El éxito de La casa de papel: más de 34 millones de vistas a nivel mundial
Gracias al éxito de La casa de papel, La casa de las flores, Elite y otras series originales producidas en el mercado latinoamericano y español, Netflix demuestra que no solo de ficciones de los Estados Unidos vive el seriéfilo actual.
Para analizar el actual boom de esos títulos y, en especial, el impacto de la banda del Profesor y sus secuaces en la Argentina, LA NACION dialogó en exclusiva con Diego Ávalos, director de Contenido Original de Netflix en España, quien dio precisiones de cómo se construye un éxito en los tiempos del streaming.
-Ante todo, ¿en qué consiste tu trabajo?
-Mi trabajo es el de manejar la estrategia de contenido de series originales de España para el mundo. Y dentro de eso, está el llevar el día a día de las series, desde el momento que escuchamos la idea con el equipo del que soy parte hasta su lanzamiento. Nuestro trabajo es apoyar al creador a contar su historia y ayudarlo a que sea la mejor visión de eso. Lo apoyamos, lo ayudamos a resolver los obstáculos y estamos para darle una plataforma creativa para que su historia llegue a los 190 países del mundo en los que operamos.
-¿Cómo es la mecánica con respecto a la elección de las series que producen?
-No tenemos un solo camino para estas cosas, sino que cada serie tiene su naturaleza. Puede ser algo como Elite, donde nosotros hablando con una productora les dijimos el tipo de contenido que buscábamos y ellos nos propusieron el concepto junto a los dos creadores, Carlos Montero y Darío Madrona. O puede ser algo como El inocente, un título que estamos trabajando con Oriol Paulo, que nació con la compra de unos libros de Harlan Coben, y decidimos adaptar uno de ellos a España. También hay ciertas series que son coproducciones, que vienen de mano de una cadena, y no te hablo de específicamente de España; esto sucede en Latinoamérica, como en Argentina con El Marginal.
-Es decir que no hay un único modelo de producción.
-Hay muchos y diferentes. Y la idea es la misma: poder darles a los creadores una plataforma y a la audiencia una diversidad de historias. Lo que vemos es que cuando tiene que ver con series y películas, alguien en Argentina puede tener más en común con una persona de Turquía, que con otro argentino que vive en Palermo. En ese sentido, Netflix permite que los miembros descubran estas diferentes historias, que descubran contenidos sin importar dónde se producen, quién las produce o cuál es el idioma original. Nos importa que las historias pueden ser amadas por todo el mundo, que pueden romper las barreras, y pueden resonar y conectar con las audiencias a nivel global. Y eso es justo lo que ha hecho La casa de papel.
-¿Cómo se logra el equilibrio entre darle una identidad local a una ficción, pero haciéndola atractiva para el público de otros países?
-Yo creo que es a través de la especificidad de las historias. Entre más específicos somos, más globales nos podemos convertir. Entonces si estás contando una historia de la Argentina, no es solo de Argentina, sino que es de la Argentina, en Buenos Aires, en Palermo y en la calle Costa Rica; eso nos permite realmente llegar a esos sentimientos e historias humanas que tiene todo el mundo en común. Si hablamos de La casa de papel, esa es una narrativa de la periferia, está escrita desde los costados del mundo, y esos costados se parecen en sí. No importa en qué país estás, porque las miradas se parecen, y entonces se ven todos reflejados, nos permite conectar. Ahora lo que hace también esa serie, es darle al mundo una mirada sobre España. Hasta hace dos semanas, poca gente en el mundo sabía qué era Callao, pero ahora todos lo conocen, han buscado dónde se encuentra, y lo mismo con el Banco de España. Entonces, lo que termina logrando esa especificidad, es que permite descubrir el mundo a través de la ficción.
-El mundo y porciones de sus distintas culturas...
