Iosi, el espía arrepentido: los protagonistas de la exitosa serie adelantan las revelaciones de la segunda temporada
Natalia Oreiro, Mercedes Morán, Gustavo Bassani, Marco Antonio Caponi, Alejandro Awada y Matías Mayer cuentan cómo sigue la historia de la exitosa y reconocida ficción basada en el derrotero de un agente de inteligencia involucrado en el atentado a la Embajada de Israel
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Uno de los hechos más tremendos de la historia argentina sirvió como disparador de una de las series más logradas del último tiempo. Iosi, el espía arrepentido cuenta la historia de José Pérez, un agente encubierto que logra infiltrarse dentro de la comunidad judía para investigar el Plan Andinia, una supuesta iniciativa del sionismo internacional para crear un segundo estado en la Patagonia, y termina involucrado en el fatídico y todavía impune atentado a la Embajada de Israel. Protagonizada por Gustavo Bassani, Natalia Oreiro, Marco Antonio Caponi, Matías Mayer y Alejandro Awada, la serie propone un intrincado e interesante recorrido en dos tiempos por la vida de un puñado de personajes oscuros y misteriosos, pero también un pantallazo a la historia de los servicios secretos y una mirada sobre algunos de los hechos más cuestionados del gobierno de Carlos Saúl Menem.
Basada en la novela Iosi, el espía arrepentido: la confesión del policía federal infiltrado en la comunidad judía de Horacio Lutzky y Miriam Lewin, la serie dirigida por Daniel Burman y Sebastián Borensztein estrena su esperada segunda temporada este viernes, por Prime Video. En este nuevo tramo de la ficción, que cuenta lo que le ocurrió a los protagonistas luego del atentado, se suman nuevos personajes, entre ellos el de Mónica Raposo, la periodista que interpreta Mercedes Morán y que hizo una pequeña aparición en el último capítulo de la primera entrega. También se incorporan a la trama los israelíes Moran Rosenblatt e Itzik Cohen, conocidos por su participación en Fauda. En diálogo con LA NACION, sus protagonistas revelaron algunos detalles de lo que pasará en esta ficción, nominada a los premios Emmy como mejor drama y en la categoría mejor actor para Gustavo Bassani.
Uno de los mayores logros de los guionistas es haber logrado mantener la intriga y la atención del público contando la historia en dos tiempos. Todo arranca en 1985, cuando el policía José Pérez (Bassani), un joven oriundo de Entre Ríos que se encuentra en pleno proceso de instrucción, es convocado en secreto para investigar el Plan Andinia. Su misión, le dicen, es hacerse pasar por judío -para eso cambia su apellido a Peres- e inmiscuirse primero en la comunidad y luego en la Embajada de Israel. Iosi logra su cometido. Primero se relaciona con Dafne (Minerva Casero), una chica de la comunidad, para acercarse a su padre, Saúl Menajem (Awada), un poderoso banquero sospechado de estar involucrado en el tráfico de armas, y así poder entrar a la sede diplomática para tener acceso a los planos e información sobre el funcionamiento.
“Iosi se convierte en doble agente”
Al final de la primera temporada, Iosi toma conciencia de que la información que fue recabando se utilizó para perpetrar el atentado a la embajada y entiende que está en peligro porque sabe demasiado. Su relación con Dafne está en su peor momento: ella descubrió que puso micrófonos en la casa de su padre y lo extorsiona para que se vayan a vivir juntos a Villa La Angostura. Acorralado y ya sin comunicación con sus superiores, decide acudir a Aaron (Daniel Kuszniecka), el jefe de seguridad de Saúl, a quien le confiesa que es un agente de inteligencia de la Policía Federal infiltrado en la comunidad y le pide que lo contacte con el Mossad.
En la segunda línea de tiempo, en 2007, Iosi lleva una vida solitaria en algún lugar de la Costa Atlántica. Tiene las pruebas de que Garrido asesinó a su padrastro, Abraham (Juan Leyrado) y por consejo de Claudia (Oreiro) se mantiene alejado de Eli (Carla Quevedo) y su hijo Jonás.
“Iosi está prófugo, y empieza a trabajar para el Mossad como doble agente, espiando a los servicios locales. Su misión es investigar el secreto mejor guardado del ejército argentino: el misil Cóndor –revela Bassani–. Además, está su relación con su hijo Jonás y con todas las mujeres con las que se fue relacionando. Y también con Saúl, a quien admira porque, a su manera, también es una especie de camaleón que siempre cae bien parado. Es una temporada intensa. En esta temporada se ve más claro quién es José y quién Iosi, esa especie de hombre redimido que él quiere ser. José quiere ser el mejor agente posible y realizar las dos misiones que tiene, y Iosi va a tratar de conectarse con su hijo e intentar enmendar un poco toda la destrucción que fue creando”, explicó.
