Netflix: Amanda Peet, la actriz que iba por el trono de Julia Roberts y decidió dedicarse a escribir gracias a Game of Thrones
La protagonista de Togetherness y Dirty John es dramaturga y ahora debuta como showrunner de TV con la serie La directora; su marido David Benioff es uno de los creadores de la exitosa serie fantástica
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Hubo un tiempo en que David Benioff, uno de los creadores de Game of Thrones, era conocido en Hollywood como el marido de Amanda Peet, la talentosa actriz que protagonizaba series, películas y obras de teatro, una invitada de lujo en los programas de entrevistas donde su sonrisa llamaba tanto la atención como sus divertidas anécdotas contadas con una evidente habilidad para narrar. Después, claro, vino el sismo conocido como GOT, la atención global, la mudanza a Irlanda, país en el que se rodaba el programa y los premios que ya no entraban en las repisas. Y entonces la fórmula se invirtió y para los que no la conocían de antes, Peet se convirtió en la esposa de David Benioff, uno de los showrunners de Game of Thrones.
Sin embargo, después de décadas en el negocio de la actuación, ahora Peet está de nuevo en el centro de la escena. Aunque no sea como intérprete sino como la creadora y guionista de La directora, la comedia protagonizada por Sandra Oh que está disponible en Netflix. Y aunque no aparezca en pantalla para Peet este es su proyecto más personal, una idea que empezó a gestar hace años entre un papel televisivo y otro. Esos que a pesar de su decisión de dedicarle menos tiempo a su carrera y más a su familia, siguieron llegando con la misma regularidad que cuando empezó a trabajar profesionalmente luego de recibirse de la Universidad de Columbia.
Nacida en Nueva York y criada entre esa ciudad e Inglaterra, país natal de su mamá, Peet empezó como tantos otros aspirantes a actores: sirviendo café en un bar y desesperada por conseguir audiciones. En un principio, a comienzos de los años 90, el objetivo era Broadway y los pequeños papeles en programas de televisión que se grababan-y todavía lo hacen-, en Nueva York ayudaban a pagar las cuentas y a que su cara empezara a ser conocida, aunque más no fuera por esas pocas escenas en un capítulo en La ley y el orden. Pero, claro las cosas no salieron como ella esperaba.
Una aparición en Seinfeld como Lanette, la mujer que Jerry invita a ir con él a los premios Tony y resulta que ya tiene novio, y de repente Hollywood empezó a prestarle atención. Así, llegó su papel en el film Mi vecino, el asesino con Bruce Willis y Matthew Perry, y la serie propia, Jack & Jill, que tuvo dos temporadas y le brindó a Peet no solo el certificado de actriz protagónica sino a su mejor amiga, la actriz Sarah Paulson.
En los primeros años del nuevo siglo la actriz era una presencia constante en el cine: de interpretar a la hija de Diane Keaton en Alguien tiene que ceder a formar parte del elenco de Melinda y Melinda de Woody Allen hasta encabezar la comedia romántica Muy parecido al amor junto a Ashton Kutcher, Peet parecía ir por el trono de Julia Roberts y Sandra Bullock. Carisma le sobraba, pero para el momento en que ella comenzó a ascender la comedia romántica empezaba su caída en desgracia con los estudios de cine.
Por entonces, ya en pareja con Benioff -que intentaba encontrar el proyecto ideal para que él y su socio D. B. Weiss-, la actriz volvió a la TV con un proyecto que la entusiasmaba y con razón. Studio 60 on the Sunset Strip era la primera serie de Aaron Sorkin después de su salida de The West Wing y estaba protagonizada por Matthew Perry, Bradley Whitford y su amiga del alma, Sarah Paulson. Claro que lo que parecía un programa invencible resultó ser una enorme decepción que no llegó a la segunda temporada. Y, aun así, cuando su marido le contó su idea de adaptar las novelas de George R.R. Martin, Peet estaba convencida de que era un error. “Me pareció una idea pésima. Terrible. Le dije: ‘Es como Calabozos y dragones, pero con personas’. Pensé que era una tontería”, decía la actriz hace unos años durante una entrevista en el programa de Conan O’Brien.
Ahora se sabe cuán equivocada estaba y ella fue la primera en admitirlo, además de declarar su clara preferencia por uno de los personajes de la serie de su marido. “Tuve muchas conversaciones con David en las que básicamente le dije: ‘Si hacés eso no voy a estar acá al día siguiente. Voy a hacer mis valijas y te voy a dejar porque amo a Jon Snow’, decía Peet en el mismo reportaje. Su amenaza, claro, no surtió el efecto deseado de inmediato. Ya se sabe que el episodio final de la quinta temporada del ciclo de HBO mostraba la muerte de su adorado personaje y es posible que los fanáticos tengan que agradecerle -en parte- su resurrección a los ultimátum de Peet. “Más te vale que lo traigas de vuelta. No importa cómo”, recordó que le gritó a Benioff en aquel momento.
Claro que su pasión por la TV no se limita a Game of Thrones. Hace unos años la actriz formó parte del elenco de Togetherness, una notable comedia dramática-disponible en HBO Max- creada por los hermanos Mark y Jay Duplass, que hasta ese momento eran novatos en el medio, pero reconocidos cineastas e interpretes del cine independiente norteamericano. Aquel programa fue cancelado después de dos temporadas que de todos modos alcanzaron para dar una idea de que los Duplass tenían mucho para ofrecer en la TV. Y la primera convencida fue Peet.
De hecho, cuando llegó la hora de por fin crear su propia serie la actriz se aseguró que uno de los Duplass, Jay, aceptara interpretar al profesor Bill Dobson, amigo, colega y exjefe de Ji-Yoon Kim, la nueva directora del departamento de literatura inglesa de la universidad de Pembroke que interpreta Sandra Oh. El vínculo entre ambos personajes es solo uno de los muchos puntos destacados de la ficción que cuenta con otros grandes actores como David Morse y la inigualable Holland Taylor-que además de una gran intérprete es la pareja de su amiga Sarah Paulson-, en papeles secundarios, pero que en sus manos se vuelven imprescindibles.
Gracias a unos guiones que logran equilibrar el humor y el drama con destacable naturalidad y las interpretaciones de cada uno de sus actores, La directora divierte y emociona, pero hace bastante más que eso: con su planteo sobre el lugar de las mujeres en los lugares de poder, las exigencias sociales y los rigores de la cultura actual, la ficción inaugura una nueva etapa en la carrera de Peet, actriz, guionista, showrunner y sí, también fan número uno de Jon Snow y esposa de quién, por el bien de su matrimonio, logró resucitarlo.
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