-También hay una mirada a las culturas. Muchas de las frases utilizadas son muy coloquiales, y se pudo regresar a contar cosas que aún en la ficción española se estaban perdiendo. Alex Pina ha logrado ser sumamente específico con cosas que un español identifica y con las se ve reflejado; quizás a un argentino no le resulta tan necesario entender esas referencias, porque lo que sí comprende son las emociones, los personajes y lo que están viviendo. Claro que aparte de esto, en esta temporada tenemos a Rodrigo de la Serna, alguien muy conocido y querido en Argentina, que también entendió y abrazó a un personaje como Palermo.
-¿Qué vino primero: el querer enganchar al público argentino a través de un actor local, o su elección como intérprete más allá de su nacionalidad?
-Vino primero el personaje, el crearlo dentro de la historia. Alex Pina creó este personaje de Palermo, este ingeniero casi hermano de Berlín, y después pensamos quién podía darle esa pasión y sarcasmo, y se nos ocurrió el nombre de Rodrigo. Nos enamoramos de él, no podría haber otra persona más para hacer a Palermo.
-¿Por qué pensás que La casa de papel gustó tanto en el mundo, y especialmente en Argentina?
-Creo todos hemos vivido un poco el ser "marginales" en la sociedad, y nos identificamos con eso. Cada personaje de esa serie es muy humano, son seres que han sufrido, y me puedo ver reflejado en ciertos momentos de Berlín, Río o Tokyo. Esta es una serie que se centra en la acción, pero que lleva a la emoción, y eso es algo que no se ve normalmente. Y aparte de la emoción y la pasión que se ve en la historia, creo también que somos seres que hemos creado algo con muy poco. Hemos aprendido a resolver problemas con pocos recursos, y es lo que hace esta banda. Ellos se unen y no tienen nada en común el uno con el otro, pero logran salir adelante.
Un fenómeno imparable
La casa de papel ha sido vista en todo el mundo. En sus primeros siete días la vieron 34 millones de hogares a nivel global, y no solo eso, sino que también le fue sumamente bien en Europa y Latinoamérica. En Argentina, Chile, Colombia, España, Italia y Francia es el título más visto en los primeros siete días de cada uno de esos países. Ahí reside el impacto de esta serie española que va por su tercera temporada y que, según se confirmó recientemente, tendrá una cuarta entrega.
-De las ficciones de habla hispana, ¿es la producción original de Netflix más consumida?
-Depende del país. En Argentina, por ejemplo, en sus primeros siete días se convirtió en la serie o película más vista.
-¿Barajan, por ejemplo, que Estados Unidos haga su propia versión de series originales que Netflix produjo en otros países?
-Siempre creemos que la versión original es la mejor y la más genuina. Y en una plataforma como la nuestra, en la que subtitulamos a más de 28 idiomas y doblamos a varios idiomas también, se permite ese descubrimiento y no es necesario adaptar a nuevas versiones. Cuando ves que algo como La casa de papel, que fue vista por el 58 por ciento de nuestros miembros a nivel global en su versión doblada, ves que el idioma ya no importa. Y es lo que buscamos con nuestra producciones: que se sienta de cada país sin necesidad de adaptarla. Sin embargo, hay situaciones como por ejemplo la de Designated Survivor, que se adaptó a Corea.
-Hay casos de ficciones que comenzaron por un canal televisivo, y que luego tuvieron nuevas temporadas producidas por Netflix. ¿Tienen en cuenta la posibilidad de casos así para Argentina?
-Lo que consideramos es que queremos seguir trayendo esos momentos de alegría para nuestros miembros. Entonces cuando descubren una serie que les gusta, sin importar a veces el tamaño de la audiencia, lo que queremos es seguir dándole más de esa serie. Lo que encontramos con La casa de papel es que estaba pensada para dos partes, pero los personajes tenían más que contar, y el público reaccionó y quería saber más de estos personajes. Entonces mucho tiene que ver con que la historia todavía tenga un recorrido, y si hay posibilidades de seguirla. Una vez finalizada la ficción, se analiza si se puede seguir con ese canal al que tenemos como socio, y si ellos ya no tienen planes, vemos la manera de seguir nutriendo la audiencia con esas grandes historias.
