Este miércoles llega a Star+ la serie que retrata qué sucedió detrás de la filtración del video íntimo de Pamela Anderson y Tommy Lee
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Pamela Anderson y Tommy Lee fueron una de las parejas más populares del Hollywood de los noventa. El músico y la actriz se robaban la atención de los medios, y la intensidad de ese romance era el tema del que todos querían saber (y hablar). Pero la filtración de un video íntimo grabado en su luna de miel, sacudió la vida privada y pública del matrimonio. Y sobre eso trata Pam & Tommy, la miniserie que estrena Star+, y que echa luz al que es considerado el primer material viral filtrado de una pareja famosa. Por ese motivo, a continuación repasamos ese recordado episodio, y qué tan fiel es la construcción de esta ficción que busca darle profundidad, a una historia trágicamente frivolizada.
Una pareja perfecta
En diciembre de 1994, Tommy Lee y Pamela Anderson coincidieron en una disco. Él era la quintaesencia del rockero de los noventa: baterista de Mötley Crüe, tatuado hasta la médula, amante de la vida nocturna y dueño de una atractiva imagen de “chico malo” (esos de los que Pamela había jurado no volver a enamorarse). En la vereda opuesta estaba Anderson, otro ícono de la época, dueña de una belleza arrolladora, nacida en la cantera de Playboy, y muy asociada a las playas y a esas eternas mallas rojas de Baywatch. Como la serie retrata, que ambos se conocieran y la química fuera inmediata era de esperar, pero sí sorprendió la intensidad de ese romance, que a las pocas semanas se tradujo en un casamiento secreto en Cancún.
La ficción de Star+ muestra la construcción acelerada del vínculo afectivo entre dos personas que primero fueron marido y mujer, y luego empezaron a conocerse. Como una comedia romántica, Pamela y Tommy aprendieron a enamorarse estando casados. De alguna manera, esas dos figuras que son la postal más perfecta del desparpajo de los noventa, eran en realidad dos personas que atravesaban sus propios conflictos. Así lo entiende Sebastian Stan, que en la serie retrata al músico: “Uno se olvida de verlos como seres humanos, porque se enamoraron de una manera muy intensa. Ellos intentaban hacer lo que hace cualquier pareja de recién casados: conectar y compartir, y lo que hacían era problema de ellos, no de nosotros. Pero fueron víctimas de este crimen americano, si quieren llamarlo así, y creo que en algún punto dejamos de verlos como personas porque proyectamos distintas ideas sobre ellos, y no mirábamos un poco más en profundidad”.
Imagen de postal y pasión desbordada, la mecha prendió enseguida y dio comienzo no solo a una historia de amor que redefinió al periodismo de chimentos, sino que también se adelantó a uno de los dramas más amargos que vivirían muchos famosos de ahí en adelante: la viralización de un video íntimo.
Un robo inesperado
En su primer episodio, la serie hace foco en Rand (Seth Rogen), un carpintero destinado a tener un rol crucial en esta trama. Él era uno de los muchos obreros que trabajaba en la gigantesca mansión que compartían Pam (Lily James) y Tommy. Rand se ocupaba de la que iba a ser una de las habitaciones del músico, y por ese motivo, sufría en carne propia los caprichos del artista. “Que la cama sería mejor ponerla ahí”, “que me gustaría un colchón de agua” y varias exigencias más frustraban el trabajo diario del carpintero. Su vida de deudas, soledad y películas XXX, contrastaba notablemente con la realidad de Tommy, en pareja con la modelo del momento, y dueño de un estrafalario lema sobre cómo “el dinero no es problema” cuando se trata de millonarios gastos. Finalmente, y luego de un incidente en el que vio a Anderson semi desnuda, el músico echa al carpintero de su casa, de una forma terriblemente humillante. Como venganza, Rand traza un plan en el que roba la caja fuerte de la mansión, sin saber que allí se encontraba un pequeño video que se convirtió en su tesoro más preciado.
Créase o no, y a pesar del tono dramáticamente caricaturesco que Rogen le imprime a su personaje/persona, el robo del video íntimo sucedió exactamente así. Como obrero de esa mansión, Rand Gauthier se enfrentó a la cara más salvaje de Tommy, sufrió burlas, humillaciones, y hasta que lo apuntara con una escopeta como forma de amenaza. A partir de ahí, se establece entre los dos personajes un juego de víctima y victimario, en el que si bien Rand es inicialmente el que recibe los maltratos (siendo Lee el villano de la historia), luego el músico y su pareja sufren la revancha viralizada del carpintero. Pero la serie triunfa en mostrar esos matices que les dan tridimensionalidad a los personajes, y que le permite a los espectadores comprender que ninguno de ellos es bueno o malo en esencia, sino que todos parecían obedecer sus impulsos más primarios, sin medir las consecuencias de sus actos.
