Los episodios únicos de tus series favoritas
Capítulos inolvidables que se destacaron en la historia de populares ficciones de la TV
Hubo una época, tal vez ya no muchos la recuerden, en la que las series se veían de a un capítulo por semana y el tiempo que había que esperar entre una temporada y otra era bastante más largo que lo que lleva hacer clic con el control remoto. En aquellos días en el que maratón era nada más que una carrera, cada tanto los creadores más entusiastas se animaban a realizar episodios que se desviaban un poco de lo que contaban semana a semana. Se trataba de capítulos que si bien requerían de cierto conocimiento de la historia previa del programa y sus personajes, al mismo tiempo se contenían en sí mismos. Pequeñas muestras gratis y rincones de experimentación para el protoautor televisivo. Los tiempos cambiaron, claro, y ahora se piensa más en el arco de la temporada o temporadas que en los episodios individuales que puedan atraer a espectadores nuevos o poco convencidos. Sin embargo, cada tanto aparece una serie que se anima a divertirse un rato y jugar con las expectativas de los que sus fanáticos esperan ver.
Bojack Horseman. La serie animada de Netflix no es para todos los paladares. Amarga, ingeniosa y atenta a los vicios de la cultura popular actual, su concepto absurdo –el protagonista es un caballo que solía ser estrella de una sitcom exitosa– consiguió en su tercera temporada un grado de locura y profundidad notable. Tan cómodos parecen los creadores con sus personajes y la trayectoria de su relato que se animaron a realizar "Fish Out of Water". En el cuarto episodio de la nueva temporada, Bojack debe asistir a un festival de cine bajo el agua en el que se presentará la película que casi protagoniza. Lo que parece un concepto surrealista lo es, pero también incluye una silente reflexión sobre el arte, los vínculos y lo que significa estar verdaderamente solo.
Buffy, the Vampire Slayer. Mucho tiempo antes de ser el director de las películas de Los vengadores, Joss Whedon era el máximo responsable de una serie que desafiaba todos los prejuicios. La historia sobre una bella adolescente con la habilidad de cazar a los vampiros que aparecían por su pueblito de ensueño tenía todos los elementos para convertirse en una ficción de escuela secundaria del montón. Pero la serie protagonizada por Sarah Michelle Gellar era muchísimo más que eso y para entender cuán brillante fue alcanza con ver dos episodios que se apoyan en la mitología del programa sin limitarse a ella para crear televisión de la buena. Se trata de "Hush", un capítulo en el que Whedon juega con el homenaje al cine de terror mudo, y "The Body", una maravilla que pone en perspectiva de modo conmovedor la humanidad y la sensibilidad de su superpoderosa protagonista.
Fringe. No fue perfecta pero se acercó bastante. La serie producida por J.J. Abrams nunca pecó de falta de ambición. Desde el comienzo planteó un complejo argumento que multiplicaba los misterios semana a semana, muchas veces dejando varias incógnitas sin respuestas. Hasta que llegó el episodio "Over There", el capítulo doble que cerró la segunda temporada y abrió las posibilidades narrativas para lo que vendría después. Los universos alternativos, sus científicos y agentes secretos nunca tuvieron tanto sentido y emoción como en estos episodios.
Lost. Olviden los sinsabores del final, la desilusión del tiempo invertido en una resolución que no le hizo justicia a una serie que conectó con los espectadores globales de un modo inédito. Lost también tuvo algunos momentos fantásticos gracias a sus guiones trabajados con inusitado cuidado para una ficción televisiva de aire. Y más allá de que a algunos les cueste ahora celebrar en retrospectiva la mitología creada por J.J. Abrams y Damon Lindelof, la serie tuvo episodios indiscutiblemente excelentes. Entre ellos "The Constant". Centrado en la historia de Desmond y Penny, el capítulo no sólo explica la lógica de la línea de tiempo caprichosa del programa sino que demuestra que hasta en la fantasía y la ciencia ficción hay lugar para la emoción y el romance.
Felicity. Para los que estén interesados en rastrear los orígenes de las obsesiones e inspiraciones de J. J. Abrams nada mejor que ver "Help for the Lovelorn", el episodio de la segunda temporada de la serie que aparentaba ser una comedia dramática sobre una bella y sensible universitaria pero era mucho más. Como se puede ver en éste capítulo que homenajea en detalle a La dimensión desconocida. Todo comienza como siempre, con la dulce Felicity (Keri Russell) suspirando por sus problemas de amores, pero en seguida todo cambia. Hasta el color de la imagen y los ángulos de cámara que acompañan un relato con final inesperado.
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