Llamame Bruna, la serie sobre una adolescente que escandalizó a Brasil
LA NACION habló con María Bopp, la actriz de esta nueva propuesta de Fox1 que retratará la vida de una reconocida escort del país vecino
Tenía sólo 18 cuando desde un blog comenzó a contar sus experiencias como prostituta, actividad en la que hacía un año se había sumergido por propia elección. Raquel Pacheco, una brasileña de clase media, había abandonado a los 17 la casa de sus padres adoptivos, enojada con la supuesta preferencia que tenían ellos por sus hijas biológicas.
Las ganas de libertad, sexual y económica, la habían llevado a un conocido burdel de San Pablo. Allí, se hizo llamar Bruna Surfistinha y logró ser una de las escorts más requeridas del momento. Por ella pasaron cientos de clientes, hasta 12 por día. Vivió alegrías y tristezas. Disfrutó de tener su propio dinero y sus propios placeres. Pero también pasó la violencia, en forma de abusos físicos y verbales. ¿Y la libertad ansiada?
Era 2005 cuando el éxito de su blog se convirtió en un libro, El dulce veneno del escorpión, aún más popular que sus memorias virtuales y consejos sexuales. Fue así que su nombre comenzó a estar en boca de todos y logró ser una figura mediática. Para ese entonces, Raquel se había enamorado de un cliente quien la esperó con amor. Y al cumplir 21 años, ella se regaló la libertad de dejar de ser Bruna y comenzó a vivir de las regalías que le comenzó a dar la industria editorial.
Once años después, con un film de por medio en 2011, Bruna aún da de qué hablar en Brasil… y dentro de poco resonará en la Argentina. ¿Por qué? Es que una tarde, hace unos meses, Raquel tuvo la mano de María Bopp en su pecho. Y María, una estudiante de cine que se abría paso en la actuación, tuvo la mano de Raquel sobre el suyo. Era la primera vez que se encontraban, pero no se veían. Sentadas, una frente a la otra, tenían los ojos vendados.
María sólo sabía que Raquel era la chica que un día dejó su vida acomodada para ejercer la prostitución porque le parecía divertido. Pero en eso que fue un encuentro lúdico, propuesto por la directora Márcia Faria, conoció a la persona tras el imaginario de la Lolita del Brasil. Así es como comenzó a nacer lo que será Llamame Bruna, una serie original de Fox1 que se estrenará el domingo próximo, a las 23, por ese canal premium, y que cuenta el recorrido de Raquel para lograr su propia libertad.
LA NACION habló con Bopp acerca de esta polémica historia y sobre las ficciones que ansían poner luz sobre el tabú de la prostitución. Desde un cómodo sillón del lujoso hotel Hilton de Puerto Madero, la actriz explicó que Llamame Bruna es muy diferente a otras series que hacen hincapié en el supuesto glamour y elección de una mujer sobre cómo complacer a su cuerpo y a los ajenos. Es que Bruna en realidad habla de las diferentes caras de un oficio tan criticado como solicitado.
El imaginario sobre una prostituta por elección
-María, ¿cómo llegaste a este papel?
-Yo estudié cine y trabajaba como continuista. Caí como paracaidista en el casting porque conocía a la directora, Márcia Faria, ya que trabajé con ella en otra serie. Ella me llamó y me presenté con unas 500 chicas. Pensé que nunca iba a pasar, ser protagonista en una serie para Fox es algo tan importante y más personificar a una figura tan conocida en Brasil como Bruna. Fue una sorpresa para mí cuando me dieron el protagónico. Esta es mi primera experiencia en la actuación.
-¿Qué conocías de Bruna? Tenías sólo 14 años cuando su nombre comenzó a impactar en los medios
-No conocía su historia a fondo. En Brasil, todos tienen un imaginario de Bruna, pero muchos no saben por ejemplo que ella se prostituyó sólo tres años. La gente en general piensa que fue por más tiempo y que ella era más grande de edad. Tenía sólo 17.
-¿Qué opinión tenías de ella?
-Yo no tenía ninguna opinión formada. Sólo sabía que era una chica joven, de clase media, que se escapó de su casa para ejercer la prostitución y que le había gustado.
-Para hacer el papel tuviste una entrevista con ella, ¿cómo fue ese encuentro?
,Cuando nos conocimos hicimos un ejercicio, las dos con los ojos vendados. Nos pusieron enfrentadas, yo con mi mano en su corazón y la mano de ella en el mío. Entonces, Raquel, durante 40 minutos, me habló sobre las memorias de la infancia de ella y sobre cuando empezó a prostituirse. Yo después repetía su historia en primera persona. De repente, nos sacaron las vendas al mismo tiempo y fue un momento muy catártico. Nos abrazamos, muy emocionadas y la directora le preguntó a Raquel qué veía en mí. Ella dijo que se sintió reflejada porque en algún momento también fue una chica muy joven que recién abría las puertas del mundo. Fue una experiencia hermosa.
-A la hora de empezar a filmar, ya conociendo la historia, ¿qué escenas te costaron más?
-Los actores tuvimos dos meses y medio de preparación. Ensayamos más que nada las experiencias de ella que podían conectarse con las mías, aunque nuestros mundos y recorridos son muy diferentes. Teníamos en común el tema de la excitación de vivir cosas nuevas. Improvisamos mucho con otros actores.
-Si bien, como decís tienen experiencias muy diferentes, ¿en qué te conectaste afectivamente con sus experiencias?
