Pablo Fendrik: “Difícilmente pueda superar la violencia de Entre hombres”
El director argentino habla de la serie “pulp” basada en la novela de Germán Maggiori, ambientada en el conurbano bonaerense de los 90, que HBO estrena este domingo y se podrá ver completa por HBO Max
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La violencia atraviesa la historia de Entre hombres. No solo la explícita, sino también aquella que implican las manipulaciones políticas, judiciales e institucionales en un contexto donde los más poderosos reaccionan intempestivamente cuando sienten que sus privilegios están en riesgo.
Basada en una novela policial de Germán Maggiori que Ricardo Piglia, un gran conocedor del genero, elogió calurosamente, esta miniserie de cuatro capítulos que se exhibió en el Festival de Berlín de 2020 y que HBO finalmente estrenará este domingo (y se podrá ver completa por HBO Max) tiene un gran elenco masculino –Gabriel Goity, Nicolás Furtado, Diego Velázquez, Diego Cremonesi, Claudio Rissi, Norman Briski, Luis Machín, César Troncoso, Peto Menahem, Guillermo Arengo, Pompeyo Audivert, Roly Serrano– dirigido por un especialista en esta clase de historias como Pablo Fendrik, el mismo realizador de El asaltante, La sangre brota y El ardor.
En el capítulo inicial, una fiesta repleta de drogas y sexo hard llevada a cabo a mediados de los años 90 en la zona sur del conurbano bonaerense termina con una muerte inesperada. El problema crece porque todo lo que sucedió quedó registrado en una cinta de VHS, que algunos involucrados en los hechos intentarán denodadamente ocultar. A partir de ahí se desata una serie de episodios sangrientos que Fendrik eligió contar con una impactante crudeza y algunas dosis de humor negro.
No es la primera vez que un trabajo de Fendrik llega a la Berlinale (ahí también se estrenó El asaltante, su ópera prima) ni que HBO requiere de su talento (ya lo había convocado antes para la serie El jardín de bronce). “Estoy especialmente interesado en ver qué diálogo se genera entre una propuesta como esta y la gente de la industria y la prensa especializada. Por lo general no me desvela la opinión de los demás, pero en este caso sí me interesan estas reacciones”, explica en un diálogo con LA NACION ocurrido en el momento del estreno de la ficción en el festival alemán.
El primer contacto para que se hiciera cargo de la dirección de Entre hombres vino de parte de Diego Andrasnik, de Pol-Ka, la productora creada por Adrián Suar, que tenía comprados los derechos de la novela y se terminó asociando con HBO para llevar adelante el proyecto (la ficción también está disponible en la plataforma HBO Max). “Yo conocía la novela, pero cuando la releí me pregunté cómo contar todo eso en apenas cuatro capítulos... Por suerte el autor del libro colaboró con el guion, algo que agilizó todo el proceso. Una vez terminado ese trabajo me puse a pensar en qué visión imprimirle a la serie. Y muy pronto me di cuenta de que podía jugar con distintos géneros sin casarme con ninguno. Lo principal era dejar claro que esto era un relato, un relato con mayúsculas. También tenía claro que tenía que evitar que el espectador sintiera que lo estaba llevando por el camino del realismo. El modelo a seguir fue el del policial negro, el de la literatura pulp”, explica.
-Siempre que se trata de adaptaciones de una novela se habla de la fidelidad al original? ¿Qué significa eso para vos concretamente?
-Esta novela tiene un pulso muy particular. Creo que la fidelidad acá se jugaba por tener en cuenta la voz de los personajes, que es realmente singular. Gran parte de la gracia de la novela está ahí: en la cantidad de cosas qué se dicen y en cómo se dicen, con qué ritmos, con qué tono... Es un relato que no tiene una estructura lineal y que aborda ciertos eventos desde diferentes puntos de vista, algo que se dio mucho en el cine de los 90, que a mí me gusta mucho. Entonces me resultó muy divertido hacer esta serie. Maggiori retrató el sur del conurbano bonaerense de una época -el año 1996, específicamente- con mucho detalle porque lo hizo en base a sus propias vivencias de la adolescencia. Y yo conecté mucho con eso. Me sonaba familiar, sentí que podía apropiarme de ese relato y que podía hacer una obra personal, dentro de lo que es este formato de miniserie pensada para una industria de producción de contenidos distribuidos por grandes plataformas.
