Maricón perdido, la serie autobiográfica que retrata con crudeza y amor una vida única
El español Bob Pop cuenta su vida en una ficción llena de nostalgia pero con increíble actualidad, que estrena en TNT y está disponible en HBO Max
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En medio de una España convulsionada por el crimen homoodiante del joven Samuel Luiz, Bob Pop uno de los referentes del mundo gay en ese país, estrena una serie autobiográfica que trata con crudeza, pero sin perder jamás humor y ternura, la vida de las disidencias en la década del 80 y el 90: “Cuando escribí Maricón perdido creí que estaba haciendo memoria de algo que habíamos superado, pero desgraciadamente me temo que no”.
Roberto Enríquez es el verdadero nombre de este madrileño que nació en 1971 y que interviene desde hace décadas en la cultura popular española de diferentes maneras, como columnista, crítico de televisión, escritor, panelista, actor y bloguero. Todos lo conocen como Bob Pop y por primera vez decidió retratar su vida en una ficción.
Maricón perdido está compuesta por seis episodios de una hora, en donde se mezcla la nostalgia, las vivencias propias y algo de la fantasía de un joven gay en una Madrid que se despierta a la diferencia y al arte.
A pesar de que se trata de su propia vida, Bob Pop no eligió edulcorar ninguno de los episodios que quería contar de su pasado, incluso a costa de mostrar sus debilidades y errores: “¡No quería caer en una beatificación! ¡No somos santas! No somos perfectos, pero tampoco nos tienen que perdonar nada. Podemos ser maricones e imperfectos, lesbianas imperfectas, travestis imperfectos, trans imperfectos… Creo que es muy importante que digamos que cometemos los errores y que somos como los demás. Y que incluso ni siquiera el colectivo de esa época, aunque era un refugio, no es un lugar totalmente seguro”.
"Yo quería contar mi experiencia sin almíbar, contarla sin autocompasión… ¡Contarla como la viví! No tengo que pagar ningún precio por ser quien soy y estoy muy lejos de ser perfecto."
Bob Pop
“Cuando era niño yo mitificaba lo que podría ser salir de mi pequeño pueblo, cercano a Madrid, y llegar a la capital, en donde yo creía que era una suerte de Tierra Prometida. Sin embargo, el ambiente gay incipiente de esa época está lleno de problemas. Yo quería contar mi experiencia sin almíbar, contarla sin autocompasión… ¡Contarla como la viví! No tengo que pagar ningún precio por ser quien soy y estoy muy lejos de ser perfecto”, puntualizó a LA NACION.
Así, Maricón perdido también muestra sus búsquedas sexuales y todo lo que implicaba transitar ciertos ambientes sin tener un cuerpo que respondía a las exigencias del colectivo de esa época: “Quise contar dónde yo buscaba amor, dónde yo buscaba sexo, cómo eran los lugares de cruising, cómo eran los saunas, que tienen un código propio y sus lenguajes que estaba muy interesantes transmitir en una serie pensada para todo el mundo, no solo para el público LGTBIQ+”.
Dentro de estos personajes imperfectos se destaca su madre, interpretada por la actriz Candela Peña: “Es, sin dudas, el papel con el que creo que como actriz he podido llegar más lejos. Y esto se debe a un sin número de circunstancias, como encontrarme este texto maravilloso, conocer a Bob e intentar aportar mi granito de arena para que se entienda la historia de este niño que tiene una herida en lo más primario, que es una madre que no lo entiende y que coloca su amor en la castración. Puede llegar a ser muy terrorífico y me he preguntado si podría llegar a serlo, porque creo que estoy lejos de ser una persona así, una madre que no tenga ningún tipo de conciencia de nada más que de ella misma... ¡Pues me asustaba mucho! Pero logré entrar un poco en trance con esta madre disfrutado muchísimo y es gracias a que Bob en un punto me ha dejado y, en otro, más que dirigido me ha acompañado”.
Rodada entre el año pasado y éste, la serie cobró un significado nuevo a partir del caso de Samuel Luiz, un joven de 24 años asesinado por una patota a comienzos de mes cerca de una discoteca en La Coruña al grito de “maricón”. Para Bob Pop, este hecho cambió su percepción de las cosas: “El título se le ocurrió a uno de los productores de la serie, Andreu Buenafuente, quien es también mi amigo. Él me sugirió que era muy importante reapropiarme del término con el que tantas veces me han insultado. Creo que es una palabra que hoy nos pertenece, pero que sigue siendo lo que nos llaman cuando nos matan”.
“Siempre pensé que estaba haciendo una serie histórica y desgraciadamente me encuentro con esta realidad que me devuelve a la realidad: vivimos en un momento que me duele pero que sobre todo me asusta porque pone de nuevo al miedo en el centro de escena. Y el miedo es lo último que podemos tener entonces. Es la sensación de que nos quieren volver a invisibilizar, a meter de vuelta al armario, a que sintamos que no podemos decir quiénes somos por miedo a que nos agredan, nos insulten, nos maten… De verdad que yo creía que estaba haciendo memoria de algo que habíamos superado pero desgraciadamente me temo que no. Y además me temo que es algo que está alimentado por fuerzas políticas de ultraderecha, que apuntan para que otros disparen”, puntualizó.
"La cultura del miedo es lo peor que nos puede pasar así que no nos queda otra que seguir contando historias, ¡no? Por lo menos ahí no nos pueden tocar, debemos ser libres para poder contar lo que queremos contar y que no nos quiten la rabia."
Candela Peña
Peña coincidió con su colega: “Ha sido muy curioso que todo esto sucedió mientras terminábamos la promoción de la serie y hablábamos del pasado y la importancia de que las nuevas generaciones conozcan esta historia. El actor que hace Bob de pequeño, Gabriel, tiene 15 años y uno piensa que, como la acción transcurre en los 80, es otra época y todo cambió… Pero ¡madre mía! Sucede de nuevo. La cultura del miedo es lo peor que nos puede pasar así que no nos queda otra que seguir contando historias, ¡no? Por lo menos ahí no nos pueden tocar, debemos ser libres para poder contar lo que queremos contar y que no nos quiten la rabia”.
En Maricon perdido también hay espacio para los gustos personales de su creador. Así, en el primer episodio un Bob Pop adolescente tiene que elegir un personaje histórico para interpretar en una clase y elige a Eva Perón, para lo que decide hacer la mímica de “No llores por mí Argentina”, algo inspirado en su propia vida.
“Yo de niño cantaba muchísimo No llores por mí Argentina porque mis padres habían ido a ver a Nacha Guevara al teatro a finales de los 70, cuando ella estaba exiliada y aquí terminaba la dictadura franquista. Nacha llegó con Alberto Favero y con canciones de Mario Benedetti y mis padres volvieron fascinados y trajeron el disco del espectáculo y el single de ‘No llores…', de Nacha. Reventé en el tocadiscos”, recordó.
Los primeros tres episodios de Maricón perdido se podrán ver el jueves 22 de julio a las 22, por TNT, al igual que los tres siguientes. Además, desde esa misma fecha la serie completa estará disponible en HBO Max.
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