“Claudia se siente traicionada”
Claudia (Oreiro) es la jefa de Iosi y de Garrido, y responde a Castaño (César Troncoso). Es una mujer misteriosa y seductora, que mantiene su intimidad en el más estricto secreto. Es la persona a la que Iosi entrega la información que va recabando y la que supervisa su misión. “Mi personaje y el de Garrido tienen mucho vínculo, más que en la primera temporada. De alguna manera somos un poco enemigos, porque ella siente que la está traicionando”, le contó la actriz a LA NACION. Y reveló: “Por eso, ella empieza a estar muy débil. Se siente desplazada, porque la información que le dan no es real. Siente que para todo su trabajo sirvió para hacer algo de lo que ella no estaba al tanto. Y es algo con lo que no está de acuerdo. Sabe que tiene que seguir su misión, porque es parte de la fuerza, pero se empieza a dar cuenta de que la están usando y empieza justamente a quebrarse, que es algo que no puede permitirse un espía de los servicios. Eso es interesante en esta segunda temporada para Claudia: comienza a sentir otras cosas y el público, a la vez, descubre otros matices. Tiene una convicción, pero empieza a romperse y comienza a sentir emociones que le son ajenas y que no sabe cómo manejar. Además, ni ella, ni Luis ni Iosi saben exactamente hacia dónde están yendo”, explica Oreiro. “El gran miedo de Claudia es que se transparente algo de lo que siente. Y cuando eso pasa, se vuelve loca. Son personajes que quisieran no tener escrúpulos. Ella es mucho más estructurada: realmente creía en lo que estaba haciendo. Y cuando empieza a tambalear, es su fin, porque nadie puede salir de la organización”, indicó la actriz.
“Un hecho logra doblar a Saúl”
Uno de los personajes más interesantes de Iosi, el espía arrepentido es el de Saúl, un banquero y financista muy encumbrado en la comunidad judía porteña, que se dedica, además, al tráfico ilegal de armas. Su historia en la primera temporada lo encuentra, también, acorralado. Con Menem en el poder, su enemigo íntimo y socio comercial, Kadar (Carlos Belloso) comienza a negociar directamente con el gobierno. Ahora tiene acceso a la Aduana y a las armas y ya no lo necesita, pero el banquero quiere negociar con otro intermediario que haga llegar las armas a los Balcanes. La idea es que Kadar termine reconociéndolo como socio, pero su plan termina metiéndolo en problemas: Castaño va a visitar al ministro Aquino (Roly Serrano), un funcionario muy cercano al financista, y le revela que le pidieron que le dé “un correctivo” a su amigo. Ese correctivo no tarda en llegar: la Justicia y la policía realizan un operativo en el banco.
En el futuro inmediato, Saúl se encuentra en su casa, gozando del privilegio de la prisión domiciliaria. Hasta allí llega Iosi, herido por Garrido, y decide darle asilo por unos días, hasta que esté curado. La relación entre ellos parece tirante, pero no se dan detalles de qué fue lo que ocurrió entre ellos ni de cuánto sabe el financista sobre las verdaderas intenciones de su exyerno. “Aparentemente, comienza esta temporada exitoso e impune, como terminó el primer tramo de la historia. En realidad, lo intenta, pero no le va bien. Eso es muy interesante, porque hay un hecho que ocurre en los primeros capítulos que logra doblegarlo, y con razón”, adelanta Awada. Esa tragedia a la que hace alusión, de alguna manera lo hermana con Iosi, pero a la vez marca un punto de inflexión entre ambos. “Ese golpe tremendo que él recibe coincide con su deterioro, un deterioro que él no esperaba y que no puede manejar. En los primeros capítulos lo vamos a ver acorralado, pero no es la única nueva faceta que vamos a ver de Saúl. En cuanto a los hechos históricos, vamos a abordar la explosión de Río Tercero y la venta de armas a Ecuador, en medio del conflicto con Perú, que fue el único aliado que tuvo la Argentina en la Guerra de Malvinas”, adelanta el actor.
“Luis tiene la manija”
Luis Garrido (Caponi) es un especie de enemigo íntimo de Iosi. Se formaron juntos y en más de una oportunidad ayudó a su compañero en su misión, pero claramente tienen distintas maneras de encarar el trabajo y de accionar. Al final de la última temporada consigue ser ascendido dentro de la célula de la que ambos son parte, pero sabe que mientras Iosi esté vivo, su permanencia en las fuerzas está en peligro, porque tiene las pruebas que lo involucran en el asesinato de Abraham. Sin embargo, tiene un as en la manga: Castaño también le sirve en bandeja una carpeta “bien armada” para ensuciar a Iosi y relacionarlo con la supesta muerte de Dafne.
