La década del 80 marcó el resurgimiento de la comedia familiar en televisión. El género, fulgurante en los 50 y 60 con propuestas como Papá lo sabe todo, Yo quiero a Lucy, El show de Dick Van Dyke o Los Brady Bunch, había sufrido una merma en el interés de la gente. Ya no alcanzaba con apoyarse en conflictos parentales, sino que se buscaba un elemento de contraste disruptivo, desde un extraterrestre (Mork y Mindy) hasta el contraste racial (Blanco y negro). Hasta que en 1984, El show de Bill Cosby volvió a poner a la familia tipo como centro de la escena. El programa trataba sobre un matrimonio afroamericano del Bronx, ambos profesionales, con cinco hijos, que divertían a partir de problemas domésticos de clase media alta. No había lugar para la bajada de línea, ni para exponer asuntos de discriminación o segregación. Todo era tan amable como intrascendente. El suceso de The Cosby Show cruzó las fronteras de los Estados Unidos: en la Argentina se comenzó a emitir en el horario central de Canal 9 a partir de 1986, logrando en sucesivas oportunidades récords de audiencia. Todos querían ser Cosby.
Sin embargo, mientras Bill Cosby se ganaba el corazón americano bienpensante, dos jóvenes guionistas, Michael G. Moye y Ron Leavitt, soñaban con un programa que fuera exactamente lo contrario. Ellos sostenían que aquellos shows exponían una idealización del vínculo familiar, muy lejano al verdadero. Entonces, ¿por qué no mostrar por primera vez a una familia "real", y que el humor surgiera de sus miserias, de su egoísmo, de sus imperfecciones? Moye y Leavitt no sabían que aquella idea retorcida cambiaría para siempre el humor en televisión.
Una familia muy normal
Married... With Children, toda una declaración de principios desde los mismísimos puntos suspensivos, comenzó a gestarse en 1985. Los primeros tratamientos del guion no difirieron demasiado en relación a lo que después se vio al aire. La familia Bundy (llamada así no por el asesino Ted Bundy sino por el luchador de catch King Kong Bundy) estaba compuesta por: Al (Ed O'Neill), un "jefe de familia" machista y arbitrario; su esposa Peg (Katey Segal), ama de casa, fanática de la televisión y pésima cocinera; y sus hijos Kelly (Christina Applegate), estereotipo de la rubia tonta; y Bud (David Faustino), un adolescente perdedor. La señal por la que se emitiría sería Fox Televisión, filial recién fundada de la compañía cinematográfica, que andaba detrás de proyectos distintos a los de la competencia y no muy caros. Fox televisaba, y Columbia Pictures se encargaba de la realización.
La inspiración de Michael G. Moye y Ron Leavitt surgió de una pregunta: ¿qué pasaría si se casaran Roseanne Barr y Sam Kinison?, dos de los humoristas más geniales, disruptivos y provocadores de la época. Incluso se les llegó a ofrecer los roles protagónicos, pero ambos los rechazaron (en 1988 la actriz lanzaría su propio show, sospechosamente parecido).
Columbia respiró aliviada. Ellos preferían alguien más manejable y estaban muy entusiasmados con la prueba que había hecho Michael Richards (Kramer en Seinfeld), pero Moye y Leavitt le bajaron el pulgar. El resto del elenco estaba cerrado, la fecha de grabación del piloto fijada, pero el protagonista no aparecía. Para 1986, el actor Ed O'Neill todavía no había conseguido que el público supiera quién era. De extracción teatral, su paso por el cine y la televisión se reducía a un par de apariciones secundarias en films como Cruising (1980), o series como División Miami (1984) y Hunter (1985). Nada notable, ni para poner en el currículum. Quizás lo más destacado haya sido su intento frustrado de protagonizar un show basado en la película Contacto en Francia, del que se conserva solamente el piloto de una hora y media, llamado Popeye Doyle.
Ni O'Neill ni su agente veían en Married... With Children una oportunidad, sino más bien otro proyecto para poder pagar las cuentas. Tanto fue así que el actor llegó al casting sin demasiadas ganas, fue porque no tenía nada mejor que hacer. Moye y Leavitt recordarían: "Venía de hacer deporte y ni siquiera se había cambiado de ropa. Se presentó en remera y todo transpirado".
