La maldición de Glee: una serie que pasó del éxito a las tragedias
Durante las seis temporadas de la serie Glee, sus guionistas imaginaron infinidad de situaciones límite, de personajes hostigados, tan talentosos para la música como conflictuados en todo lo demás. Pero ni Ryan Murphy, creador del programa, ni su equipo pudieron imaginar la acumulación de tragedias que terminaría rodeando a su elenco. Con la noticia de la desaparición de Naya Rivera en un lago del sur de California, muchos empezaron a especular con "la maldición de Glee".
Claro que más allá de las supersticiones y el constante murmullo de las redes sociales, lo cierto es que la serie que le daba espacio y pantalla a las historias de los adolescentes marginados que padecían la experiencia del colegio secundario, estuvo rodeada de conflictos y desgracias casi desde el comienzo. Para aquel elenco de artistas jóvenes que de un día para el otro, y sin demasiada experiencia previa, se transformaron en un fenómeno global, la fama trajo consigo tantas satisfacciones como dolor.
Si en los primeros años del programa todos los rumores apuntaban a las actitudes de diva de Lea Michele y a los muchos romances entre los actores, todos esos comentarios pasaron a segundo plano cuando en 2013, Cory Monteith, que interpretaba al dulce Finn Hudson, murió por una sobredosis de drogas y alcohol. Su muerte fue parte de la trama cuando Murphy decidió despedir a su personaje en pantalla en el tercer episodio de la quinta temporada.
Un par de años después, otro de los integrantes del elenco, Mark Salling, se suicidó luego de ser acusado y procesado por tenencia de pornografía infantil. Su muerte reveló el lado más oscuro de Hollywood, un tema que la autobiografía publicada por la propia Rivera también había sobrevolado al contar historias de abusos de drogas y peleas entre los actores de la popular serie que celebraba el optimismo y la diversidad.
Aquellas muertes dieron pie a los primeros comentarios sobre "la maldición de Glee" que crecieron cuando recientemente resurgieron las acusaciones contra Michele y la actriz Melissa Benoist (Supergirl), que participó de la última etapa del programa, reveló en un video que había sufrido violencia de género de parte de su exmarido, Blake Jenner, al que conoció cuando ambos interpretaron a la nueva joven pareja en la serie. Y aunque Benoist no nombró a Jenner cuando contó su historia, por la cronología y los detalles de lo que relató no quedaban dudas de que su agresor había sido él. Y que, una vez más, como ahora, Glee, alegría en inglés, es en realidad sinónimo de todo lo contrario.
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