Griselda: la historia real detrás de la “narco” que inspira la nueva serie de Sofía Vergara
La colombiana da vida a una mujer que fue el modelo a seguir de peligrosos narcotraficantes, como Pablo Escobar, y ahora es un mito de las películas y las series
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Antes de Pablo Escobar, existió Griselda Blanco, una mujer capaz de construir un imperio de la cocaína valorado en más de 1.500 millones de dólares de la época de 1970. La colombiana residió en un barrio humilde de Antioquia durante su adolescencia, pero la necesidad y la codicia la convirtieron en una narcotraficante que, más adelante, continuó sus días en Miami. Se sabe de ella por la imagen de películas y programas, como La viuda negra de Televisa y RTI o Griselda de Netflix.
Griselda es la más reciente producción basada en la vida de Griselda Blanco. Sofía Vergara toma las riendas de su carrera y produce y protagoniza la miniserie de Netflix. El título se inspira en la vida del imponente personaje femenino, quien vivió a costa de los lujos, los excesos y la adrenalina a punta de sangre. La serie contará con seis capítulos que estarán disponibles en la plataforma desde el 25 de enero de 2024.
¿Cuál es la historia real de Griselda Blanco?
Tenía una vida de fiestas que duraban hasta tres días, donde había consumo de cocaína y orgías indescriptibles, según comentó Nelson Andreu, detective de homicidios de la Policía de Miami en un reportaje de Univisión. Blanco era una “jefa ejecutiva” de la distribución de drogas entre Colombia y EE.UU., pero también se hacía tiempo para ser amante, madre de cuatro hijos de diferentes parejas y una asesina temida a la que no le gustaba que le dijeran “gorda”, aseguró Francisco Javier Cardona, exnarcotraficante colombiano.
La “capa” de la droga salió de su hogar a los 14 años, en busca de la vida que quería. Pronto, se casó con un falsificador de visas y concibió con él a Dixon, Uber y Osvaldo. Cuando su esposo falleció de cirrosis a mediados de los años 70, ella partió hacia la casa de su amante en Nueva York. Allí, inició un negocio como diseñadora de ropa femenina (una especial para transportar droga) y tenía personas a su cargo que viajaban en avión a los EE.UU.
Según datos de la Administración de Control Antidrogas de los Estados Unidos (DEA), el cártel Blanco se volvió muy poderoso en Colombia con el tiempo, antes de que apareciera el cártel de Cali y de Medellín. Recordemos que este último estaba liderado por Pablo Escobar, un hombre al que Blanco bautizó en el tráfico de drogas y que era ejemplo a seguir del narco colombiano.
El romance entre Blanco y su amante Alberto Bravo en Nueva York no funcionó. Él se molestó con ella por diferencias en el trabajo. Además, el hombre pensaba que ella había encargado a uno de sus sicarios para que secuestraran a su hermano. Según autores de biografías y la policía estadounidense, ella habría asesinado al hombre con dos disparos. Sin embargo, Blanco nunca admitió el hecho y las autoridades tampoco armaron un caso sobre su muerte.
Después, llegó a la vida de la narcotraficante Darío Sepúlveda, con quien tuvo un niño al que le puso el nombre de su personaje favorito de la película El Padrino. Tiempo más tarde, el pequeño Michael Corleone vio morir a su padre. Su madre siempre negó tener responsabilidad en el asesinato. “Mi papá me recogió del dentista y me puso en sus manos. Entonces, yo escucho disparos, el susto es tanto... Caemos juntos, mi padre cae al lado mío, y yo al lado derecho. La balacera empezó como una película, las campanas de la iglesia empezaron a sonar”, contó el ya adulto hijo de Blanco en una entrevista con la periodista Carolina Rosario publicada hace tres años.
Griselda Blanco fue a la cárcel, tras el dictamen de un juez de Nueva York que generó la orden de captura. Para entonces, el jefe de la DEA, Robert Palomo, estaba obsesionado con el caso y decidió que le daría a la colombiana un beso en la mejilla el día que la capturara. Por su parte, la narcotraficante había huido a California. La mala suerte le jugó en contra, pues una desconocida llamó por teléfono a la policía para denunciar que su joven hija mantenía una relación con un narcotraficante [uno de los hijos de Blanco] y entonces los agentes dieron con su paradero.
Finalmente, Palomo logró darle un beso en la mejilla a Blanco cuando la encontró en una casa de California el 17 de febrero de 1985. Ella estaba leyendo la biblia cuando la interceptaron. Como era de esperar, negó llamarse Griselda, dijo que su nombre era Patty. Sin embargo, nada la salvó de los 15 años de cárcel sin fianza en la Prisión Federal de la ciudad.
En la cárcel conoció a Charles Cosby, un traficante de drogas que la admiraba mucho. Hay grabaciones donde ella lo saluda con un tono amoroso y fotografías donde aparecen juntos como una pareja. Pero, como si fuera un déjà vu, Cosby terminó siendo otra víctima, aunque se pudo salvar. Al narco, no le tembló la mano para llamar a la policía y aceptar testificar en contra de su amante. Ya con asesinatos comprobados por la justicia, Blanco llegó a un acuerdo con las autoridades para que su condena se extendiera 20 años y no más. Obtuvo su libertad a los 61 años y logró alargar su vida hasta los 69 años en un entorno relativamente feliz de un barrio de Medellín. En 2012, un motociclista pasó por la carnicería donde Blanco compraba siempre y la asesinó.
En 2016, Jennifer Lopez era la figura favorita para protagonizar la película Griselda: la reina de la cocaína (2017), pero el papel finalmente se lo dieron a Catherine Zeta-Jones. “La gente que hace estas películas, libros, series y todo eso tienen que entender que, en el momento que lo hacen, están reviviendo traumas”, dijo Michael Corleone durante una entrevista y sumó: “El director termina el proyecto y continúa a otro, pero nosotros, los familiares directos (de los narcotraficantes), tenemos que vivir con ese estigma y con lo que la película dice para el resto de nuestras vidas”.
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