Josh Duhamel, sobre El legado de Júpiter: “Más que ponerme el traje de superhéroe, me interesó la saga familiar”
El protagonista de la nueva serie de Netflix dialogó con LA NACION acerca de los desafíos de llevar a la pantalla la historia creada por Mark Millar
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“No lideramos, no matamos, no gobernamos, nosotros inspiramos”. Hacia la mitad del primer episodio de El legado de Júpiter, la frase dicha por Sheldon Sampson (Josh Duhamel), su protagonista, explica el conflicto que atraviesa los ocho episodios de la temporada. La serie que estará disponible desde hoy en Netflix es la primera realizada por la plataforma a partir de una historia creada por Mark Millar, legendario escritor de cómics que con este relato publicado en 2013 sacudió los cimientos de los relatos de superhéroes.
Sheldon es Utopian, el héroe más poderoso del mundo, el invencible defensor de pobres y ausentes que se rige por un código de conducta tan estricto que lo volvió impenetrable no solo a las balas sino también a las opiniones de los otros. Y esos otros son las personas más cercanas a él: su esposa Grace (Leslie Bibb), su hermano Walter (Ben Daniels) y sus hijos Chloe (Elena Campouris) y Brandon (Andrew Horton), herederos de sus habilidades y de la pesada carga que significa proteger al universo.
Así, la historia de superhéroes se combina con un drama familiar de aires shakesperianos que por momentos parece evocar a algunas de las situaciones y diálogos de otra ficción de Netflix con familias bajo la lupa de la mirada pública: The Crown. Aunque en este caso los reyes no usan corona sino capas, como en la historia de la monarquía cada movimiento que hace la nueva generación se refleja en el legado de sus padres. Algo que Sheldon se ocupa de repetirle hasta el cansancio a la rebelde Chloe y el manso Brandon, a los que les cuesta adaptarse a las exigencias de un padre venerado por todos pero bastante ausente para ellos. Con un mundo que empieza a desconfiar de sus métodos para combatir el mal, la crisis del poderoso Utopian comienza en casa.
“Uno pensaría que este tipo que pasó por tantas cosas en su vida, ya no tendría nada más que aprender y sin embargo se da cuenta a los 120 años, de que se pasó toda la vida tratando de cambiar el mundo para bien y que no funcionó. Que sus métodos pueden haber estado errados y ya no sabe en qué creer, especialmente porque su propia familia le reclama que en su intento de hacer el bien se olvidó de estar presente para ellos y esa ausencia se volvió resentimiento y lo está destruyendo”, explica Duhamel, el encargado de interpretar las muchas aristas del superhéroe que se está quedando solo.
Desde Los Ángeles, vía zoom, el actor que acaba de terminar de filmar Shotgun Wedding, una comedia romántica de aventuras junto a Jennifer Lopez en la que reemplazó a Armie Hammer, asegura que más allá de las elaboradas escenas de acción lo que más le interesó del ambicioso proyecto con el que Netflix ensaya la competencia con las series de Marvel y DC, fue que se trata fundamentalmente de una historia familiar.
“Creo que eso es lo que la hace más interesante y facilita la identificación con los personajes. A mí, más que ponerme el traje de superhéroe, me interesó la saga familiar, la tragedia de los Sampson y me parece que el público se puede identificar con lo que les pasa. Especialmente quienes tienen hijos y empiezan a sentir la falta de comunicación, de un lenguaje común y de una mirada del mundo compartida con ellos”, cuenta el actor que al interpretar a Sheldon tuvo el desafío de crear un personaje con un arco dramático excepcional. Porque además del relato en el presente, con un Sheldon ya anciano y desilusionado, la serie también se ocupa de narrar el origen de sus poderes y cómo llegó a ser quién es. Un comienzo que se ubica en la época de la Gran Depresión, cuando la caída de la bolsa en 1929 sumió a los Estados Unidos en una crisis tan profunda que en la fantasía de Millar solo podía superarse con superpoderes.
“Para mí como actor fue un sueño hecho realidad interpretar todo lo de los años treinta en contraste con las escenas del presente, era como hacer dos personajes. Me entusiasmó especialmente cuando, luego de la muerte de su padre, Sheldon empieza a perder la cabeza, a tener visiones que no sabe adónde lo llevarán pero que derivan en el superhombre en el que se convertirá luego”, detalla el actor que también representa al desgastado líder que está perdiendo la razón en un sentido distinto pero igual de traumático que en su juventud. En resumen, para Duhamel las batallas internas fueron mucho más divertidas de grabar que las escenas de acción durante el largo rodaje de ocho meses en Toronto.
“Me encantaron las escenas en las que Sheldon va a terapia. Es algo que no se ve en este tipo de historias en las que se supone que el héroe tiene todas las respuestas, pero él no las tiene. De hecho es el hombre más poderoso del mundo pero se siente impotente frente a algo tan simple como conectarse con su hija”, cuenta Duhamel.
El personaje de Chloe -la hija rebelde que abandonó la unión de superhéroes para dedicarse al modelaje y a consumir todas las drogas que se crucen por su camino- además se involucra con el hijo del supervillano que busca destruir a su padre, lo que aporta otro toque shakesperiano que le da más espesor a la tragedia. A ese conflicto se suman la desesperación del hijo por la aprobación de su papá, la grieta cada vez más evidente con su esposa Grace cansada de justificar su testarudez y las cuentas pendientes con su hermano Walter, que oculta mucho más de lo que muestra. Y, claro, en los ratos libres que le dejan las crisis familiares, a Utopian le queda el pequeño asunto de combatir el crimen y la maldad en el universo.
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