Los nuevos (anti)héroes de la televisión: de Frank Underwood a Walter White
Por qué nos atraen cada vez más personajes que nunca quisiéramos tener cerca en nuestra vida cotidiana
Frank Underwood gira su rostro, mira a cámara y revela su próximo macabro y temible plan. Es un cara a cara con el espectador, un seguidor de House of Cards que, fascinado, anhela que ese plan funcione. Las series acercan a Walter White y sus estrategias en Breaking Bad, a la violencia pragmática de Tony Soprano, todas acciones moralmente condenables que logran una adhesión incondicional de millones de fans episodio a episodio. ¿Por qué será que aquello mismo que condenamos con firmeza en la cotidianidad, admiramos y disfrutamos en nuestras series favoritas?
"Se necesita tener un estómago de acero para realizar todo que hicimos hasta ahora", le dice Underwood a su esposa y socia, Claire, en un pasaje de la flamante cuarta temporada de House of Cards. Esa actitud inescrupulosa, pragmática y resultadista del personaje es uno de los ejes de la adicción que genera la serie. Y es un componente general de los nuevos protagonistas de las ficciones, esos (anti)héroes con atractivos matices que logran una nueva forma de identificación con el espectador. House of Cards es uno de los mejores ejemplos del fenómeno denominado "binge watching" (algo así como "devorar" una serie en tiempo récord, consumir varios episodios en pocos días) y eso se debe a que no podemos dejar de pensar en su suerte, ¿qué es lo que trama su perversa lógica para el próximo episodio? ¿cómo afectará eso a su entorno y, por ende, al resto de la nación? No toleraríamos, claro, para nuestras vidas ciudadanas un presidente como Frank Underwood. Pero a House of Cards, a la serie, se lo exigimos en un acto de sincera morbosidad.
Las incertidumbres posmodernas de fin de siglo pasado fueron el germen de historias que ponían en tela de juicio la unidimensionalidad del héroe clásico. Así aparecieron las acciones esotéricas del agente Cooper en Twin Peaks o la oscuridad y el fanatismo del Agente Mulder para enfrentar al poder institucional en Los Expedientes Secretos X. Ya no hubo más lugar para las acciones heroicas sin matices del Sargento Saunders de Combate, Hannibal Smith de Brigada A o del incorruptible McGyver. Cuando Walter White descubre en Breaking Bad que padece un cáncer terminal sabe que no puede seguir con su gris vida de profesor frustrado: el plan es enfrentar a ese sistema que le da la espalda y para ello se transforma en uno de los mayores criminales del país. Y claro, nosotros, queremos que desde el inicio su plan funcione.
En la Era Dorada de las series de televisión la empatía del espectador con esos protagonistas abyectos juega un rol fundamental. Esas historias, por terribles que parezcan, suenan cercanas, humanas. Algo de eso desarrolla Brett Martin en su libro Hombres Fuera de Serie: "Hombres que alternativamente dan rienda suelta a sus instintos más salvajes y luchan por mantenerlos encerrados, han formado parte de la gran historia de los Estados Unidos, la que se encuentra en el medio dominante en el momento dado".
Top five de (antihéroes) favoritos
1. Walter White. El hombre de Breaking Bad en una actuación memorable (con felicitación de Sir Anthony Hopkins incluida) de Bryan Cranston. Una travesía, una reformulación del mito clásico de Dr Jeckyll y Mr Hyde: a lo largo de cinco temporadas el pusilánime Walter White se transforma en Heisenberg, el criminal más temido de los Estados Unidos.
2 Tony Soprano. Los Soprano es la serie que oficialmente abre la tercera Era Dorada de la televisión. James Gandolfini redefinió la actuación en el medio y dio vida a un gánster neurótico, angustiado en su ascenso al poder.
3. Frank Underwood. Kevin Spacey se puso al hombre el proyecto House of Cards y generó uno de los personajes recientes con más impacto en la cultura popular. Con la política como laberinto de perversidades, Underwood es un tiburón estratégico cuyo principal objetivo es el poder y la supervivencia.
4. Don Draper. En Mad Men, el actor Jon Hamm compuso a un ser amoral que fue reflejo carnal del boom de la agencias de publicidad. Doble juego, mentira realidad, pragmatismo y un viaje interno y circular.
5 Detective James "Jimmy" McNulty. Para muchos, The Wire es la mejor serie de todos los tiempos. Y es algo que tranquilamente puede aceptarse. El actor Dominic West le dio vida a este oficial, alcohólico y adicto al trabajo que decide ir, al mismo tiempo, contra el poder institucional y el negocio de la droga en Baltimore, muy cerca de los márgenes de la ley.
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