El drama de Winnie Holzman fue aclamado por la crítica y se convirtió en una producción de culto; sin embargo, al momento de su estreno fue incomprendido por la audiencia
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No era muy común por entonces por lo que la showrunner Winnie Holzman decidió aprovechar la ocasión cuando, en 1994, creó junto a Edward Zwick una serie focalizada en la vida de una adolescente y sus dilemas como unívoco puntapié. La llamó My So-Called Life y en el centro estaba ella, Angela Chase (Claire Danes), una joven que siempre tenía la palabra justa, aunque no fuera precisamente la que generaba alivio en sus pares. La forma intensa en la que procesaba todo lo que le sucedía en los suburbios de Pittsburgh, desde su enamoramiento con Jordan Catalano (Jared Leto) a los vaivenes en los lazos con sus mejores amigos, era verbalizado sin autocensura y eso la volvía identificable para un televidente que estaba habituado a dramas teen corales y no al derrotero de una figura principal, como pasaría años después con Felicity.
“Cuando creamos esta serie, todos sentimos que había llegado la hora de tener a una adolescente dominando la trama”, declaró Holzman sobre Angela, esa protagonista de 15 años que estaba cuestionando constantemente la realidad que se le presentaba y que se negaba a ser encasillada. Para ella, la angustia provenía de ese mismo punto: de la presión por definir su identidad.
“Parece que tengo que tener una determinada personalidad o algo para poder hacerles la vida más fácil a los demás, pero cuando te ponés a pensar... ¿Quién sos realmente? Si escribo sobre lo que me pasa no va a ser el libro que todos esperan, va a tener todo lo más perturbador”, expresó la joven en uno de los 19 episodios de la serie que tuvo una sola temporada y que fue cancelada en 1995 a pesar de las excelentes críticas y del Globo de Oro que recibió Danes, todo un logro a tan temprana edad.
La actriz de Homeland, quien también fue nominada al Emmy, audicionó para el papel cuando tenía 13 años y su vulnerabilidad, la forma en la que aprehendió la sensibilidad de Angela, no pasó inadvertida. A fin de cuentas, su tarea no era sencilla. En lugar de priorizar una trama atestada, Zwick y Holzman se inclinaron por una suerte de drama psicológico, de estudio de personaje, lo que explica que no haya sido abrazada por una audiencia masiva. My So-Called Life estaba en las antípodas de otras ficciones juveniles como Beverly Hills 90210 o la posterior Dawson’s Creek. Era más introspectiva, huía de las convenciones de las soap operas, ningún diálogo sonaba arbitrario y no le sobraba una escena.
Una serie incomprendida al momento de su estreno
“Hacer televisión desde la experiencia de una sola persona fue algo novedoso por entonces”, explicó el productor Marshall Herskovitz y recordó cómo era el panorama de la época al momento de concebir un proyecto que se vio opacado por dos series que monopolizaron la atención del público como Friends y Mad About You. “En la TV todo se exteriorizaba de una manera muy particular, por lo que narrar desde la perspectiva subjetiva de una joven que no temía mostrar su dolor, su miedo, eso no se había visto. Siempre la consideré una serie adelantaba a su época”, añadió. En efecto, el equipo que concibió My So-Called Life se mantuvo fiel a sus intereses, pero estos fueron rescatados décadas más tarde. En la actualidad, se la considera una producción de culto, cuyos pocos capítulos contienen mensajes muy poderosos y sabios que su protagonista no emitía desde un lugar de soberbia sino de profunda honestidad. Angela era auténtica, como la personificación de Danes.
"En la TV todo se exteriorizaba de una manera muy particular, por lo que narrar desde la perspectiva subjetiva de una joven que no temía mostrar su dolor, su miedo, eso no se había visto"
Marshall Herskovitz, productor de la serie
La premisa de la ficción -seguir el derrotero de Chase mientras equilibra los estudios en la apócrifa escuela secundaria Three Rivers, la vida familiar, sus amistades y la fijación por Jordan Catalano- partió de la propia experiencia de Herskovitz. “Me encargaron una serie y me puse a escribir con un tono muy personal, era una reinterpretación de mi vida como adolescente, de todos los cambios que mi mente y mi cuerpo habían padecido, y desde ese lugar la escribí”. Sin embargo, el piloto de Secret/Seventeen no fue aprobado por ninguna cadena y se “encajonó” hasta que años después Herskovitz comenzó a colaborar creativamente con Holzman, a quien le mostró lo que había escrito. “Se encandiló con eso y lo relacionó con su propia adolescencia y sintió que era momento de escribir un diario”. Así se puso la serie en marcha, con una de sus showrunners revisitando su vida, recordando esa significativa metamorfosis, ese adolecer tan intransferible. “Ella concibió a un personaje proyectando un poco, y de esa forma nació Angela, una persona muy emocional respecto de cada cosa que le sucedía a sus 15 años”, añadió el productor.