-La conexión fue tal vez con el momento en que una empieza a vivir la propia sexualidad. Pero la situación familiar es muy diferente. Su familia es muy estructurada.
-¿Qué tipo de público creés que va a tener esta serie?
-Es para mayores de edad porque tiene muchas escenas de desnudos y vocabulario fuerte, así que es en horario de protección al menor y es un contenido premium. Ese es el primer filtro. Y no creo que sea sólo para el público masculino, al contrario de lo que la mayoría puede pensar. Va a haber muchas mujeres que lo quieran ver. Tiene una mirada madura y responsable sobre la prostitución.
-Hay muchas series que abordan el tema desde lo glamoroso de una prostitución Vip como la serie inglesa Diario de una prostituta o desde una temática más económica como la cuenta El negocio (una ficción brasileña, que se puede ver por HBO). ¿Cuál va a ser la visión de la prostitución en Llamame Bruna?
-Es totalmente diferente. Esta serie es más madura y responsable en cuanto a que la gente va a ver que hay sufrimiento. Bruna tiene que resignar cosas para afrontar su elección de vida. Pero además hay otros personajes que viven en ese departamento, cada uno tiene una historia diferente. Si bien Bruna es una chica de clase media alta, es una minoría con respecto al resto de las chicas que ejercen la prostitución. Bruna eligió prostituirse. Quizás el resto no tuvo opción. Esta serie va a mostrar lo crudo de ese mundo. La serie tiene violencia y violaciones porque son cosas que pasan en la prostitución.
-Hay muchos prejuicios sobre el mundo de la prostitución y sobre quiénes ejercen esa actividad, ¿creés que Bruna va a esclarecer o a romper alguno de ellos?
-No creo que se cambie un prejuicio porque está enquistado en la sociedad. La gente piensa que las prostitutas no son personas. Quizás sí se rompa un preconcepto acerca de Bruna en Brasil, todos creen que sólo fue la niña mimada que quiso ser prostituta para llamar la atención.
-A vos, ¿te cambió algún prejuicio que tenías?
-No sé. Me siento muy honrada de poder hacer este proyecto y hablar sobre sus historias. Me considero feminista y me siento honrada de ser una portavoz sobre esos temas. Hablé con muchas chicas que ejercen la prostitución para el personaje.
-¿Cómo fue esa experiencia?
-Le pedí a la producción poder entrevistarme con ellas, pero ir sola. Así que consiguieron un departamento al cual pude ir y hablé con ellas sobre cómo viven y cómo llegaron a la prostitución. Fui con muchas preguntas, pero lo que yo pensé que iba a ser más una entrevista mía, pasó a ser una charla entre mujeres sobre las diferentes historias de cada una. Me hablaron de cosas muy tristes y pesadas. Vivencias que para una chica como yo serían muy traumáticas, pero algunas las contaban con una sonrisa, otras con seriedad, pero de una manera muy natural. Fue algo fundamental para mí conocerlas. Me comentaron la mecánica de la casa, vi la atmósfera que vivían e incluso vi algunos clientes que iban llegando.
-¿Cómo se sienten ellas ante la mirada del otro? ¿Se sienten juzgadas?
-Les pregunté y ellas me decían que no. También le pregunté a Raquel eso. Ella me dijo que no. Que se siente tranquila con su decisión, que ya es parte de un proceso que vivió. Sí me dijo que hay algunas cosas no haría nuevamente.
¿Cuál es la situación de legalidad de la prostitución en Brasil?
Actualmente en Brasil hay un proyecto de ley llamada Gabriela Leite, que fue una prostituta que ya murió. La ley busca reglamentar la prostitución. En Brasil el intercambio de sexo por dinero no es un crimen, pero la ley busca legalizar, por ejemplo, el papel del cafishio, como si fuera un empresario. Eso origina una polémica muy grande porque hay quienes piensan que la prostitución tiene que ser abolida y no reglamentada como en Europa. La polémica es como quedaría el papel de estas personas que explotan a las mujeres.
¿Vos qué opinás?
Creo que las mujeres tienen que tener la oportunidad de no elegir la prostitución como salida económica. Estoy en contra de la legalización porque tendrían que crearse oportunidades para ellas. Si existieran, quizás no elegirían la prostitución.
De estar detrás de escena a estar frente a cámara
-Pasaste de ser continuista en producciones audiovisuales a ser actriz ¿Tuviste algún prurito cuando te diste cuenta de que tu primera experiencia en la actuación iba ser con un papel tan fuerte como el de Bruna?
-Cuando obtuve el papel estaba feliz. Mi duda era sólo que yo no tenía experiencia en la actuación. Y realmente caí en que iba a hacer de Bruna cuando conocí a Raquel.
-¿Y cuando llegó el momento de las escenas de sexo? ¿Te fue fácil?
-En las escenas de sexo... yo me sorprendí. Fueron más tranquilas de lo que imaginaba. Al ser una directora mujer, quizás, y como la mayoría del grupo eran mujeres, yo me sentí cómoda y tranquila. Y mis compañeros de elenco son muy amables. Yo ya había trabajado con ellos cuando era continuista, así que los conocía. Todo eso facilitó esas escenas.
-¿Cómo tomó tu familia este giro en tu vida, de estudiar cine pasaste a ser actriz y a interpretar a una escort?
-Tengo un hermano mellizo y ya le dije que no va a ver la serie completa, le vamos a cortar las escenas de sexo. En general están orgullosos todos. Pero mi papá en un momento de sinceridad me dijo: “María, me parece que no estoy preparado para verte desnuda”.
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