La miniserie de Prime Video transcurre en el mundo de la popular saga cinematográfica que no solo le devolvió a Keanu Reeves su status de estrella, sino que también se expande a través de nuevas películas y futuros proyectos paralelos
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De un tiempo a esta parte, la cartelera estaba casi dominada por largometrajes animados y franquicias superheroicas. Hasta que apareció John Wick. En pocos años, el sicario encarnado por Keanu Reeves se convirtió en punta de lanza de una familia de títulos, secuelas y spin offs, que reivindican el encanto del cine de acción. Y el estreno de hoy de El Continental es la mejor excusa para descubrir los secretos detrás del fascinante (pero violento) folclore de John Wick.
En nombre del abuelo
A comienzos de siglo, las películas en la línea de Duro de matar no pasaban su mejor momento. Los hombres de mirada adusta, ceño fruncido, y más dispuestos a disparar que a dialogar eran una especie en extinción. Atento a eso, el guionista Derek Kolstad comenzó a fantasear con homenajear a esos antihéroes, a través de un sicario que luego de un tiempo retirado, era forzado a volver a su línea de trabajo.
La primera inspiración del guionista, fue la historia de un marine llamado Marcus Luttrell, que se despertó una noche luego de oír un disparo en su propio hogar. Cuando se levanta, Luttrell encuentra a su cachorro muerto en el living, y decidido a cobrarse venganza, toma dos pistolas y le da caza al asesino (finalmente no lo ejecutó, asegurando que en la guerra “ya había matado a demasiadas personas”). Con ese punto de partida, Kolstad moldea su propia ficción, basándose también en dos películas claves del género, Hombre en llamas y Búsqueda implacable. A esa coctelera solo le faltaba un protagonista con un nombre ganchero, y tomado prestado el de su propio abuelo, el escritor le da nacimiento al antihéroe llamado John Wick.
En 2012, Kolstad termina el guion de Scorn, centrado en un sicario que emprendía una venganza contra un grupo de asesinos que mataban a su perro. Pero los estudios no parecían especialmente interesados en financiar el título. De ese modo, el guion pasó de mano en mano, hasta que llegó Thunder Road Pictures, que solo aceptó involucrarse en el negocio con la única condición de filmar la película en pocas semanas. El negocio debía ser limpio, rápido y rentable, y para eso necesitaban al actor ideal.
Amor a primera vista
Keanu Reeves había dejado atrás su época de oro. Los proyectos a gran escala ya no formaban parte de su carrera, y aunque en Hollywood seguía siendo muy querido, su nombre no estaba asociado las producciones millonarias. Por ese motivo, cuando cayó en sus manos el guion de Scorn, supo que no podía dejarlo pasar. Claro que la propuesta no era necesariamente para un actor como él, principalmente porque John Wick era un hombre de 75 años (el propio Kolstad confesó que visualizó al protagonista basándose en Paul Newman). Sin embargo, a Keanu le gustaba el estilo del relato, esa idea de un sicario retirado que volvía a la acción, y cuyo nombre era una suerte de leyenda dentro del submundo de los killers. Para un proyecto que no tenía grandes aspiraciones, contar con una estrella como Reeves era un aval, y debido a eso el actor no solo se quedó con ese papel, sino que activamente se involucró en el desarrollo del film.
Una de las primeras decisiones de Reeves fue sugerir a su viejo amigo Chad Stahelski, quien fuera su doble en las películas de la saga Matrix como director. Por su parte, Stahelski sumó a David Leitch, otro viejo conocido de Keanu y un experto en dirigir secuencias de acción. Ambos empezaron a trabajar concienzudamente en la ejecución del largometraje, poniendo el énfasis en las secuencias de violencia, en esas salvajes peleas y tiroteos que desde luego, debían ser el corazón de la puesta en escena. Los realizadores tomaron como base para su estilo visual, dos clásicos inoxidables: El bueno el malo y el feo, de Sergio Leone, y Point Blank, el icónico film de John Boorman, protagonizado por Lee Marvin, y basado en la saga literaria Parker. También estudiaron en profundidad varios de los títulos más emblemáticos de Akira Kurosawa, con sus historias de samuráis atados a reglas que se respetan a matar o morir (una sensibilidad que a fin de cuentas, es la de Wick). De esa forma, en octubre de 2013 comenzó el rodaje del largometraje, que en ese momento ya había cambiado su nombre de Scorn a John Wick, ya que Keanu no dejaba de referirse a ese proyecto, utilizando con orgullo el nombre de su protagonista.
