otra cosa es el mal. Y el fascismo es el mal con mayúsculas”.
Fuera de la pantalla, los acontecimientos cotidianos terminaron impactando con fuerza dentro de la ficción. Primero la pandemia, que obligó a postergar filmaciones e introdujo cambios en la logística del rodaje. Y después, el fallecimiento por cáncer de Helen McCrory, responsable de interpretar a la Tía Polly, matriarca del clan Shelby y uno de los personajes femeninos más importantes de la serie. Su muerte impuso cambios en los guiones de toda la temporada, ya que Knight se negó a reemplazar a la actriz: “La muerte de un ser humano es la verdadera tragedia de la vida -declaró-. Así que hicimos lo que teníamos que hacer con Polly, lo que correspondía que hiciéramos. Y creo que lo hicimos de la manera adecuada. Lo que pase, marcará un punto y aparte en la familia Shelby. Pero, más allá del hecho en sí, la presencia de Polly seguirá definiendo el ritmo y la naturaleza del clan. Helen fue, es y seguirá siendo un elemento fundamental para Peaky Blinders”.
Lo que vendrá
Definitivamente, el fin de la serie no implica el cierre de la saga. Por lo pronto, quienes quieran sumarse a la pandilla de Birmingham, podrán hacerlo en Peaky Blinders: The King’s Ransom, primer juego de realidad virtual de la franquicia, que saldrá a la venta en Inglaterra en los próximos meses. La trama, ideada por Steven Knight, permitirá al jugador interactuar con los hermanos Tommy y Arthur Shelby, que contarán con las voces de Cillian Murphy y Paul Anderson, respectivamente.
El 27 de septiembre, la violenta épica familiar desembarcará en el escenario principal del complejo teatral Birmingham Hippodrome. Bajo el formato de comedia musical, Peaky Blinders: The Redemption of Thomas Shelby condensará las seis temporadas en un dramático espectáculo de baile, canto, actuación, pirotécnicos efectos especiales y música en vivo, a cargo de la compañía de danza Rambert. Escrita por Steven Knight y dirigida y coreografiada por Benoit Swan Pouffer, la obra enfocará el periplo personal de Thomas Shelby. “La música y el movimiento son parte del corazón de Peaky Blinders -dice Knight-. Y ahora, toda esa palpitante pasión ha sido transformada en algo sorprendente por estos consumados bailarines. Este es el ballet ideal para las personas que no ven ballet”. The Redemption... permanecerá en cartel en Birmingham hasta octubre y después saldrá de gira por el Reino Unido.
Por último, antes de fin de año debería comenzar el rodaje de la película de Peaky Blinders, oficialmente ambientada después de los eventos narrados en la sexta y última temporada de la serie. Con el protagonismo confirmado de Cillian Murphy y Paul Anderson, la trama meterá al clan Shelby en medio de la Segunda Guerra Mundial. “Al principio de todo, me había propuesto que la historia familiar no fuera más allá de 1939 -señala Knight-, pero ya no pienso lo mismo. Contando con un presupuesto cinematográfico, no pude resistirme a abordar esa época en particular. Sé que voy a hacer algo muy bueno”.
Quién es quién
Thomas Shelby (Cillian Murphy): Líder del clan Shelby, rica familia irlandesa de ascendencia gitana. Después de combatir en la Primera Guerra Mundial, regresó con los suyos a Birmingham, donde estableció la pandilla criminal más grande e importante de su tiempo, los Peaky Blinders; y su pata legal, la Shelby Company. Afiliado al Partido Laborista, es miembro del Parlamento británico. Padre de tres hijos, está casado en segundas nupcias con Lizzie Stark, aunque sigue enamorado de su primera esposa muerta. Por su experiencia bélica, sufre de estrés post-traumático.
Arthur Shelby (Paul Anderson): El mayor de los Shelby es la mano derecha de Thomas, tanto en los Peaky Blinders como en la Shelby Company, donde ocupa el cargo de vicepresidente. Combatió junto con su hermano en Francia; y también intenta superar sus traumas de guerra. Adicto a las drogas y el alcohol, su comportamiento es violento, irascible y brutal. Su esposa acaba de abandonarlo.
Polly Gray (Helen McCrory): Matriarca del clan Shelby, tía de Thomas y Arthur. Tesorera de la compañía familiar y miembro fundante de los Peaky Blinders, funciona como oráculo del grupo. Es la madre de Michael Gray
Lizzie Stark (Natasha O’Keefe): La actual esposa de Thomas Shelby supo ser primero su amante y luego su secretaria. En el medio, estuvo comprometida con John Shelby, hermano menor del líder de los Peaky Blinders, asesinado por la mafia italiana. Prostituta retirada, de fuerte carácter y convicciones inquebrantables, forma parte del núcleo decisorio del clan. Tiene una hija con Thomas.
Ada Shelby (Sophie Rundle): Hermana de Thomas y Arthur, es rebelde e idealista. Al principio, no participaba de las actividades ilegales de la familia, pero con el tiempo terminó a cargo de la filial estadounidense de la Shelby Company. Viuda y madre de un hijo.
Michael Gray (Finn Cole): Hijo de Polly, estuvo a cargo de las operaciones de la Shelby Company en los EE.UU., dónde perdió millones en el crack de 1929. Regresó a Inglaterra y fue recibido como un traidor por los Peaky Blinders. Quiere quedarse con el manejo de la compañía familiar; y por eso es uno de los principales antagonistas de Thomas en la sexta temporada. Está casado con Gina Nelson y tiene un hijo.
Gina Nelson (Anya Taylor-Joy): Ambiciosa, inteligente, maquiavélica, arrogante, oportunista y con hambre de poder, está casada con Michael Gray. Es la ideóloga tras la pelea de su esposo con los Peaky Blinders y el intento de tomar el control de la empresa familiar de los Shelby. Tiene un hijo.
Grace Burguess (Annabelle Wallis): La primera esposa de Thomas Shelby supo ser agente encubierta de la Policía de Birmingham, con la misión de atrapar al líder de los Peaky Blinders. Pero se enamoró de él y tuvieron un hijo. Asesinada en la tercera temporada, suele aparecérsele a Thomas en pesadillas y alucinaciones.
Sir Oswald Mosley (Sam Claflin): Uno de los pocos personajes históricos reales que aparecen en la serie. Ministro del Ducado de Lancaster, adjunto del Ministro de Hacienda, asesor del Gabinete del Primer Ministro de Gran Bretaña y diputado por el distrito de Smethwick, que limita con el sur de Birmingham. Fundador de la Unión Británica de Fascistas, partido político de extrema derecha. Es el gran enemigo de los Peaky Blinders desde la quinta temporada.
Alfie Solomons (Tom Hardy): Basado en un personaje histórico del mismo nombre, es el líder de una pandilla judía asentada en Londres. Violento e impredecible, inteligente y calculador, es un negociador nato.
Laura McKee (Charlene McKenna): Miembro del IRA que responde al nombre clave de Capitana Swing. Es la segunda gran antagonista de los Peaky Blinders en esta sexta temporada.
Finn Shelby (Harry Kirton): El más joven de los hermanos Shelby, el único que no combatió en la Primera Guerra Mundial. Traicionó a los Peaky Blinders y, por ello, fue expulsado del clan.
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