Como ejemplo de esa forma de procesar las cosas, hay una secuencia en la que Chase afronta su separación de Jordan y manifiesta lo que siente sin caer en lugares comunes, pero tampoco sin ser pretenciosa. Angela simplemente se muestra tal cual es. “A veces alguien te dice algo muy pequeño y eso se queda en ese espacio vacío que tenés en tu corazón”, manifiesta en relación con la ruptura. En muchas ocasiones, My So-Called ponía el acento en las cicatrices que las vivencias van dejando. De hecho, ese podría ser su leitmotiv. Asimismo su título hacía referencia a cómo la vida de los adolescentes (“lo que llaman como mi vida”) no es tomada en serio por el círculo de adultos, quienes minimizan sus conflictos.
Al mismo tiempo, en la ficción se abordaban temas como la homofobia, las adicciones, el bullying antes de que tuviera una nomenclatura y el contraste entre cómo los jóvenes sufrían mientras los adultos estaban en su propia burbuja, desestimando (en la mayoría de los casos, sin maldad, más bien por estar encerrados en sus conflictos) lo que ellos atravesaban en el ámbito escolar y fuera de este.
Un elenco diverso que funcionaba a la perfección
Por otro lado, los mejores amigos de Angela, Rayanne Graff (A.J. Langer) y “Rickie” Vasquez (Wilson Cruz), no eran simplemente personajes que orbitaban alrededor de la protagonista, tenían sus propios conflictos y los mismos eran explorados con la naturalidad que caracteriza a toda la ficción. “Rayanne representaba el futuro de Angela, la persona que la desafiaba a lo nuevo”, explicó Holzman, quien también reveló que quiso arrojar luz sobre cómo dos jóvenes podían acompañarse a pesar de provenir de diferentes backgrounds, pero con esas diferencias surgiendo en momentos cruciales.
My So-Called Life también ponía el foco en la diversidad, en cómo las amistades nos enriquecen siempre y cuando no haya condescendencia. En cuanto al rol interpretado por Cruz, Rickie, se trató nada menos que del primer personaje abiertamente gay de la televisión del prime time, además de haber sido el primer personaje afroamericano queer. Cuando Rickie pone en palabras su orientación sexual, también lo hizo su actor. My So-Called Life cambió, de esta forma, la vida de Cruz. “Él se identifica como gay, pero nunca quise ponerlo en una categoría”, explicó la creadora de la serie, demostrando así, una vez más, cómo la ficción también estaba adelantada la hora de abordar la orientación sexual y la identidad de género con fluidez, y en muchas ocasiones lo hacía mostrando la idiosincrasia de sus personajes a través de su ropa, una extensión de sí mismos.
"Esta serie puso en palabras todo lo que pasaba en mi corazón pero no sabía cómo articular"
Claire Danes
En relación con los vínculos de Angela, la serie también se apoyaba, de manera moderada, en la voz en off. Como exponente tenemos la forma en la que la protagonista habla de Rayanne. “Empecé a salir con ella por diversión porque sentía que si no lo hacía iba a morirme o algo así. Las cosas me estaban afectando mucho, cómo era la gente, cómo esperaban que me comportara (...) La escuela es un campo minado para tu corazón, por eso cuando Rayanne me dijo que mi pelo me estaba limitando, tuve que escucharla porque no estaba solo hablando de mi pelo, estaba hablando de mi vida”. La sensibilidad de Angela al aludir a sus decisiones y a las personas con las que elegía rodearse es hermosa, única, lo que volvía al personaje tan distintivo. Cuando la serie fue cancelada, Herskovitz, Zwick y Holzman siguieron trabajando juntos y estrenaron, en 1999, Once and Again, drama familiar en el que el personaje de Grace (Julia Whelan) era una extensión del de Angela, una adolescente que también tenía el corazón en la mano y que, como expresaron sus creadores, era temeraria al momento de decir todo lo que pensaba. Tanto Angela como Grace representaban a una juventud observadora, compleja, una que cometía errores, pero que también tenía la certeza de que, si no se expresaba lo que sentía, su cotidianidad iba a quedar desprovista de sentido.
“Recuerdo que cuando creamos la ficción, la cadena (ABC) tenía sus dudas, porque también era una serie oscura que lidiaba con tópicos pesados (…), Claire también quería focalizar en sus estudios y Jared tampoco estaba seguro (la ficción marcó un antes y un después en sus carreras), hasta que finalmente todo se acomodó y el rodaje del piloto fue mágico”, contó Holzman, quien también se mostró orgullosa de cómo My So-Called Life puso a la vida sexual de los jóvenes como tema de debate. “No era frecuente que un programa del prime time permitiera esa discusión, desde los pormenores del sexo casual a lo que implica ser virgen a los 15 años, como la propia Angela lo manifiesta”.
Si bien Rayanne no consideraba que había que enamorarse para “pasar un buen momento”, para la protagonista la fantasía terminaba siendo priorizada, una prueba más de cómo Angela sopesaba cada decisión. Todo cobraba una gran magnitud en su vida cotidiana y eso la volvió memorable. Para Danes, la serie fue catártica. “Yo estaba sufriendo mucho, no creo haber sufrido tanto en mi vida como entonces. Estaba en una edad muy difícil, especialmente para las mujeres. Sentía que estaba navegando la adolescencia sin saber cómo hacerlo”, expresó la actriz y añadió: “En esa época estudiaba con un tutor mientras trabajaba y de repente me llegó este guion de una brillante escritora. Winnie puso en palabras todo lo que pasaba en mi corazón pero no sabía cómo articular”.
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