Locke and Key: una serie en la que el terror es familiar
"Bienvenidos a Matheson", dice el cartel que pasan en la ruta los protagonistas de Locke & Key, la serie que está disponible desde hoy en Netflix. Y ya con ese primer mensaje, la ficción da pistas de lo que vendrá.
"En el cómic el nombre del pueblo es otro pero Joe Hill decidió cambiarlo por este en honor de Richard Matheson, el autor de Soy leyenda que falleció cuando empezamos a grabar la serie", explica Carlton Cuse (Lost), el experimentado showrunner que junto a la productora Meredith Averill se propuso adaptar la historieta creada por Hill y Gabriel Rodríguez. Una misión que muchos otros habían intentado antes sin éxito.
De hecho, el universo creado por Hill – que trae credibilidad en el mundo del horror desde la cuna gracias a su padre,Stephen King–, estuvo doce años en proceso de desarrollo y hasta tuvo un piloto que produjo Andy Muschietti y que nunca llegó a verse en pantalla.
"Fue un camino largo pero creo que al final Meredith y yo pudimos aprender algunas lecciones de los intentos pasados y eso fue lo que nos ayudó a que el programa sea mejor. Nos beneficiamos del dolor y la tortura que tuvieron que pasar todos los que nos antecedieron", dice Cuse desde Los Ángeles, con humor y con razón. Lo cierto es que adaptar la historia de los Locke y Keyhouse, la antigua mansión a la que regresan la mamá y sus tres hijos luego de la violenta muerte del padre de la familia supone combinar géneros y tonos que van mucho más allá del terror.
"El cómic tenía la mezcla perfecta entre muchos géneros. Tiene elementos de horror, de fantasía y de drama familiar además de un misterio policial y un relato adolescente sobre hacerse adulto. Hill y Rodriguez hicieron un trabajo magnífico al crear todo este mundo así que lo tomamos y exploramos todas sus posibilidades", explica Averill. Esa mitología que menciona la productora incluye unas misteriosas llaves mágicas que atrapan la imaginación de Bode (Jackson Robert Scott), el menor de la familia, y que sus hermanos mayores terminarán por probar.
"Las llaves les dan a los personajes las posibilidad de vivir sus fantasías y experimentar cosas que los harán cambiar y crecer. Ese es el recorrido que nos interesaba explorar", detalla la productora que tuvo la responsabilidad de elegir a los integrantes de la familia Locke. "El éxito y la posibilidad de que la historia fuera creíble dependía de que funcionara la unidad familiar. Sin en eso no teníamos programa. Tuvimos suerte de encontrar a Connor Jessup y Emilia Jones que interpretan a los hijos mayores de la familia y que conectaron frente a las cámaras y detrás de ellas también. De hecho durante las grabaciones de la temporada solían reunirse para hacer cenas familiares una vez por semana. Creemos eso se ve en la ficción, especialmente en términos de la relación entre los hermanos. Es un vínculo que resultó una pieza fundamental de la trama", concluyó Averill sobre Locke & Key, un cuento de terror que tiene mucho de saga familiar.
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