Más allá de La casa de papel: cómo Madrid se convirtió en la capital mundial de las series
MADRID.– Descienden hacia el escenario por las escaleras de un auditorio alfombrado, allí donde hace un mes solo había un descampado. Álvaro Morte, el profesor de La casa de papel , y Reed Hastings, el CEO de Netflix , hacen oficial el lanzamiento de Madrid como sede de producción europea de la gigantesca plataforma de contenidos. "I Love Spain!", dice Hastings. Hay guardaespaldas, un patrullero en la puerta y seguridad privada en un evento donde acudió hasta el presidente de Telefónica, en representación de su empresa que forjó el año pasado una alianza para integrar los contenidos de Netflix a Movistar + (la plataforma que en la Argentina se conoce como Movistar TV y tiene su versión on demand, Movistar Play).
El universo de las series españolas vive un momento de esplendor. Variedad, calidad e historias que generan debates y fanáticos alrededor del mundo. La casa de papel –que acaba de confirmar que el 19 de julio estrenará su tercera temporada en la plataforma de Hastings– es una de las últimas expresiones que abrió la puerta a un público en el exterior que elige una voz distinta a la de Hollywood. La marca España encontró a sus mejores embajadores. La infraestructura para albergar estas producciones crece a un ritmo febril. Madrid Content City, el enclave de 140.000 metros cuadrados que albergará quince sets, el mayor en su especie en Europa, termina de construirse contrarreloj.
Hemos abierto nuestro Centro de Producción en España y el boss, Reed Hastings, se ha metido hasta la cocina... de alguna serie. Welcome to Spain, @ReedHastings! pic.twitter.com/nimsxQUlIp&— Netflix España (@NetflixES) April 4, 2019
¿"Por qué España?", preguntó Morte en la entrevista que él condujo con el CEO de Netflix. "Porque tiene una larga historia en series, hay escuelas de talento, muy buenas productoras y por eso queremos estar junto a esta industria tan desarrollada, donde ojalá podamos seguir creciendo. Estamos acá para quedarnos. Hay sed por historias interesantes y nos dimos cuento de que no todas las historias buenas vienen de Hollywood". El desembarco de Netflix en España se produjo en 2015: su primera serie fue Las chicas del cable . Desde entonces ha realizado 24 producciones y prepara siete nuevas series.
Sonia Martínez, directora de ficción de Antena 3, es la showrunner de la exitosa cadena donde se emitió por primera vez la ficción de los atracadores de bancos con nombre de ciudades. Antes había trabajado muchas veces con Álex Pina, el creador de la serie. "Me dijo que el atraco se había contado muchas veces en el cine, pero nunca se había hecho en televisión. «Bueno, contémosla». Hubo muchas idas y venidas con lo que queríamos contar y con qué personajes íbamos a hacerlo", recuerda a LA NACION los inicios de este suceso.
Para Martínez, su tarea consiste en asumir riesgos: "Hay momentos dulces y peligros, pero es el único modo de dar pasos en la ficción". ¿De qué modo explica el éxito e interés por las series españolas? "Esto no es un proceso de la noche a la mañana. Llevamos mucho tiempo en el mercado. Hemos ido adquiriendo mayor experiencia y creando un sello propio que tiene que ver con las historias que se cuentan y cómo se cuentan. Lo que nos distingue del hacer de otros países es el nivel emocional de nuestras historias y cómo ellas son capaces de llegar a todo el mundo sin tener la idiosincrasia propia del país. Pretendemos en este momento tan global que nuestras series sean capaces de viajar".
Movistar + comenzó a producir series en 2014, de la mano de Domingo Corral, quien creó desde entonces creó La peste, El día de mañana, Vergüenza, Arde Madrid o El embarcadero. "Evalúo este proceso con mucha humildad, desde el conocimiento de saber que hoy tienes éxito y mañana puedes no tenerlo. Las series han tenido una recepción muy buena por parte de la crítica y ha tenido un recorrido internacional que no esperábamos. El contenido más visto por nuestros clientes, por encima de las series internacionales, es el que creamos", explica. El estreno de La peste superó en un 40 por ciento el récord anterior de audiencia: el primer episodio de la séptima temporada de Game of Thrones.