“Luis es un gran profesional, obediente. Solo acata órdenes, y eso lo vuelve siniestro. Pero, a la vez, es mucho más que eso. Siento que lo vamos viendo por partes. Es un camaleón, y lo interesante es que Iosi cree que él es el camaleón y que Luis es lineal, pero al que no terminan viendo venir es a Luis”, explica Caponi. Y revela: “En esta segunda temporada, él tiene la manija. Es el momento en el que tiene el poder para empezar a operar, un poco con resentimiento, con cierto dejo de venganza y con una impunidad absoluta. Es un tipo que va por todo, y desde el lugar más oscuro. Lo interesante es cómo se le dificulta a Iosi ver la linealidad de Luis. Somos impredecibles incluso para la misma célula. Tanto Claudia como Iosi, Castaño y él parten del mismo lugar y se empiezan a abrir cada uno para su lado y en esa trenza hay mucha deslealtad. Y tampoco sabemos si somos parte de un nuevo sistema instaurado, porque también es imposible conocerle la cara real a estos personajes”.
Mónica, el nuevo personaje clave
Mónica Raposo (Morán) hace su primera aparición como encargada de un refugio de animales en el último capítulo de la primera temporada. Hasta allí, Iosi le hace llegar a su perro, Flecha, en una jaula. Ese mismo día, la llama por teléfono y le dice que junto al cachorro hay algo para ella. “Cuando lo veas, me vas a conocer un poco mejor y estoy seguro de que vas a querer que nos encontremos”, le dice. Ella le responde que está “retirada”, pero Iosi insiste. “Te volaron del periodismo por investigar demasiado, pero te ofrezco una revancha única”, intenta convencerla. En la jaula, Mónica encuentra un sobre con un videocasette. Al verlo, se encuentra con la historia de Iosi contada en primera persona.
Sobre el desarrollo del personaje en este segundo tramo, Morán señaló: “Mónica va a ser la encargada de acompañar a Iosi en su decisión de hacer pública su historia para cambiar su estado. La encuentra en un momento en el que está desencantada del mundo del periodismo de investigación y está retirada. Por eso, esta convocatoria la sumerge en una crisis existencial, pero la búsqueda de la verdad, que siempre ha sido su motor, es la que termina primando”.
“El vínculo que establecen es de absoluta confianza mutua, porque esa es la única manera en la que pueden llevar a cabo su misión”, indicó. En su caso, el personaje tiene una clara referencia, pero eso no la condicionó: “Para componer a Mónica tuve muy en claro quién es la periodista, que es la autora del libro, pero decidí no tener un encuentro con ella. Decidí concentrarme en que era una ficción y hacer mío el personaje y también los temas: su búsqueda por la verdad que la guió, la desencantó y ahora vuelve a convocarla”, explicó Morán.
“Víctor sigue intentando hacer pie”
Si hay una clara víctima de las maniobras de Iosi, además de Dafne, es Víctor Kesselman (Mayer). Los dos jóvenes comienzan a relacionarse cuando el agente se involucra en Ofakim, una agrupación de jóvenes financiada por el Partido de los Trabajadores de Israel, que lidera Víctor, y de la que forma parte su novia, Eli (Carla Quevedo). El plan del agente es que que el grupo consiga una plaza en la Organización Sionista Argentina, para poder recabar más información.
A pesar de que Iosi plantea abiertamente la importancia de conseguir ese lugar en la importante agrupación, Víctor se niega. Y, entonces, le tienda una emboscada que lo deja fuera de juego: le hace creer que se acostó con una menor y le abre una causa judicial. Con Víctor fuera de juego, Iosi asiste a la reunión y también comienza un romance secreto con Eli.
La segunda línea de tiempo muestra a Víctor casado con Eli y criando al hijo que su pareja tuvo con Iosi, Jonás. Después de que el adolescente de 13 años fue secuestrado por Garrido y sus hombres, la familia se instala en Israel, pero la presencia de Iosi no deja de atormentarlo. “Al fin vamos a ver qué es lo que había en ese bache de la historia –festeja Mayer–. Vamos a saber cómo fue que Victor llegó a la primera década de este siglo y a su nueva realidad. Lo vamos a ver intentando hacer pie en este mundo que le es completamente ajeno y trantando de sortear todas las situaciones que le tocaron atravesar, incluso sin haberlas elegido”, explica el actor.
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