-Hay mucha sangre y mucha violencia en la serie. ¿Tuviste completa libertad para decidir el tono o hubo alguna restricción?
-Libertad absoluta. Para mí es muy importante traspasar no solo las barreras de los cánones actuales en torno a lo que está bien y lo que está mal, de lo que es correcto y lo que es incorrecto, sino también las de la propia autocensura. Cuando te autocensurás, tu capacidad expresiva obviamente se limita. Yo busqué llevar este material lo más lejos que pude. Hay algo liberador en conectarte con tu parte más creativa, en ejercer tu libertad para irte al carajo. Hice algo zarpado porque como autor, como realizador audiovisual, siento que estoy vivo cuando soy libre y trabajó desde la conciencia plena de esa libertad.
-¿Cómo trabajaste con los actores? Es una serie con muchas escenas difíciles, de alto voltaje, que exigen un alto compromiso...
-Cuando trabajaste mucho con actores aprendés que es útil ir disfrazándote de diferentes directores. Con cada uno fui abordando un método sutilmente diferente, de acuerdo a sus distintas personalidades. Sí hubo un bajada general para aclarar que no se trataba de realismo. Les pedí a todos que se montaran sus propios personajes porque lo que yo percibí cuando leí la novela fue que cada personaje parecía estar viviendo su propia película. Todos hablan como si fueran parte de las películas que vieron en los 70 y los 80 y les gustaron mucho. Les propuse que cada uno eligiera la película que su personaje quería imitar, pero que no me lo dijeran, que lo trabajaran por su cuenta. Después, con los ajustes propios del rodaje, fueron apareciendo las voces y los matices de cada personaje.
-¿Te ponés chips diferentes cuando dirigís cine y cuando dirigís series?
-Sí, por la sencilla razón de que las velocidades de producción son distintas. Cuando hacés una serie estás montado en una dinámica de producción distinta, no tenés esos tiempos tan hermosos para buscar la inspiración, el plano y el matiz que tenés en el cine. Por default, estás en otra energía. Dicho esto, Entre hombres fue un caso especial: tuvimos más tiempo y más recursos que otras series. Aunque trabajamos a destajo y en locaciones hostiles durante el invierno, hubo un tiempo previo para pensar, planificar y desarrollar ideas. Es fue una diferencia fundamental con otros contenidos que se producen en la región y que tienen fecha de inicio y de delivery. Muchas veces se arranca sin el guion terminado porque la máquina tiene que seguir funcionando. Trabajar como trabajé en los caso de Entre hombres y El jardín de bronce redunda en un estándar de calidad más alto.
-¿Te sentís igual de cómodo haciendo series para plataformas de streaming y cine?
-Me gusta haber podido diversificarme. Son campos de expresión distintos... De ninguna manera voy a dejar de hacer cine. De hecho, estoy trabajando en el guion de una película nueva. No hago una cosa en reemplazo de la otra. Está claro que una serie te permite desarrollar un relato que en cine difícilmente puedas llevar a cabo. Si se me ocurre hacer una adaptación de Guerra y paz de Tolstoi en el conurbano bonaerense, es más probable que sea una serie que una película. Casi nadie hace una película de seis horas, mucho menos en la industria.
-¿Ves como un problema los estrenos de películas en simultáneo en plataformas y salas de cine?
-Creo que la gente que prefiere ver películas en salas va a seguir yendo al cine. Sobre todo porque el cine es un evento social y tiene una escala que ningún dispositivo hogareño puede equiparar. No se puede igualar la experiencia colectiva de ir al cine, y siempre habrá un público ávido de vivirla. Yo, por mi parte, trabajo mis series con un estándar de calidad cinematográfico: la mezcla de sonido, la corrección de color, todo... Pero no tengo mucho más que decir sobre el tema, no está en mí decirles a los distribuidores cómo tomarse la evolución de la industria. Que cada uno se la tome como quiera, como le parezca mejor para su negocio.
-¿Que podés adelantar de tu próxima película?
-Es una historia bastante dramática y con una buena dosis de violencia. Ocurre en la montaña. Diría que es una película sobre la venganza.
-¿Más violenta que Entre hombres?
-No, difícilmente pueda superar la violencia de Entre hombres.
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