Se estrena His Dark Materials: demonios, ángeles, animales parlantes y aventuras en un mundo paralelo
CARDIFF, Gales.– Lin-Manuel Miranda se sentó a esperar pacientemente en un enorme y destartalado globo aerostático mientras los técnicos ajustaban la iluminación de un pajarraco artificial posado un poco más arriba. Parado junto a ellos, un marionetista sostenía al doble del "demonio" de Miranda –en este caso, una liebre–, porque en el fantástico mundo de His Dark Materials, de Philip Pullman, que HBO estrena esta noche a las 23, a cada personaje le corresponde un animal que representa la externalización de su alma.
"Es como una película de amigotes", dice Miranda con una carcajada, y le hace un guiño con la cabeza a la marioneta de su "demonio". Pero esta no es exactamente una "película de amigotes". En la nueva serie de HBO y BBC One, basada en la exitosa trilogía de novelas fantasy de Pullman, hay globos aerostáticos, animales que hablan, brujas, osos polares con armadura, universos múltiples, una joven heroína aventurera, y un villano de primera línea que también resulta ser una atractiva y hermosa mujer. Los detalles de la sofisticada narrativa de Pullman han sido minuciosamente recreados en esta primera temporada de His Dark Materials, en la que participan, entre otros, Ruth Wilson (The Affair) como Mrs. Coulter, James McAvoy (X-Men) como Lord Asriel, Miranda (Hamilton) como Lee Scoresby y Dafne Keen, de 12 años de edad, en el papel de Lyra, protagonista de la historia. HBO y BBC también prometieron una segunda temporada, que ya está en etapa de rodaje.
El emocionante e intrincado relato de Pullman, supuestamente dirigido a los adolescentes, pero que ha cautivado también a los adultos, ha vendido más de 18 millones de ejemplares alrededor del mundo, en más de 40 idiomas, con adaptaciones bien recibidas para el escenario y transmisiones de radio. Pero nunca había sido adaptada exitosamente para la pantalla. El único intento se dio en 2007, con la adaptación para la pantalla grande de La brújula dorada (primer libro de la trilogía), pero tuvo poco éxito de taquilla. También suscitó la furia de algunos grupos religiosos, que acusaron a Pullman de atacar a las religiones establecidas con su descripción del "Magisterio", el poder autoritario que tiene el control en casi todo el universo de la saga. "Magisterio" es la palabra utilizada por la Iglesia Católica para referirse a la autoridad de sus enseñanzas oficiales.
Nada de eso amedrentó a la productora británica Jane Tranter, que a fines de 2015 adquirió los derechos de la trilogía, "un tesoro nacional", según sus propias palabras. Tranter estaba convencida de que la complejidad de la trama hacía que esas novelas fuesen más adaptables para la televisión que para el cine. Pero no por eso fue tarea fácil. Al equipo creativo –el guionista Jack Thorne, el director Tom Hooper (a cargo de los dos primeros episodios) y el estudio de efectos especiales Framestore– le llevó dos años desentrañar la mejor manera de estructurar la serie, así como imaginar cómo dar vida a los "demonios" y crear los diferentes mundos y entornos que atraviesa la heroína en su viaje de aventuras.
Otro motivo de inquietud fue que la BBC se comprometió con la serie desde un principio, pero HBO recién se sumó cuando el rodaje estaba a punto de comenzar. "Nos arriesgamos mucho, porque no teníamos ni por lejos el presupuesto necesario", dice Tranter. Y nadie parece dispuesto tampoco a revelar qué cifra alcanza ese presupuesto, pero todos creen que la serie es muy costosa, debido a la cantidad de efectos especiales y la multiplicidad de locaciones de rodaje.
Para HBO, His Dark Materials era una oportunidad de ampliar la idea "de lo que el público espera de una serie de HBO", dice Casey Bloys, jefe del Departamento de Programación, y se ocupa de recalcar que la nueva serie no viene a reemplazar la recientemente concluida superproducción Game of Thrones. "Vamos a dejarlo claro: no hay una próxima Game of Thrones", dice Bloys, y agrega que a HBO le gustó que esta ficción fuese un producto para toda la familia, pero con una temática compleja y abarcadora.
Y efectivamente así es. La trilogía de Pullman –compuesta de La brújula dorada, La daga y El catalejo lacado– es básicamente una recreación de El paraíso perdido, el poema épico clásico de John Milton. De hecho, el título –en castellano La materia oscura– proviene de uno de los versos de aquel poema.
La historia plantea un mundo que es salvado, más que arruinado, por el pecado original, que en las novelas es representado por una sustancia misteriosa llamada "Dust" (polvo). A lo largo de su recorrido, la saga explora los temas del bien y el mal, la religión y la moralidad, la relación entre el alma y el cuerpo, y la naturaleza misma de la conciencia humana.
Pero para disfrutar del vertiginoso ritmo del relato no hace falta estar al tanto de nada de eso.
La historia gira en torno a Lyra Belacqua, una huérfana que vive en el Jordan College de una Oxford de un mundo paralelo, donde los zepelines surcan los aires y las gárgolas representan a los animales demonios. Cuando su mejor amigo desaparece, Lyra se embarca en una búsqueda para encontrarlo, un viaje que la lleva primero a Londres con la misteriosa Señora Coulter (Wilson). Allí descubre que existe un programa de secuestro de niños aprobado por el gobierno, y entonces debe emprender su viaje al gélido norte, donde las brujas y los osos polares con armadura ostentan el poder.
