Basado en el cómic japonés, el realizador Yeon Sang-ho explica cómo llegó a la pantalla esta adictiva miniserie que ya está disponible en Netflix
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La idea de un ataque alienígena es fuente de innumerables relatos de terror y ciencia ficción. En la televisión, desde clásicos como V: invasión extraterrestre hasta llegar a propuestas más recientes como Falling Skies y El problema de los tres cuerpos, hubo un sinfín de títulos que imaginaron qué podría pasar si la Tierra se convirtiera en el objetivo de una raza alienígena. Y a esa lista ahora se suma Parasyte: los grises, una ambiciosa serie surcoreana dirigida por Yeon Sang-ho, quien habló con LA NACIÓN sobre los secretos detrás de esta nueva producción de Netflix.
Peligrosa invasión
La acción de Parasyte: los grises comienza con los ojos puestos en el cielo. Desde allí se produce una lluvia de misteriosos objetos que pasan desapercibidos, y que pronto se muestran como unas pequeñas criaturas que se abren paso a gran velocidad, reptando por el suelo sin que nadie las note. Uno de esos bichos ingresa a un cuerpo humano a través de su oído, y de esa forma no solo puede controlarlo, sino que también puede modificar la forma de su cabeza, para convertirla en una cuchilla orgánica capaz de destazar a todas las personas que se encuentren a su alrededor. Ese parásito se convierte entonces en el primero de un extenso ejército de invasores, que llegan a Corea del Sur dispuestos a tomar el control de decenas de personas.
Con el correr de los meses, y ante el creciente número de matanzas indiscriminadas, se forma un grupo de élite que se dedica a eliminar a todos esos cuerpos controlados por parásitos. En medio de esa guerra de dos bandos aparece una joven llamada Jeong (Jeon So Nee), quien recibe el ataque de un parásito, aunque de manera fortuita él no logra controlarla por completo. De ese modo, la criatura y la humana deben convivir en un mismo cuerpo, y el invasor le otorga a la joven poderes que le permitirán eliminar a muchos de los parásitos hostiles que intentarán atacarla. Y sobre el rol de esa heroína, el realizador Yeon Sang-ho revela: “Si mirás a Jeong, ella tiene que aprender a coexistir con su parásito, y eso conlleva un proceso en el que dos especies diferentes tienen que entenderse y convivir”.
Una expansión de la historia original
“Esta es una trama que parte desde mi imaginación, entonces esta versión de Parasyte es una expansión del universo de base”, asegura el director en referencia a su serie. Porqué a no confundir, aunque Parasyte: los grises toma prestado los conceptos del cómic japonés homónimo, esta serie no está intrínsecamente vinculada a esa historieta. Sin ánimo de fotocopiar una historia ya creada, Sang-ho imagina más una reversión que una adaptación, como él mismo comenta: “Yo tomé un mundo al que le agregué mi propia mirada. Si bien la trama original se ubica en Japón, yo trasladé esa premisa y pensé cómo afectaría a Corea del Sur esa misma invasión”.
Para ver Parasyte: los grises no es necesario conocer la Parasyte original, ya que se trata de otra saga completamente distinta e independiente, como explica Yeon: “Soy un gran fan del manga original, y disfruté muchísimo su película y su versión animada. Pero esos trabajos siguen muy de cerca los sucesos tal cual como se presentan en el cómic original, así que tener la posibilidad de sumarle a ese relato, elementos propios de mi imaginación, fue algo que me encantó”.
Un mundo como el que presenta Parasyte, con batallas de monstruos que convierten sus cabezas en afilados cuchillos, visualmente supone un verdadero reto. “Si pensás en una serie o en una película en la que tenés algún tipo de monstruo, en el set te vas a encontrar con una imagen o estructura que te permita visualizar esa presencia”, destaca Sang-ho, que luego detalla: “Pero en el caso de las criaturas de Parasyte, en donde por ejemplo tenés tentáculos que nacen de las cabezas de distintas personas, tentáculos que encima están en constante movimiento, la dificultad aumenta y es muy complejo realizarlo de manera digital. Debido a eso es que valoro tanto que este proyecto haya llegado en el momento indicado, porque los efectos digitales a disposición en la actualidad son los que necesitábamos para crear visualmente este tipo de relato”. Y alcanza ver la escena inicial de la serie, en la que un monstruo provoca una verdadera masacre con sus tentáculos, para corroborar la fluidez en los movimientos de esas horrendas criaturas.
Una convivencia de pesadilla, pero necesaria
Como su nombre lo indica, los parásitos que llegan a la Tierra necesitan de un huésped humano para sobrevivir. Por ese motivo es que los cuerpos se convierten en el único vehículo posible para que estas pequeñas criaturas puedan llevar adelante su plan de conquista. Y en el marco de esa propuesta, el director analiza cuál es el timón de su fábula: “En el cómic, el tema que atraviesa a toda la historia es la coexistencia entre humanos y otras especies, todo mostrado con aristas muy filosóficas. Yo quería preservar eso para mi serie, así que uno de los ejes en Parasyte: los grises tiene que ver con la coexistencia”. Sin embargo, Sang-ho destaca la importancia no solo de las personas, sino de la sociedad en la que se desenvuelven sus personajes: “El otro tema que quería agregar es el de los grupos de personas y los modos en los que se organizan los individuos con el objetivo de convivir. Si tenés en cuenta a Kang, el protagonista masculino, él es parte de una pandilla, y lo mismo pasa con Cheol Min, que integra el cuerpo de policía. Y siguiendo esa lógica, los parásitos también representan una organización. Con todas esas ideas en mente, yo quería hablar de los individuos, pero también de la importancia que tienen las organizaciones, y como nos permiten facilitar la convivencia”.
Parasyte: los grises hace foco en un grupo de personajes que debe hacerle frente al invasor, pero también, conciliar la idea de establecer una alianza con uno de esos mismos rivales. A través de esa propuesta, la trama propone giros inesperados, y le otorga una capa de gran riqueza a un tipo de historia que a veces se empantana en el cliché. Como destaca el director, los parásitos aparecen “en un ámbito cotidiano, que resulta muy realista”, y eso transmite un clima de pesadilla muy cercano al espectador. Y ahí es donde reside el secreto que hace de esta miniserie, una pieza horrorosamente fascinante.
Parasyte: los grises ya se encuentra disponible en Netflix
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