-¿Qué diferencias hay a la hora de armar un proyecto de una serie original en Estados Unidos con respecto a España? ¿Dónde está puesta la lupa?
-Yo diría que la lupa es la misma. Nos centramos en personajes, en grandes historias, nuestros procesos son similares. Una de las cosas que nos impresiona es la calidad de profesionales que hay en todos los países. Puerta 7 en Argentina tiene un equipo impresionante, de primera calidad a nivel de Estados Unidos o España. La casa de papel lo mismo. Entonces el proceso termina siendo el mismo, lo que cambia es la historia y cómo llegamos a ella.
-¿Hay algún título que los haya sorprendido especialmente por la repercusión que tuvo?
-Todos te terminan sorprendiendo de distinta manera. A veces pensás que la audiencia para un título es muy específica, y después te sorprende completamente. La casa de papel es una de ellas, que abarca todas las edades, todo nivel socioeconómico y todo género. Con La casa de las flores uno podría pensar que es una serie sumamente mexicana, y sin embargo arrasó los corazones de Argentina, de España, de Colombia, y ahora hay gente por todos los países latinoamericanos y de España hablando como Paulina de la Mora. Son cosas que uno no se puede imaginar.
-¿Tenés un objetivo pendiente o algún proyecto que sueñes concretar para Netflix?
-Sin hablar de los títulos que viene, Puerta 7 es uno al que le tengo muchas ganas y que trabajamos muy cerca con Polka. Nos enfocamos en cumplir los sueños de los creadores, y de la misma manera, cumplir el sueño de nuestras audiencias, ayudarles a viajar alrededor del mundo a través de la historias. Eso es lo que a mí me apasiona. Este año le tengo muchas ganas a Elite, a la segunda temporada de La casa de las flores y a Monarca, de México. Si hablamos de títulos en inglés, con el trailer de The Witcher aluciné.
-¿Están pensando en otras ficciones originales de producción argentina, además de Puerta 7?
-Definitivamente tenemos más proyectos en la Argentina. Es un país de una tradición en ficción impresionante, empezando con el cine, pero también con las series. Tenemos mucho que aprender de ese mercado, y por lo tanto es un país donde queremos seguir invirtiendo y creando series y películas.
La casa de papel, en números
Tal como comentó Ávalos, la ficción creada por Alex Pina tuvo una respuesta extraordinaria por parte de los usuarios de Netflix, y el estreno de la tercera temporada confirmó su lugar de indiscutida popularidad. En los primeros siete días luego de su debut, Netflix registró que 34.355.956 hogares vieron la tercera tanda de capítulos, y más de un 70 por ciento de los usuarios vio la temporada completa. Teniendo en cuenta que la plataforma streaming cuenta con 151 millones de miembros en 190 países, se deduce que casi un 25 por ciento de abonados al servicio, son fans de la serie española.
Por fuera de España, la ficción pisa muy fuerte en suelo latinoamericano, especialmente en Chile, Colombia y Brasil. En el Viejo Continente, Francia, Portugal e Italia son los países donde fue más vista. El dato común entre todas estas naciones es que La casa de papel fue el título más visto de la plataforma durante los primeros siete días luego de su estreno.
Lejos de ser furor solo en países de habla hispana, la ficción también tuvo una muy saludable performance en otros lugares, y prueba de eso es que la versión doblada de la temporada se vio por un 58 por ciento de usuarios de la plataforma de contenidos por streaming.
Por otra parte, la fama de Tokio y el resto de la banda, pronto se pudo apreciar en las redes sociales. Ursula Corberó, en poco menos de dos años, pasó de tener 600 mil seguidores a 9 millones. Jaime Lorente, que interpreta a Denver, vio crecer sus contactos de 100 mil a casi 7 millones, demostrando que la popularidad de estos actores no conoce de fronteras.
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