La escena a interpretar era simple: Al llegaba a su casa del trabajo, entraba y saludaba a su familia. O'Neill se puso detrás de la puerta imaginaria, y antes de abrirla miró al cielo, cerró los ojos y suspiró resignado. Ese gesto, que ninguno de los otros actores había hecho, le confirmó a los guionistas que él era el Al Bundy que estaban buscando. El elenco del programa estaba completo.
Como la vida misma
Con el piloto grabado en Los Ángeles, en diciembre de 1986, y una promesa de aire para el año siguiente, a Married... With Children solamente le faltaba el "pulgar arriba" de un veedor puesto por Fox Television. El hombre vio el capítulo en un microcine de la compañía y pidió una reunión con directivos y autores. Su veredicto fue auspicioso, pero aconsejaba un cambio: "La familia tiene que estar más unida, mostrarse preocupados unos por los otros". Ron Leavitt se quedó en silencio, después de unos segundo cruzó miradas con su socio, se paró de su silla y le dijo al veedor: "Usted es la razón por lo que la televisión apesta", y se fue. Michael G. Moye lo siguió.
Después de varias idas y vueltas, y con Fox Television ávido de nuevos shows, Married... se estrenó el domingo 5 de agosto de 1987. Y aunque no fue el éxito esperado (lo mismo pasó con la versión argentina 15 años después, Casados con hijos), con el tiempo comenzó a despertar el interés de quienes se veían identificados con la familia Bundy.
El actor mexicano Humberto Vélez es famoso por haber prestado su voz y su talento a una gran cantidad de personajes (entre ellos Homero Simpson). Él fue quien dobló Married... With Children para Latinoamérica y le contó a LA NACION que nunca dudó de que iba a ser un éxito: "Me imaginé el enorme éxito que tendría en Latinoamérica esta familia tan desastrosa, porque era evidente que estábamos en una época de cambios. Yo nací en 1955, en una época donde todos querían ser la familia perfecta norteamericana, al menos en México. Íbamos a la escuela, bien peinaditos, con corbatas y camisas blancas. Lo mismo a la iglesia. Pero todo era una mentira porque nosotros éramos como los Bundy. Así que no solo me lo imaginé sino que deseaba que fuera un éxito. De todos modos, fíjate que nunca me enteré de la enorme audiencia que tenía la serie, porque en México se transmitió muy poquito, casi a escondidas. Si hoy mencionas Married... With Children en mi país nadie sabe que existió".
En los Estados Unidos, el programa comenzó a conocerse popularmente como "el show de los perdedores". Michael Moye, contó hace algunos años una anécdota que ejemplificaba el por qué: "Una vez recibimos una carta de un hombre de Pensilvania que decía: ‘Tengo un trabajo que no me gusta, mi vida familiar no es de lo mejor, y no sé qué hacer con mi vida. Pero quiero agradecerles porque al terminar cada semana, no importa cuán mala haya sido para mí, el domingo a la noche me siento frente al televisor y la semana de Al Bundy siempre es un poco peor".
Y aunque el programa comenzaba a ganar una audiencia fiel, no todos los norteamericanos estaban entusiasmados con la ausencia de valores que se mostraba. Entre ellos, una mujer tan indignada que se lo tomó personal. Y comenzó una cruzada con el único objetivo de destruir Married... With Children.
El efecto Rakolta
El 15 de enero de 1989, Terry Rakolta, ama de casa de clase alta de Bloomsfield Hills, Michigan, puso con sus hijos el programa –que no conocía– pensando que era un show familiar. El episodio, que giraba en torno de la compra de ropa interior por parte del protagonista, fue demasiado para ella. Se enojó muchísimo y apagó el televisor. Así lo contó años después: "No quería que entraran en mi casa ese tipo de temas, y de golpe me vi acosada por imágenes muy fuertes. No es que estuviera en contra, pero debían haber sido luego del horario de protección al menor".
