Cómo será La fragilidad de los cuerpos, una serie televisiva en la vía del género policial
Hoy, a las 22.30, por El Trece, comienza esta ficción de ocho episodios que producen la emisora, Pol-ka, Cablevisión y TNT, basada en la novela de Sergio Olguín
"Sos una bomba de tiempo", le dicen a Verónica Rosenthal. A esa altura del primer episodio de la serie La fragilidad de los cuerpos que estrena esta noche El Trece, el espectador entenderá perfectamente a qué se refiere la editora de la intrépida periodista que protagoniza esta ficción adaptada de la novela escrita por Sergio Olguín y producida por Pol-Ka, TNT, El Trece y Cablevisión, que después de emitido el episodio al aire tendrá disponible toda la serie en su servicio Flow.
Claro que Verónica no es la única persona al borde en la historia. "Averiado", llama Germán Palacios a Lucio, el maquinista de tren que se cruzará en la investigación que emprende la cronista a partir de un caso de suicidio que oculta una trama bastante más amplia.
"Primero leí los guiones y al saber que había una novela me quise meter por ahí. Me sirvió mucho el libro por la forma en que describe a Verónica, todos los detalles que pertenecen a la literatura y que, obviamente, en una adaptación no están. Me ayudó mucho para armar el personaje. Me fue más fácil imaginarla; además, como supe que había muchos seguidores de la novela, me quise enterar bien de qué era lo que los enganchaba. Una de las productoras de Los ricos no piden permiso era muy fanática y me prestó todos los libros", cuenta Eva De Dominici , la encargada de darle vida ala compleja heroína creada por Olguín, que, como dice la actriz, cuenta con una legión de fieles seguidores gracias a las tres novelas que protagoniza.
En el caso de la serie, si bien los fanáticos con gusto por las comparaciones odiosas tal vez encuentren que la Verónica televisiva no es como la del papel -De Dominici es algunos años más joven que el personaje de la novela-, lo cierto es que a pesar de las necesarias diferencias el espíritu de la periodista permanece. Esa mezcla de inteligencia, instinto, avidez de justicia e impulsividad se adivina casi desde las primeras escenas en las que Rosenthal decide que el caso del maquinista muerto por su propia mano tiene algo que merece su atención y su pasión.
"La verdad es que no sentí la responsabilidad de parecer más grande. La Verónica que yo terminé interpretando fue la que yo compuse, la que está al lado de este Lucio. Son estas dos personas en estas circunstancias particulares. Lo cierto es que me gustó mucho el lugar que la serie le da a la mujer. Ella no sigue los intereses de los hombres, tiene una autonomía muy interesante. No tiene los límites morales que suelen tener la mayoría de las protagonistas femeninas. Realmente hace lo que quiere y no le importa lo que piensen de ella. Verónica también es autoritaria y se lleva todo por delante, como un tren. Su trabajo sobrepasa todo y durante esta investigación se tendrá que enfrentar a sus problemas afectivos. A enamorarse. Por eso es interesante también la ficción. Es una historia policial, pero también es una historia de amor", detalla la actriz.
Ese romance será tan complejo e intenso como Verónica y Lucio. Ella aportará sus problemas familiares, la sombra de Aaron Rosenthal (Gustavo Garzón ), ese padre del que depende más de lo que le gustaría, la difusa relación que mantiene con su amigo Federico (Juan Manuel Gil Navarro ) y una ambición que a veces la ciega, y él mostrará algo de la tragedia que experimenta casi cotidianamente.
"Gracias a la novela pude asomarme al mundo de los ferroviarios, que es desconocido por la mayoría de la gente. Entre esa información y la búsqueda de la vida diaria de un maquinista que pude emprender gracias a la generosidad de uno de ellos, que me llevó a su vida, su casa y su tren. Mi personaje es un tipo complejo, una persona averiada, que sufre estrés postraumático. Me interesó mucho indagar en todas esas capas que tiene. La aparente tranquilidad y sencillez que muestra y todo lo que esconde más allá de la superficie", explica Palacios, que adjudica a la preparación previa que el elenco hizo junto al guionista Marcos Osorio Vidal y el director Miguel Cohan el particular tono que consiguió la serie de ocho episodios.
Así, además del vínculo de los protagonistas y sus caminos independientes en busca de desentrañar lo que pasa y lo que les pasa, la historia también cuenta con un relato paralelo que involucra a un par de preadolescentes enredados en un misterio que irá construyendo una atrapante trama policial, que transcurrirá en el fotogénico y peligroso mundo de los trenes.
"Creo que es parte del atractivo de la serie. No es un universo demasiado explorado. La vida del maquinista y lo que experimenta todos los días podría ser una serie en sí misma. Para mí fue un compromiso el indagar y acopiar información para tener lo necesario para contar todo eso. Es algo con mucha fuerza dramática y tan real al mismo tiempo. La tragedia de todos los días. A su formación los maquinistas la llaman «mi tren». Esa misma persona cuando tiene la mala suerte de tener un arrollamiento es quien se tiene que bajar y pararse frente a la locomotora. Es el responsable hasta que llegan la policía y los bomberos. Y ahí se lo llevan detenido a un juzgado. Tiene algo trágico esa profesión", detalla el actor fascinado, como seguramente lo estarán los espectadores, con los detalles de ese ambiente que representó en los casi tres meses de grabación de la serie.
Y si la exploración del universo ferroviario puede resultar novedosa, también lo será para la ficción local el hecho de tener una protagonista distinta. Una heroína que lejos de depender afectivamente de otros parece esforzarse para no esperar nada de nadie, en la línea de las protagonistas de los policiales británicos de la literatura, el cine y la televisión.
"Verónica no es perfecta. No me tengo que cuidar de lo que vayan a pensar de ella. No es una heroína de telenovela que por la naturaleza del género tenés que cuidar todo el tiempo para que no quede mal parada. Es otra cosa. Porque esos personajes están pensados para que parezcan incapaces de hacer una maldad y Verónica no es así. Es una persona muy independiente que quiere demostrar su valor como periodista. En su trabajo la observan porque saben que es talentosa, que hace bien lo que hace, pero que también es capaz de mandarse cagadas por meterse en territorios que en realidad no le corresponden pero ella siente que sí y que con tal de llegar a la verdad se anima a todo. De hecho, Verónica hace el descubrimiento que pone en marcha la historia. Se mete de lleno en eso. Ella quiere ser, sobre todo, reconocida profesionalmente", concluye De Dominici.
Estrenos multipantalla
En la televisión argentina actual la producción en solitario y el consumo en una sola pantalla es casi una especie en extinción. Aun si se trata de un ciclo que se estrena primero en la pantalla abierta las opciones de consumo del contenido se multiplican. Lo mismo que los productores detrás de las ficciones más ambiciosas en términos artísticos. En el caso de La fragilidad de los cuerpos, luego de la emisión por El Trece esta noche, la serie completa estará disponible en los servicios Flow y on demand de Cablevisión y mañana, a las 22, podrá verse el primer episodio por la señal de TV paga TNT. Un sistema multipantalla y plataforma que de a poco será más costumbre que rareza para la industria televisiva local que encontró así la manera de poder seguir realizando ficción. La tendencia continuará en los próximos meses con dos de las series más esperadas del año: Un gallo para Esculapio, producida por Underground, Telefé, Cablevisión y TNT, y el unitario El maestro. Con Julio Chávez como protagonista, la historia sobre un instructor de ballet será producida por Pol-ka, El Trece, Cablevisión y TNT.
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