Netflix: Los asesinatos del Valhalla es scandinoir para principiantes

Los asesinatos del Valhalla (Islandia/2019). Creador: Thordur Palsson. Elenco: Aldis Amah Hamilton, Bergur Ebbi Benediktsson, Edda Bjorgvinsdottir. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: regular.

Las ficciones televisivas venidas del frío nórdico capturaron la atención de todos hace más de una década y hasta la alejada Islandia ya tiene un catálogo de títulos, como Trapped, Réttur o Case, que circularon internacionalmente y llegaron a la Argentina. Sin embargo, Los asesinatos del Valhalla, la primera coproducción de Netflix con ese país, tiene cierto aire fundacional, no solo por ese desembarco, sino porque presenta las convenciones narrativas más frecuentes de su rubro con una mezcla de candor e impericia, como si fueran usadas por primera vez.

El scandinoir es un subgénero con características muy definidas que no solo se ejerce en Escandinavia (así como el policial "inglés" no solo existe en Inglaterra). Sus señas de identidad, además de la nieve y de la misteriosa desaparición de las vocales en sus lenguas, son la investigación de un homicidio liderada por una mujer, las sórdidas biografías de su personajes, el realismo cansino y melancólico que replica la desolación del paisaje y la revelación del lado oscuro de una sociedad que presenta una superficie diáfana e irreprochable.

El mercado cada vez más competitivo y saturado de la TV actual hizo que estas singularidades fueran, si se permite hoy una metáfora viral, mutando hacia otras más infecciosas o extravagantes, que distingan a los nuevos productos. En este contexto, lo más extraordinario y distintivo de Los asesinatos del Valhalla es que no tiene nada extraordinario, ni distintivo.

La serie trata sobre la pesquisa de un homicida que asesina a puñaladas a víctimas en apariencia aleatorias pero eventualmente vinculadas con abusos cometidos años antes en un instituto de menores. Las misterios van sobre rieles que son invisibles solo para los personajes, no así para los espectadores, y reaparecen incoherencias que ya fueron desarmadas por la progresiva sofisticación del público y que delatan gran desgano o inexperiencia (como la escena climática en la que la víctima golpea a su perseguidor con un palo y, acto seguido, en lugar de rematarlo, decide arrojar su arma y escapar indefensa mientras el villano se recupera). La reinserción de estas viejas torpezas puede atribuirse a la certidumbre de la nueva generación (éste es el primer trabajo del showrunner Thordur Palsson) de que no tiene ninguna deuda con su pasado.

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