"Lyra es una niña con heridas profundas, porque no tiene padres, y al mismo tiempo es una jovencita muy valiente", dice Dafne Keen, a cargo del personaje.
Thorne, el prolífico guionista de la obra teatral Harry Potter y el legado maldito, entre muchos otros trabajos recientes para el escenario y la pantalla, dice estar encantado con la elección de Keen para interpretar a la heroína de 12 años que carga sobre sus espaldas el desarrollo de la historia (en ocasión del estreno de la serie en Londres, Thorne comparó al personaje con la joven ambientalista Greta Thunberg).
Thorne confiesa ser un adicto al trabajo y haber escrito 46 borradores del guion del primer episodio. "Mi trabajo era asegurarme de que el relato tuviera buen ritmo –dice–. La tecnología de imágenes generadas por computadora te brinda enormes posibilidades, y justamente por eso hay que tener mucho cuidado, porque la trama debe tener la misma complejidad que ese juego de imágenes".
En His Dark Materials hay mucho de eso, sobre todo en la creación de los demonios, que debieron ser agregados en la etapa de posproducción a través de la tecnología de efectos especiales (esos demonios son una parte esencial del relato y no pueden ser separados de la persona sin causarle un terrible sufrimiento físico y emocional). Para ayudar a los actores durante el rodaje de las escenas con sus demonios, los productores usaron marionetas.
"Puede parecer pesadillesco tener que actuar con una pelota de tenis sostenida a la altura del ojo derecho, pero fue increíble –dice Miranda durante una pausa del rodaje–. Realmente es como un actor más de la escena, que suma mucha diversión y subtexto".
Eliot Gibbons, a cargo del taller de producción, dice que su equipo de marionetistas se propuso crear muñecos con carácter y personalidad, por más que luego fuesen reemplazados por imágenes computarizadas.
"Trabajamos codo a codo con la gente de efectos especiales para asegurarnos de que estuvieran conformes con el tamaño y los movimientos de nuestras marionetas –dice Gibbons–. "Tenemos pájaros y lagartijas, liebres y monos, y serpientes que asomaban entre la ropa de los actores. Y de cada marioneta hicimos unas siete versiones, que iban desde un palo con dos ojos hasta versiones más sofisticadas".
Y además están los inmensos osos polares, que durante el rodaje fueron representados por un actor enfundado en un gran traje de marioneta, para que sus movimientos fuesen "irregulares y amplios" como los de un animal verdadero, señala Gibbons. Esos "dobles" de la versión final fueron la base visual de la animación computarizada, que luego los técnicos de efectos especiales agregaron minuciosamente, capa por capa, a la edición definitiva.
Los animales son muy expresivos y por lo general adorables, pero su función no se limita a seducir al público infantil. Wilson, que trabajó estrechamente con su marionetista, Brian Fisher, dice que los demonios los ayudaron a darles vida y encarnadura a personajes como el de la Señora Coulter, una seductora villana de complejas motivaciones y dilemas morales.
"Los animales representan el otro costado de cada personaje –dice Fisher–. ¿Por qué el demonio de la Señora Coulter es un mono? ¿Por qué es la única que puede separarse de su demonio? ¿Por qué su mono no tiene nombre? Yo tengo mi propia teoría: ella es capaz de hacer las cosas más terribles creyendo que es lo correcto porque puede silenciar su alma, y entre ella y su demonio hay una relación de abuso. Una relación de daño autoinfligido".
Wilson señala que la Señora Coulter es una figura de mujer poderosa en un mundo de hombres, y agrega que como modelo para el personaje se inspiró en Hedy Lamarr, una actriz de las décadas de 1930 y 1940 que además era una talentosa inventora. "Al igual que Lamarr, la Señora Coulter es una mujer increíblemente inteligente, pero que entiende la forma de adquirir poder gracias a su imagen y su sexualidad", cuenta Wilson. Thorne le dio más relevancia al personaje de Coulter en la serie, "porque su relación con Lyra nos pareció crucial para todo lo demás", señala.
Ese fue apenas uno de los muchos cambios que introdujo con respecto a la saga literaria, como adelantar a la primera temporada partes del segundo libro, La daga, o incorporar pequeños detalles de La bella salvaje, la precuela de la saga escrita por Pullman en 2017. Para todos esos cambios, aclara Thorne, Pullman fue consultado.
"Fue una verdadera bendición contar con la ayuda de Pullman –dice Thorne–, porque él nos completaba la historia de lo que ocurría en los saltos entre capítulos".
Lin-Manuel Miranda, que interpreta al aeronauta texano Lee Scoresby, dice que se enamoró de los libros de Pullman cuando los leyó, hace más de 15 años.
"Si hay alguien capaz de adaptar el mundo de Pullman para la pantalla, ese es Jack Thorne", dice Miranda y agrega que está encantado de interpretar a Lee. "En un libro lleno de personajes tan inmensos, con osos polares, brujas y ángeles, el personaje de Lee se destaca. Es el Han Solo de la serie, que primero juega por su propio interés y poco a poco se revela como un héroe". Miranda todavía no conoció personalmente a Pullman, pero intercambió cartas y mensajes con él. "Vivo en uno de sus sueños –sentencia el actor–. Y es un hermoso lugar donde vivir".
Traducción de Jaime Arrambide
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