Terry Rakolta llamó indignada a los productores, pero como única respuesta recibió un lacónico "si no le gusta alcanza con apagar el televisor". La mujer convirtió su disgusto en una batalla personal. Le escribió a diferentes empresas que pautaban en el show para que tuvieran cuidado. Tuvo un éxito moderado, y varios anunciantes se retiraron.
Luego llegó el turno de los diarios, sus críticas llenaron las páginas de Los Angeles Times, entre otros medios masivos, y el caso comenzó a tomar estado público. Desde Fox, si bien públicamente emitieron una solicitada apoyando su producto, puertas adentro empezaron a pedir los guiones con el tiempo suficiente para revisar cada detalle y ordenar los cambios que fueran necesarios para no herir susceptibilidades.
Rakolta iba por más, pero no vio que sus acciones terminarían generando el efecto contrario. Married... With Children experimentó un incremento de rating, directamente proporcional a la cantidad de gente que quería saber de qué iba ese "show diabólico". Atentos a los números, los auspiciantes volvieron, y el show se convirtió definitivamente en un éxito. El 27 de noviembre de 1988 marcó un récord al ser el programa más visto de Fox, además de acumular un 25 por ciento del encendido total de todo los Estados Unidos. A la mujer indignada le había salido muy mal su maniobra.
El legado animado
Si bien Married... With Children se había convertido en un suceso sin precedentes, con el tiempo los autores se hartaron de las presiones del estudio sobre los libros. Episodios censurados (A Period Piece, donde una salida de campo se vuelve insoportable a raíz de las mujeres de la familia), la molestia creciente de Applegate por tener que sostener su imagen de "rubia tonta", los rumores de romance nunca confirmados entre miembros del elenco, y el hecho de que Amanda Bearse (Marcy, la vecina de los Bundy) se manifestara públicamente lesbiana y adoptante (situación que no le gustó nada a la conservadora Fox) comenzaron a desgastar la propuesta.
Aunque todavía faltaba el momento más triste que tuvo que afrontar el elenco del show, la perdida del bebé que esperaba la actriz Katey Sagal. En 1991, la intérprete quedó embarazada, y a los guionistas les resultó divertido incorporar ese elemento a la serie. Durante ese año, los chistes giraron en torno al entusiasmo de Peg, y al desgano de Al por volver a ser padre. Pero el 14 de octubre de ese año, Sagal tuvo que ser internada de urgencia en el Cedars-Sinai de Los Ángeles. Su bebé, Ruby, murió al nacer.
Ella volvió a trabajar apenas un mes después, gracias al apoyo de sus compañeros. En la ficción se resolvió el problema con el recurso de que todo el embarazo había sido un sueño. Pero algo había cambiado.
Luego de 11 temporadas, el 27 de marzo de 1997 se grabó el último episodio de Married... With Children, pero no hubo ni llantos ni alegrías, ni despedidas. Porque a ninguno de los actores les habían anticipado la cancelación. Fox lo anunció mediante un comunicado a los medios semanas después. Applegate, O'Neill, Bearse y el resto se enteraron de que se quedaban sin trabajo por admiradores que se los cruzaban y les daban el pésame.
Married... With Children no solo marcó un antes y un después en la historia del humor en televisión, sino que además sentó las bases de otra familia que seguiría y profundizaría su derrotero políticamente incorrecto: Los Simpson. Humberto Vélez, que conoce mejor que nadie ambos proyectos, se lo confirma a LA NACION: "El show de Los Simpson es exactamente lo mismo que Married... With Children, solo que en dibujos animados. La misma familia disfuncional, con un esposo desobligado, deshonesto y tonto. Pasa lo mismo con Marge y Peg, y con sus hijos. Pero la mayor parte de la gente somos así. No somos como nos mostraban en las otras series, limpios y pulcros. Ni siquiera como los vecinos de los Bundy, o los de los Simpson. Fíjate que los Flanders son gente muy linda, limpia, religiosa y honesta. No digo que sean todos, pero la mayor parte de nosotros éramos y somos como los Bundy o los Simpson".
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