Mariska Hargitay: la reina del policial de TV, "la madre" del movimiento #MeToo
NUEVA YORK.– Cuando Mariska Hargitay no está interpelando abusadores sexuales en sombrías salas de interrogatorios pasa su tiempo en la versión real de un tablero de Pinterest. En los nuevos estudios de producción del programa en los muelles neoyorquinos de Chelsea, al fondo de la sala de reuniones de la comisaría del set de La ley y el orden: UVE está el "oasis" de Hargitay, un híbrido de oficina y de camarín lleno de "ayudas visuales" inspiradoras.
El cuadro de su primera tapa (la revista Time Out New York) cuelga arriba de un sofá rosa millennial. Ahí cerca hay un surtido de fotos, como la de su esposo, el actor Peter Hermann, y de sus hijos; otras con Ice-T, su coprotagonista en Unidad de Víctimas Especiales, y un póster de tamaño real de Hargitay con su excompañero de La ley y el orden, Christopher Meloni. Como corresponde a una heroína feminista, otra pared está dedicada a la Mujer Maravilla y la jueza Ruth Bader Ginsburg. Olivia Benson se sentiría orgullosa. En veinte temporadas en el aire, la empática detective que compone Hargitay se volvió un ícono de la cultura pop por su búsqueda infatigable de justicia para las "víctimas especiales" con las que trabaja, por lo general mujeres sobrevivientes de delitos contra la integridad sexual.
En los últimos años, La ley y el orden: UVE –que puede verse por Universal, Fox Life y Amazon Prime Video– tomó un nuevo impulso con el surgimiento del movimiento #MeToo, que logró generar más conciencia de la prevalencia y las consecuencias del acoso y la agresión sexual. Para Hargitay, ese reconocimiento tardó mucho tiempo en llegar. "En este momento estoy consternada y exultante. Estoy dando saltos de alegría porque el tema domina los medios. Es la única forma de que podamos erradicarlo".
La semana última, La ley y el orden: UVE comenzó su temporada número 21 y se convirtió en el drama más longevo del prime time norteamericano, al superar a la "nave nodriza" de los ciclos de Dick Wolf, La ley y el orden (1990-2010), y al western La ley del revólver (1955-75). Olivia Benson se volverá este año el personaje con más cantidad de horas en el aire en la historia de la TV de su país (la serie animada Los Simpson posee, gracias a sus 31 temporadas, el resto de los récords.) Ni la serie ni la actriz tienen planeado despedirse del programa en el futuro cercano. En parte se debe a que todavía genera un rating respetable para NBC, pero también porque lo que para Hargitay comenzó como un trabajo actoral se volvió parte de su vida.
Desde que comenzó a interpretar a la detective Benson, en 1999, Hargitay, que tiene actualmente 55 años, pasa gran parte de su vida fuera de la pantalla trabajando con víctimas de abuso sexual. Se formó como consejera y terapeuta de víctimas de abuso y en 2004 creó la Fundación del Corazón Alegre, que ayuda a sobrevivientes de agresiones sexuales, violencia doméstica y abuso infantil. Hargitay ganó el mes pasado un Emmy por I Am Evidence, documental de HBO que produjo y protagonizó sobre cómo la policía (real) maneja los casos de agresiones sexuales en los Estados Unidos. "Estoy más comprometida que nunca, y ya estaba bastante comprometida cuando empecé –dice entre risas Hargitay–. Pasé de actriz a activista".
Si bien comparte las obsesiones de Benson, la actriz es casi lo contrario de su personaje. Divertida y afable allí donde su alter ego es taciturna e insensible, los colores que la rodean también se apartan claramente de la gama de grises que componen el vestuario de la detective. Instalada en un sillón color ciruela con enormes anteojos rojos, irradia una energía efervescente y mueve las manos constantemente. Hija de la estrella del Hollywood clásico Jayne Mansfield y del actor fisicoculturista Mickey Hargitay, Mariska estudió actuación en la Universidad de California y obtuvo su primer papel en 1985 para la comedia de terror Ghoulies. Protagonizó su primera serie un año más tarde, el drama Downtown, y apareció en programas como Falcon Crest y ER Emergencias.