"Pensamos de qué manera podemos contar esto que no se haya contado antes. Eso es muy importante: encontrar gente con una voz propia y original", sostiene Corral, quien también es el responsable de las películas de Movistar+, como la laureada Campeones, y la esperada Mientras dure la guerra, sobre los últimos días de Miguel de Unamuno, dirigida por Alejandro Amenábar. "Trabajamos desde el inicio con el convencimiento de que las mejores historias están ancladas en una realidad local, contadas de manera universal", resume. No tiene una fórmula a la hora de crear una serie, pero a su experiencia suma algunas nuevas variables. "Tenemos mucha información porque somos una plataforma que tenemos mucho big data y eso nos sirve para enfrentarnos al futuro. A nuestros clientes les gustan mucho los thrillers, por ejemplo".
Álex Pina, el creador de La casa de papel, elogiado a nivel mundial, decía anteayer en el anuncio de Netflix: "Hemos dedicado veinte años a hacer ficción con el modo norteamericano, pero con idiosincrasia española. Por una parte hacemos una serie que está basada en parámetros anglosajones porque es un atraco perfecto, pero, por otro, con una idiosincrasia española y aquí hay un punto de afectividad diferente".
Teresa Fernández-Valdés, de Bambú, la productora de Fariña, basada en la novela de no ficción de Nacho Carretero sobre el narcotráfico en Galicia, explicaba en el lanzamiento del hub de Netflix: "España ha tenido y disfrutado un público que siempre acompañaba. Todo cambió radicalmente. Se dinamiza la industria española. Estábamos acostumbrados a que un contenido debía triunfar primero en España para que el distribuidor tuviese ese dato y así pudiese adquirirlo. Pero esto no ocurre más. Hay un viaje creativo, hay nuevas generaciones que no estaban pegadas a las TV, que quieren ver TV cuando ellos quieren y no cuando le imponen un horario".
El secreto de un éxito español que aún no traspuso sus fronteras
La dama más cruel de la televisión desde hace siete años, Francisca Montenegro, ingresa con su redecilla y su traje de inicios del siglo XX. De inmediato se desprende de aquella maldad y vuelve a ser María Bouzas, la protagonista de El secreto de Puente Viejo, la serie más longeva de la TV española (en la Argentina se emite por Antena 3 Internacional, por Cablevisión y DirecTV). Al sur de la ciudad, en Leganés, se filma esta novela que cumplió 2000 episodios y que cada tarde, de lunes a viernes, es vista por 1,7 millones de personas.
El secreto de Puente Viejo, producción de Atresmedia Televisión en colaboración con Boomerang TV, iba a emitirse con solo 45 episodios, pero batió todos los récords para un programa diario: 750 actores, entre ellos Álvaro Morte, pasaron por esta historia y 90.000 páginas de guion se escribieron sobre este pueblo, un boom en Italia, donde es visto por tres millones de personas cada día.
Bouzas se adueñó de Francisca Montenegro. "Fui metiéndole ironía para aligerarla un poco. Es una fachada porque debajo hay un corazón que ha sufrido veinte años de maltrato con su ex esposo", analiza. El secreto de Puente Viejo dio un significativo giro en su trama cuando el personaje más despiadado de la historia se casó con el personaje más noble. Ramón Ibarra Robles interpreta a este hombre culto y noble, enamorado de la persona que más daño le causa. "Los resultados de audiencia me preocupan, pero los miro de lejos, conciente de que soy una parte muy pequeña de todo esto. Conocemos la mitad de la mitad de la montaña de decisiones que se toman en torno a una serie y a una programación y una cadena. Sí estoy atento al trabajo con mis compañero porque es allí donde súrgela chispa".
