Matt Groening: "Todos mis personajes están basados en dibujos que hice en la primaria"
Con (Des)encanto, la serie animada que Netflix estrena hoy, pretende hacer por el género fantástico lo que Los Simpson hizo por la sitcom: subvertir un clásico a la vez que le rinde homenaje
SANTA MONICA, California - Dado que ya ha creado dos exitosas series animadas y está por presentar la tercera, Matt Groening ha acumulado algunos consejos para vender un proyecto. "Esta es mi sugerencia para triunfar en Hollywood. Hay que definir lo que hacés de este modo: 'Es como Los Simpson mezclado con lo que sea' o 'Es lo que sea mezclado con Game of Thrones' y van a decir que sí".
Groening está, de cierta forma, burlándose de su nuevo programa (Des)encanto, cuya primera temporada está disponible desde hoy en Netflix. Esta serie sin duda comparte una sensibilidad satírica y un estilo de animación muy similar a Los Simpson, la serie creada por Groening que lleva treinta temporadas al aire. Y también está ambientada en un mundo medieval con dragones y magos. Aunque no por ello es una versión Groening de Game of Thrones.
La serie está más en línea con El señor de los anillos o las películas de Hayao Miyazaki, dos de las varias influencias que cita el creador. También es el primer programa que Groening crea para un servicio de streaming -los diez episodios de la primera temporada pueden ser vistos en cinco horas- y también el primero con una trama que continúa a lo largo de los episodios. "Llevo treinta años haciendo animación semanal, secuencial y pensada para un horario específico -explica-. Al tener de repente todos estos episodios estrenados al mismo tiempo se vuelve necesario contar una gran historia. Y eso ha sido muy divertido. También muy tortuoso".
Parte del reto de crear (Des)encanto, dijo Groening, es hacer algo distinto a Los Simpson, el gigante de la comedia contra el cual siempre se confronta cualquier otro proyecto que ha hecho desde entonces.
La historia no es la misma
Una mañana de junio, a eso de las once, Groening, de 64 años, ya había acudido a las oficinas de Fox -que transmite Los Simpson- para revisar algunos temas de un próximo episodio y dejar a su hijo de 5 años, Nathaniel, en un campamento de verano. Su mujer, la artista plástica argentina Agustina Picasso, estaba en la casa de ambos con las gemelas recién nacidas Venus y Sol. Groening indicó: "El español es el idioma más hablado en mi casa. Yo no hablo ni una palabra, pero sí puedo darme cuenta de si están hablando de mí".
Groening trabaja desde su oficina en Santa Monica, donde guarda un cuaderno del que quiere presumir: durante ocho años escribió ideas para (Des)encanto: árboles genealógicos de casas reales inventadas, listas de películas en las cuales inspirarse (entre ellas, La princesa prometida y Jabberwocky) y algunos bosquejos del personaje de Elfo. "Todos los personajes que dibujo están basados en algo que dibujé cuando iba en primaria", dijo.
A partir de estas inspiraciones construyó la serie de Netflix, que trata sobre las aventuras de una princesa rebelde, ese elfo y un demonio travieso. Cada capítulo tiene una historia autocontenida, pero Groening resalta que "cada suceso se vincula con cosas que después salen otra vez a la luz. Desde el principio hay momentos -pistas o detalles escondidos- que incluimos para aquellos a los que les gusta fijarse en eso", indica.
Groening tuvo ayuda de colegas de antaño para construir y poblar todos estos reinos. Josh Weinstein, productor ejecutivo de (Des)encanto, tuvo un papel similar en Los Simpson y también produjo Futurama, la otra serie animada de Groening que es más del estilo de ciencia ficción.
La ficción tiene alrededor de doce guionistas en total; la mitad son veteranos ya sea de esos programas de Groening o de otras series animadas, como Gravity Falls, de Disney. Bill Oakley, quien también ha trabajado tanto con Weinstein como Groening, dijo que las indicaciones de este último para (Des)encanto fueron justamente "asegurarse de que el espectador no tuviera que saber nada de fantasía ni que fuera fan del género" porque querían que "el programa se centre en los personajes".
El mismo Groening dijo que esa fórmula le funcionó para Futurama, ambientada en su imaginación del siglo XXXI con robots, aliens y más. "Hay que ir más allá de los chistes sobre la fantasía para que haya emociones reales", dijo.
Esta disponibilidad emocional de los personajes es algo que ha servido a lo largo de los años para Los Simpson, aunque después de tres décadas al aire algunos critican que ya no es tan incisivo como solía serlo, ni tan innovador. También han surgido cada vez más críticas sobre el tratamiento de ciertos personajes, como Apu, el dueño indio del Kwik-E-Mart, que varios fanáticos del programa denuncian promueve estereotipos racistas. Groening dijo que cree que ese tema ha sido exagerado y que "la gente en la actualidad se siente tan abatida e impotente que pelea batallas que no existen".
Respecto de quienes dicen que Los Simpson ya no tiene el mismo filo, reconoció que "no es lo mismo que era en sus momentos de popularidad de locura". Aunque añadió: "Aún me hace reír porque me sorprende". En cambio, afirma que su interés en crear el nuevo programa y de transmitirlo en una plataforma como Netflix surgió de un deseo de hacer cosas nuevas. "Quería ver qué tal sería dirigirme hacia otro lugar", indicó.
Aunque sus colegas sospechan que hay algo más detrás de la decisión: que Groening quiere demostrar que sigue siendo tan importante para el ámbito de la comedia animada como lo era a principios de su carrera.
"Si yo hubiera creado tanto Los Simpson como Futurama, con eso me habría retirado", dijo Oakley. "Pero a él le encanta trabajar, lo que habla bien de él. Quiere que lo juzguen por lo que hace ahora y quiere seguir contribuyendo".
Groening ya tiene en el horizonte con qué mantenerse ocupado: trabaja en la segunda temporada de (Des)encanto, también de diez capítulos y que Netflix probablemente lanzará en 2019, y aún contribuye al diseño y construcción de Los Simpson. Dijo que está en espera de ver cómo la adquisición de Fox por parte de Disney podría afectar a ese programa.
Por un lado, cree que habrá más intervención corporativa, aunque mencionó que no se opondría tanto a la posible llegada de los personajes de Springfield a parques temáticos de Disney en el mundo. "Es territorio desconocido", dijo. "Dudo de cualquier sinergia en cuestiones creativas. Pero claro que me encantaría ver una Simpsonlandia".
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