Netflix: Sombra y hueso busca explorar un camino similar al de Game of Thrones
Esta serie está basada en las exitosas novelas de fantasías de Leigh Bardugo
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Sombra y hueso (Shadow and Bone, Estados Unidos, 2021). Creador: Eric Heisserer. Elenco: Jessie Mei Li, Archie Reanux, Freddy Carter, Amita Suman, Ben Barnes, Kit Young, Danielle Galligan. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena.
Sombra y hueso, inspirada en las exitosas novelas de fantasía de Leigh Bardugo, explora un camino similar al consagrado por Game of Thrones. La lectura en clave fantástica de hechos históricos decisivos para la historia de Occidente: una guerra por la sucesión, la disputa por el liderazgo del mundo, la unión frente a un enemigo común. Estos tópicos reaparecen en la nueva serie de Netflix, pensada desde una perspectiva más adolescente, propia de la narrativa de crecimiento y aprendizaje, y la asunción de poderes excepcionales como forma de construcción de la identidad. Sin embargo, por detrás se construye la cartografía de un mundo dividido por un muro de sombra, un poder político y militar en guerra, traidores y contrabandistas, insurgentes que anhelan la emancipación antes que la unión prometida.
Los primeros episodios de la serie se concentran en presentar la historia, que incluye variados personajes y escenarios. Primero los protagonistas: Alina Starkov (Jessie Mei Li), una joven huérfana y hacedora de mapas que descubre la envergadura de sus poderes en una travesía por ese muro de oscuridad; Mal (Archie Renaux), su amigo de infancia convertido en aguerrido soldado y rastreador. Luego, el reino de Ravka, dividido por esa sombra que oculta criaturas de ultratumba, el general Kirigan (Ben Barnes), que anhela un desagravio para su linaje al convertir a Alina en la pieza clave para reunificar el país, y una partida de mercenarios liderados por Kaz Brekker (Fredy Carter), que buscan sacar rédito económico de ese caótico escenario de traiciones y disputas.
Para el tercer episodio la serie acomoda su tablero y conjuga sus dos principales intereses. Por un lado, la construcción de una historia de amor adolescente entre Alina –confinada a un palacio zarista donde será entrenada en sus descubiertas habilidades- y Mal –aventurero en una cacería de mitos y leyendas- que deben sortear toda serie de villanos disfrazados de corderos. Y por el otro, una épica prolija pero algo impostada, concentrada menos en el mapa de intereses políticos y simbólicos que en el despliegue de acciones vistosas y espectaculares.
Sombra y hueso pendula todo el tiempo entre el espíritu de la fantasía adolescente, en sintonía con el público definido por el algoritmo de la plataforma, y la vocación de desbordar esa propuesta más previsible, explorando el origen literario desde ambiciones más audaces. Eric Heisserer –responsable de la adaptación del cuento de Ted Chiang en La llegada de Denis Villeneuve, pero también del bodrio de Bird Box de Susanne Bier para Netflix- intenta sortear esa encrucijada con astucia y cierta solvencia: lo consigue cuando expande ese mundo que rodea a su heroína mágica más allá de los clisé de la narrativa de iniciación, y se extravía cuando los personajes y los diálogos se empantanan en un telón de fondo demasiado solemne y repetitivo.
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