Jessica Chastain, Oscar Isaac y un encuentro en la alfombra roja que hizo trending topic a Bergman
Los intérpretes, amigos desde hace dos décadas, presentaron en la Mostra la miniserie Secretos de un matrimonio, que se estrenará el domingo por HBO; su química en la alfombra roja dio que hablar
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Ingmar Bergman como trending topic. Ni en las más locas fantasías o pesadillas de los cinéfilos figuraba la posibilidad de que el autor sueco, o su obra, pudieran transformarse en favoritos de las redes. Pero de alguna manera este fin de semana eso fue lo que sucedió. Y todo gracias a los actores Jessica Chastain y Oscar Isaac.
Es que el sábado, el dúo desfiló de una forma muy particular por la alfombra roja del festival de Venecia antes de la premiere mundial de Secretos de un matrimonio, la nueva versión de la afamada miniserie Escenas de la vida conyugal, que el director sueco realizó en 1973.
Lejos de sentir el peso de ese ilustre pasado, Chastain y Isaac -quienes se conocen de su época de estudiantes de secundaria primero y del prestigioso conservatorio Julliard después, y que ya habían trabajado juntos en el film El año más violento- se divirtieron jugando a seducirse ante los fotógrafos de la alfombra roja como si él fuera Homero Addams, personaje al que le presta su voz en la versión animada de Los locos Addams, y ella su pelirroja Morticia. Casi un paso de baile, con beso en el brazo incluido, el registro dio la vuelta al mundo de las redes. Tan lejos del ascetismo de Bergman como sea posible imaginar. Y también de esa pareja que encarnarán en la nueva miniserie que se estrenará el domingo por HBO.
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Marianne y Johan, los protagonistas de Secretos de un matrimonio, se quisieron. De verdad y durante años. Puede incluso que todavía entre ellos reine el amor. Pero ya no basta. Porque su relación también fue sumando cicatrices: incomprensiones, decisiones difíciles, errores, sufrimiento. Un abismo que el tiempo excavaba mientras ellos miraban hacia otro lado. “Se fue todo al traste, sin saber por qué”, se resignaba la protagonista de la demoledora miniserie que Ingmar Bergman filmó en 1973, con Liv Ullmann y Erland Josephson. Casi 50 años después, sigue sin haber respuestas. Nadie, al fin y al cabo, conoce de verdad lo que ocurre en una pareja. Pero la televisión lo vuelve a investigar. Detrás de la cámara, esta vez, está Hagai Levi, el creador de exitosas series como In Treatment y The Affair. Delante, Isaac y Chastain. Su hogar luce más moderno, cómo no: igual que sus diálogos. Sin embargo, la nueva versión de la ficción mantiene su ambicioso propósito: desmenuzar el misterio del amor.
Secretos de un matrimonio se esfuerza por construir una pareja creíble y contemporánea, lejos de estereotipos y clichés. Quiere que cualquiera pueda ver su historia reflejada en Mira y Jonathan —los nuevos nombres de los protagonistas—, experimentar su euforia y su desgarro. He aquí, sin embargo, el principal problema. Pendiente de tantas preocupaciones modernas, la serie se muestra algo descuidada con la más importante: las emociones. Y, así, la tensión magistral que construyó Bergman se esfumó parcialmente. La impresión, eso sí, es que la obra vaya mejorando con el paso de los minutos. Y la comparación, en todo caso, la obliga a medirse con una obra maestra.
Hagai Levi lo sabía perfectamente. “Estuve un año sin ver la original. Tenía que llegar al punto en que pudiera pensar que era incluso mala, para sentirme libre. Ahora ya puedo amarla de nuevo”, aseguró el cineasta en un encuentro con un grupo de periodistas ayer en La Mostra. Y Chastain confesó que no solo la conocía, sino que adoraba la miniserie original y también la actuación de Ulmann: “Supone la perfección, así que no podía resultar desalentador”. La actriz, en todo caso, era perfectamente consciente del reto que significaba asumir ese papel.
“Fue agotador. Y muy doloroso. Cuando empezábamos a filmar se convertía en una suerte de experiencia fuera de mi propio cuerpo”, aseguró. Tanto que, mientras sus dos personajes descubrían si se aman, se odian, o ambos, la propia relación entre los intérpretes al parecer se subió a las montañas rusas. Aunque sus pilares estaban a prueba de cualquier rodaje. “Crecimos juntos”, lo resumió Chastain. En concreto, se conocieron en la escuela secundaria cuando Isaac era el mejor amigo del novio de ella. Compartieron la formación en Juilliard, sus primeros estrenos, las audiciones para del reparto de Inside Llewyn Davis: balada de un hombre común que lanzó la carrera del actor —”le dije que no lo elegirían”, recordó ella entre risas— y hasta una película como coprotagonistas, el mencionado film de J.C. Chandor, El año más violento. La amistad de una vida les ayudó, según ella, pero también complicó las cosas.
“Cuando conoces a alguien tan bien, te das cuenta de si le pasa algo, o le molesta. Es como si tuvieras un lenguaje secreto, o leyeras su mente. También sabemos cómo hacernos enojar o herirnos. Y decir algo así justo antes de que se escuche ‘¡acción!’. Por eso en algunos momentos la miniserie parece un documental”, agregó Chastain. Cuesta entender el límite entre broma y realidad. Lo que sí queda claro es que la experiencia resultó tremendamente intensa para todos. “Después del rodaje necesitamos cierto tiempo para recuperarnos. Decíamos que durante unas semanas vivimos en otro planeta”, explicó el director. Para gestionar material tan frágil, ambos agradecieron la presencia en el set de una coordinadora de intimidad, una figura profesional surgida en los últimos años en Hollywood encargada de que el rodaje de secuencias sexuales o de alto compromiso físico y emocional no incomode a quien la protagoniza, ni a quien la filma.
El contexto, además, difuminaba las fronteras de la ficción. Filmaron en octubre de 2020, cuando el mundo aún aprendía a acostumbrarse a la crisis sanitaria. “Tras los meses de confinamiento y encierro, cualquiera tenía alguna situación extraña con su pareja”, resumió Chastain. Y ellos mismos se pasaron un mes ensayando —”algo que no suele ocurrir en televisión”, según Levi— y hablando sobre el guion y sus posibilidades. La actriz, por ejemplo, se empeñó en que su personaje nunca hubiera pensado antes en la idea de casarse. Y algunos espectadores, por lo visto, han resultado impactados por el cambio de roles. Porque ella persigue una sólida carrera, mientras que él se dedica sobre todo al oficio de padre y amo de casa. “Es interesante notar que todavía pueda sorprender o generar rechazo. Los hombres han priorizado eso siempre y resulta normal. ¿Por qué lo contrario debería ser raro?”, se preguntó la intérprete.
Chastain jura, eso sí, que la grabación no se convirtió en una sesión colectiva de psicoterapia: “No es que volviera a casa y me replanteara una cosa, u otra. Pero sí espero que la audiencia lo haga”. Un proceso delicado, desde luego. Tal vez la serie entierre más de un matrimonio. Pero puede que también salve alguno. El amor, al fin y al cabo, es un misterio.
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