El encanto del Gun Fu
En octubre de 2014 llegó John Wick a los cines, y su recaudación de 86 millones confirmó al film como un negocio redondo. La película debía ser un debut y despedida, con la aventura de un sicario que se cobraba venganza, y no mucho más. Pero Reeves, Stahelski y Kolstad eran conscientes del potencial que tenía ese personaje, y frente a la favorable respuesta del público, en febrero de 2015 el actor, el director y el guionista se sentaron a trabajar en John Wick 2: un nuevo día para matar. Como es sabido, esa fue apenas la primera de varias secuelas más.
A nueve años del estreno de la primera entrega de la franquicia, el personaje de Keanu Reeves no deja de crecer, a la par de un universo que se expande sin conocer techo. A la continuación estrenada en el 2017, le siguieron una tercera y cuarta parte, lanzadas en 2019 y 2023 respectivamente. Siempre con la dirección de Stahelski, cada uno de esos largometrajes superó en recaudación al film previo. De ese modo, la segunda parte logró 174 millones de dólares en taquilla, la tercera entrega 328 millones, y la cuarta 432 millones de dólares. Con ese último título, la franquicia superó los mil millones en ganancias, consolidándose como una de las sagas más rentables del cine actual.
Como principal responsable de todas las películas, Chad Stahelski puso en marcha un cosmos enorme alrededor de Wick, de numerosas generaciones de asesinos que obedecen las reglas de una vida clandestina, que se reparte principalmente entre las sedes del hotel Continental, y la existencia de unas monedas que son el tipo de cambio habitual en ese negocio. Y en cada una de las nuevas entregas, el folclore de Wick se expande e invita a los espectadores a imaginar qué otros secretos pueden habitar en ese mundo clandestino.
La otra pata en la que se apoya el éxito de la saga, obviamente, tiene que ver con su estrella principal. Desde el minuto uno de rodaje de la primera entrega, Keanu demostró un compromiso total con el proyecto, y la firme decisión de imprimirle su cuerpo a la obra. Se estima que Reeves hizo más de un noventa por ciento de las secuencias de acción, hasta el punto de de entrenar a lo largo de varios meses, todos los días durante ocho horas diarias. Reeves logró un nivel de excelencia notable en lo referido a las secuencias de peleas y tiroteos, honrando a un género cinematográfico denominado Gun Fu. Ese nombre se vincula a los largometrajes que hacen de los tiroteos un arte refinado, una coreografía visual mas cercana al ballet que a la lucha. El Gun Fu se puede rastrear en las películas iniciales de Jon Woo en la línea de Hard Boiled, hasta llegar a las estilizadas balaceras de Matrix. Y mediante su combinación de neo noir y violencia quirúrgicamente ejecutada, la saga John Wick le devolvió al cine de acción una sofisticación que se creía perdida.
La importancia de El Continental
Uno de los muchos eslabones que atraviesan la línea de trabajo de John Wick, es la presencia de los hoteles Continental. Se trata de una cadena presente en muchas de las ciudades más importantes, y que sirve de santuario para los sicarios. A lo largo de los años, se consolidaron como las bases en la que se trazan peligrosos planes, en donde los asesinos pactan acuerdos, sellan alianzas o definen rivalidades. Y a lo largo de los tres episodios que la integran, la serie El Continental vuelve a los años 70 para contar una vieja historia centrada en Winston Scott, interpretado aquí por Colin Woodell (pero en las películas por Ian McShane).
La premisa de El Continental gira alrededor de Scott, la relación con su hermano mayor Frankie (Ben Robson), y cómo los afectó a ambos una crianza a cargo de un peligroso asesino, conocido como Corman (Mel Gibson). Cuando los Scott se meten en problemas, deberán emprender una misión que los llevará a enfrentarse a innumerables rivales, hasta medir fuerzas con su padre adoptivo.
El Continental, que hoy llega a Amazon Prime Video, es apenas un nuevo episodio en el mundo dedicado a John Wick, y que pronto tendrá más entregas. En 2024 se estrenará Ballerina, un largometraje protagonizado por Ana de Armas que transcurrirá entre el tercer y el cuarto capítulo de John Wick y que mostrará la venganza de una joven que busca aniquilar a los asesinos de su familia. Por otra parte, una quinta parte de la saga central está en producción, así como también un posible cruce de Wick con Atómica, el personaje compuesto por Charlize Theron en el film de David Leitch (codirector de la primera John Wick). A través de estos proyectos, es innegable que para alegría del público entusiasmado con este universo, se puede asegurar que hay John Wick, cine de acción y Keanu Reeves para un largo rato.
El Continental y las primeras tres partes de John Wick, se encuentran disponibles en Amazon Prime Video; John Wick 4 se puede alquilar en Apple TV+ y Google Play
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