En dos sets se filman en simultáneo las escenas de este culebrón. El director de arte estudia los elementos del almacén, donde se venden desde huevos hasta hilos. No hay tiempos muertos. Una escena termina de filmarse y como un mecanismo de relojería, otra comienza de modo inmediato. "Nuestras series han hecho bien. Se ha aprendido muy bien a hacerlas. No hay más invento. Desde Médico de familia hasta Los Serrano, esos brokers de series que han dado de comer a muchos guionistas y se ha aprendido bien. Algunos apostaron por creadores que han salido del recinto de lo establecido y ahora ha explotado".
Los pioneros y el futuro
Una de las figuras que contribuyó a despejar el terreno para los actuales creadores es Salvador García Ruiz, un hombre tan sereno como preciso, el titiritero de gigantes criaturas de la talla de Isabel y Carlos V Emperador, series históricas que marcaron un antes y un después en la producción pública de ficción. Recuerda la complejidad de algunas escenas con caballos, armaduras, extras y trajes en estos dramas históricos y también destaca una escena clave que filmó recientemente en los Pirineos para La caza. Monte Perdido (RTVE). García Ruiz codirige la historia de misterio sobre la desaparición de dos niñas que mantuvo en vilo el día de su estreno en España, en el prime time del lunes último, a 2,5 millones de espectadores. Para el realizador no hay diferencias sustanciales entre la producción pública y privada, donde por ejemplo, dirigió La catedral del mar (Antena 3, Netflix). "Tengo la sensación de que antes TVE hacía un tipo de serie más adulta y la TV privada era más comercial, pero eso no pasa ahora. Ya no hay tanta diferencia".
El vértigo y la demanda de series exigen otro ritmo y lógica de realización. De un promedio de 13 capítulos de 70 minutos, las series españolas redujeron la cantidad de episodios y su duración. España goza un momento de esplendor. Hay alianzas, coproducciones, acuerdos de múltiples naturalezas y muchas historias para contar desde este epicentro. En este contexto, surge una necesidad: un déficit de técnicos para poder abastecer a esta rueda que no se detiene. España se ha convertido en una industria pujante de producciones audiovisuales con guionistas y realizadores de un inmenso nivel en estos años que algunos por lo bajo hasta comparan con el Siglo de Oro de las Letras.
Los argentinos del streaming: villanos, vecinos y un capitán
La presencia de actores argentinos en las series españoles es más que significativo. Además de Félix, con Leonardo Sbaraglia , y de Cecilia Roth , en El embarcadero; Darío Grandinetti filmó Hierro, y en julio se podrá ver a Rodrigo de la Serna en el misterioso rol de El ingeniero en la tercera temporada de La casa de papel. Eleonora Wexler filma La valla, mientras que Movistar + renovará por una segunda temporada Arde Madrid, donde Osmar Núñez y Fabiana García Lago interpretan a Juan Domingo Perón e Isabel Duarte, vecinos de Ava Gardner. Uno de los villanos más crueles de la TV es el de Ramiro Blas, en Vis a Vis (disponible en Antena 3 y Netflix). Su mujer fue interpretada por Noelia Noto, quien filma la próxima miniserie de Movistar +. Además, José Sacristán será el protagonista de Alta mar, cuyo capitán lo compone Eduardo Blanco.
No sabemos si es por el hype o por la impresión de ver el Bárbara de Braganza pero nos estamos mareando. #AltaMar próximamente. pic.twitter.com/199m2ompMv&— Netflix España (@NetflixES) April 4, 2019
Un fenómeno en números
- 1000 millones de euros es el volumen que genera el negocio de las series españolas
- 10 millones de euros costó la primera temporada de La peste
- Estoy vivo, la serie más vista del aire en el prime time durante 2018 en ese país, tuvo una media de 334.000 espectadores
- 13.000 personas empleó Netflix España en 2018; en 2019 serían 25.000
- 2000 capítulos lleva grabados la serie diaria más longeva de la TV española, El secreto de Puente Viejo
- 90 por ciento de la audiencia de La casa de papel vive fuera de España
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