Pero todo cambió en 1999, cuando logró su protagónico en La ley y el orden: UVE. Para empezar, nunca abandonó el personaje. "Quedé encantada con ella y con la idea del programa –que en su momento era muy progresista– de contar este tipo de historias", dice Hargitay.
Su personaje, Olivia Benson, a veces resultó un alivio para víctimas y sobrevivientes de agresiones en la vida real. En el libro We Believe You: Survivors of Campus Sexual Assault Speak Out, una víctima señala que la omnipresencia de Benson en la pantalla –donde conviven capítulos estreno e innumerables repeticiones en las trasnoches y los fines de semana desde hace décadas– "destrozó la culpa y la incertidumbre que viví durante años".
Ella es la madre del movimiento #MeToo. Está claro que la conmovió el papel de la detective Benson e hizo que se volviera el motor del cambio
Hargitay dice que los espectadores a veces se le acercan para compartir sus experiencias personales. El tema, y el impacto que tiene Benson en las mujeres, especialmente entre aquellas que son sobrevivientes de abusos sexuales, la conmueve como el primer día. "Se volvió cada vez más evidente que en nuestra cultura necesitábamos a un personaje como Liv, que lucha y defiende incansablemente a las mujeres y los sobrevivientes, y que lo hace con compasión –dice Hargitay entre lágrimas–. Es una persona que está absolutamente comprometida con reparar el daño, que les cree a las víctimas, que se preocupa por ayudar a sanarlas". Dick Wolf, el creador de La ley y el orden, afirma que Hargitay es "la madre del movimiento #MeToo. Está claro que la conmovió el papel de la detective Benson e hizo que se volviera el motor del cambio", explica.
En 20 temporadas, La ley y el orden: UVE se mantuvo fiel a sus raíces policiales. Cada tanto aparece alguna celebridad para darles color a los casos de la semana –Bradley Cooper, Carol Burnett, Robin Williams, Serena Williams–, pero por lo general la serie se inspira en casos tomados de los titulares de los diarios e incorpora métodos innovadores de investigación, como las nuevas técnicas de entrevista forense a las víctimas de trauma y violencia.
Además de sus dos décadas ininterrumpidas en la pantalla chica, La ley y el orden originó seis series derivadas o spinoffs: de todas ellas, UVE es la única que sigue en pantalla. La última temporada de la serie fue vista por más de siete millones de espectadores por semana en su país, una de las treinta series más vistas del año entre los televidentes de entre 18 y 49 años. Los productores dicen que la longevidad de la serie es mérito de Hargitay, y mencionan el perdurable encanto del personaje y la presencia estable de la actriz en el programa.
Hargitay nunca imaginó seguir interpretando a Olivia Benson veinte años después, pero su compromiso de sorprender a los fans de la serie y a sí misma, después de 480 capítulos, se mantiene. "Esta es la temporada 21, tenemos que hacerla de una manera diferente". Declina dar detalles sobre lo "diferente", salvo que Ian McShane (American Gods, Deadwood) hará una aparición.
Antes de que terminara la entrevista, su mirada recayó sobre una foto de la pared de su oficina, una toma en blanco y negro de una mujer corriendo por la playa. Es una portada de Vanity Fair. La mujer que corre es Hilary Swank, doble ganadora del Oscar y amiga de Hargitay.
"Cuando vi esa foto, le dije a Hilary que la quería para mi camarín", dice Hargitay. "Eso es lo que he estado haciendo estos veintiún años: corriendo una maratón". Y no tiene la más mínima intención de abandonar la carrera.
Traducción de Jaime Arrambide
Ilana Kaplan
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