Netflix: con Paquita Salas en el corazón
Ay, Paca. Qué poco nos has durado, otra vez. Qué cortas se hacen siempre tus temporadas y qué rotos nos dejas cuando te marchas. Esta vez un poco menos porque nos dejas con un haz de esperanza que ilumina el drama de las supervivientes. Paquita Salas es una superviviente que al final de la segunda temporada tenía el valor de reconocer su derrota. La brillante tercera temporada es la resurrección de Paquita, su reinvención después de tocar fondo. La mejor temporada de la serie. Y posiblemente una de las mejores temporadas que veremos este año.
Los Javis sacan oro a los personajes que han creado y a los actores (sobre todo, actrices) que los interpretan. No solo a Paquita / Brays Efe. También a Magüi, a Lidi, a Noemí, a Belinda. Disparan referencias pop a toda velocidad y uno no se puede despistar o se pierde la siguiente gran frase tuiteable. Paquita Salas es una sucesión de memes, sí. Pero detrás se esconden reflexiones importantes. Para empezar, esconde mucho drama y mucha comedia, muchas lágrimas, mucha vida. Y muchas reflexiones sobre lo que somos y lo que hacemos a los demás, sobre injusticias que se camuflan en la marabunta.
Como los grandes productos culturales, Paquita Salas nos hace sentir y pensar poniéndonos ante nuestras propias miserias (y grandezas). Exprime a sus actrices y saca oro de los cameos. Y entre carcajada y carcajada, nos lleva a Bernarda Alba y a unos diálogos y monólogos que te rompen en cachitos. "¿No te cansas de guardarte todo para ti? Porque yo sí", confiesa una vecina de Navarrete a Paquita, que decide afrontar la realidad y dar la cara.
Son las 9 de la mañana y yo el desayuno no lo perdono. Cieletes, he vuelto, y con unas porras debajo del brazo. pic.twitter.com/GxKaPMgkJ5&— Paquita Salas (@PaquitaSalas) 28 de junio de 2019
Y así nos dejan preparados para ese episodio final que, en su giro definitivo, cuenta con [spoiler si no lo has visto todavía] Anna Allen para dar vida a una actriz que interpreta a una mujer basada en su propia vida. Metatelevisión. Metacultura pop. El discurso mirando a cámara de Allen nos lo dice a nosotros directamente, se desnuda emocionalmente y retuerce la ficción y la realidad para terminar siendo todavía más real. Contando su historia se sana, porque "lo que no se esconde, no duele", como dice el personaje de Anna Castillo.
Paquita Salas nos llega al corazón de muchas formas. Nos llega porque nos divierte, porque nos recuerda a gente, porque nos recuerda a nosotros mismos. Porque nos hace llorar. Porque la entendemos. Porque la vida es caer y levantarse. Si no, que se lo digan a Belinda Washington. "Dedo dedito, dedi dedón".
Si este fuera el final de Paquita Salas, maravilloso. Y si hubiera más, ¡ma-ra-vi-llo-so! (léase con la voz de Isabel Pantoja, quien, por cierto, pone voz a la canción principal de la serie en esta temporada). En cualquier caso, el aplauso de pie ya lo tienen.
La tercera temporada de
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