En el popular artículo escrito por Amanda Chicago Lewis para Rolling Stone, titulado “Pam and Tommy: The Untold Story of the World´s Most Infamous Sex Tape” (y que sirvió de base para la serie), el carpintero confesó cómo fue el instante en el que descubrió el contenido del video: “Lo reproduje, y cuando vi de qué se trataba, escuché el ‘ka ching’ de la caja registradora. El signo de dólar volaba alrededor mío, y me di cuenta que ese era material por el que la gente podía estar dispuesta a matar”.
El calvario de Pamela
Con el video íntimo en su poder, Rand recurrió a Milton Ingley (Nick Offerman), un director de cine pornográfico con el conocimiento necesario para distribuir esa filmación y convertirla en miles de dólares, procurando esquivar el tsunami de demandas por parte de los involuntarios protagonistas. Decididos a monetizar el material, Ingley comenzó a producir copias y más copias del video, montando un fastuoso negocio alrededor de una filmación que se viralizó en tiempos analógicos, cuando ese término ni siquiera existía. Y cuando las copias en VHS parecían el techo, Ingley y Rand se animaron a más y se valieron de una internet en ascenso, herramienta que permitía vender fácilmente material de dudosa procedencia. El pico más alto en la logística de visibilizar esa filmación llegó en noviembre de 1997, cuando un sitio web transmitió el material de forma continua a lo largo de cinco horas.
Todos esos hechos están retratados en la trama de forma adrenalínica, en los que como un Scarface de pocas luces, Ingley ve crecer de golpe un negocio insólito, mientras se atiborra de cocaína y cuenta los dólares de a miles. Sin esperarlo, él se convirtió en un hombre de negocios que traficaba la intimidad de la pareja más famosa de Estados Unidos. La ficción muestra cómo la demanda de ese material superó a Ingley y a Gaunther, que como era de esperar, no tardaron en estar en el ojo de la tormenta. En simultáneo, Pam y Tommy se descubrían convertidos en estrellas porno de su propia intimidad. Y ahí es donde la serie encuentra su matiz más interesante.
Resulta imposible saber a ciencia cierta, de qué modo el matrimonio debió digerir una realidad tan brutal. El público, sus amigos, todos parecían querer ver ese momento de sexualidad, y la sociedad disparaba sus fantasías voyeuristas a costas de esas dos figuras. Pamela y Tommy Lee eran afiches que la gente no tomaba en serio, y esa violación a su intimidad resquebrajó a la pareja, a un nivel que nadie se tomó el tiempo de pensar. A lo largo de la charla con Sebastian Stan, el actor invita a reflexionar sobre lo especialmente difícil que fue para Anderson: “Ella atravesó esa situación estando embarazada, y eso es algo muy terrible de imaginar. La empezaron a cazar, la buscaban por todos lados, los medios escribían y opinaban sobre ella. La idea de procesar eso es muy difícil, y ojalá podamos entender más con respecto a en qué fallamos nosotros”.
Pam & Tommy busca reconstruir y dimensionar lo tortuoso que fue ese momento para la ex modelo de Playboy, y la importancia de resignificar esa historia desde una óptica actual. Hay una escena que deja eso muy en claro en la serie: cuando Pamela le dice a Tommy que mientras a él puede que hasta lo traten como un dios del sexo gracias a esa filmación, para ella la situación va a ser muy distinta simplemente porque es mujer.
En un libro biográfico sobre el músico, Anderson escribió sobre cómo durante sus deposiciones judiciales, “ancianos sostenían sus fotos desnudas de Playboy, y le preguntaban si en serio le importaba que esa cinta estuviera en manos de la gente”.
La serie hace un equilibrio entre los hechos públicos, y aquello que pudo suceder entre Pam y Tommy en su hogar, y cómo la pareja quedó a merced de los medios y el escarnio público. De esa manera, el título hace foco en la intimidad que no involucraba el sexo, esa en la que nadie pensó mientras consumía de forma salvaje el video íntimo que se vendió y pirateó en miles de copias.
La mirada de Sebastian Stan
“Estábamos aterrorizados, para Lily interpretar a Pamela, y para mí a Tommy Lee, era algo muy grande. En mi caso, era ser una persona muy distinta a quien soy, y eso era aterrador”, reconoce Sebastian Stan en el marco de una charla con distintos medios de la que participó LA NACION.
Componer al baterista durante esos años noventa, no se trata solo de indagar en la persona detrás del personaje, sino en comprender la naturaleza de una figura que está contaminada por esa imagen de póster, que no necesariamente se condice con el ámbito privado. Y por ese motivo, el actor de Falcon y el Soldado de invierno, estudió en profundidad al músico. “Por suerte, hay muchos videos e información sobre él, hasta hay conciertos en los que podés ver su energía” reconoce Stan, que luego agrega: “Miré sus entrevistas una y otra vez, y creé una playlist con su voz, que escuchaba en loop cada vez que salía a correr. Entonces, este es un desafío muy distinto al de interpretar por ejemplo, a un super héroe, porque cuando se trata de alguien que existe, tenés la suerte de encontrar mucha información y eso ayuda mucho. Pero también significa que la gente te va a comparar, y uno se encuentra con otro tipo de presión con la que debe lidiar”.
Pam & Tommy se encuentra disponible en Star+a partir de este miércoles 2 de febrero.
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