Grey’s Anatomy: la longevidad de una serie que atravesó renuncias, peleas y hasta acusaciones de “sobornos” a cambio de silencio
La icónica serie llega con su temporada número 20 y se consolida como uno de los dramas médicos más populares de la industria televisiva estadounidense
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El rumor fue fuerte cuando se anunció el estreno en los Estados Unidos de la temporada número 20 de Grey’s Anatomy: Miley Cyrus sería parte de uno de los episodios del show, pero en realidad eran más las ganas del público y cierta coincidencia con el lanzamiento del single “Doctor (Work it Out)”, en colaboración con Pharrell Williams, donde la ex Hannah Montana canta “podría ser tu médica y tu enfermera, creo que veo el problema, solo va a empeorar, una medicación nocturna, sólo muéstreme dónde duele”. Lo cierto es que la intérprete es una más de los millones de espectadores que, a lo largo de 420 episodios, han visto las idas y venidas tras los muros del ficticio Seattle Grace Hospital de sus personajes, y que hasta han llegado a descubrir su vocación, dado el impacto que esta producción creada por Shonda Rhimes ha tenido en su vidas.
El estreno este martes de la temporada número 20 en Sony Channel, no hace más que reafirmar el interés en este drama médico convencional, que ha tenido más giros fuera que dentro de la trama y que supo catapultar al estrellato a actrices y actores ignotos hasta su llegada al set, pero que también ha puesto en tela de juicio el clima y las relaciones dentro de él.
El comienzo
El primer episodio de Grey’s Anatomy se emitió el 27 de marzo de 2005, reemplazando al drama judicial Boston Legal. El vacío en el horario y el desgaste que venía sufriendo E.R. Emergencias -“la” serie médica más exitosa por ese entonces- dejaba entrever una posibilidad de continuar el género con condimentos de soap opera (la telenovela estadounidense), por lo que la cadena ABC decidió contactar a Shonda Lynn Rhimes, una guionista que de joven había tenido experiencia como voluntaria en un hospital y que conocía las dinámicas de poder y juegos de seducción que ocurrían dentro de las habitaciones.
Rhimes desarrolló el piloto y escribió la serie junto a un grupo de guionistas que entendieron que había que volver a las bases, estructura clásica, estereotipos, tensión, casos impactantes y sumarle dosis de romance, aunque también agregaron, a decir verdad, diversidad en el cast y protagonismo femenino. El título elegido, en referencia al clásico libro de 1858 sobre anatomía humana escrito por Henry Gray, Gray’s Anatomy, permitía abrazar varias historias y por ese entonces estaba el guion, las locaciones, todo listo, pero faltaban los protagonistas, quienes tras un exhaustivo proceso de casting terminó recayendo en nueve actores: Ellen Pompeo (Meredith Grey), Sandra Oh (Cristina Yang), Katherine Heigl (Izzie Stevens), Justin Chambers (Alex Karev), T.R. Knight (George O’Malley), Chandra Wilson (Miranda Bailey), James Pickens Jr. (Richard Webber), Isaiah Washington (Preston Burke) y Patrick Dempsey (Derek Sheperd).
Al acompañamiento de la audiencia, se comenzaron a sumar los premios y el reconocimiento popular para un proyecto que algunos definieron como “el mejor drama médico de la historia de la televisión”. Rápidamente, ABC entendió que, independientemente de quien estuviera al frente del programa, el éxito y el rating continuarían si Meredith Grey (Pompeo) se mantenía como eje.
Conflictos y acusaciones
Dicen que la salida de Isaiah Washington, al final de la tercera temporada se debió a que insultó a su compañero T. R. Knight en medio de una pelea con Dempsey. Cuando la noticia trascendió a los medios de comunicación el actor que encarnaba al Dr. Preston Burke, inició una campaña para que ABC desistiera de expulsarlo del programa, pese a que no demoró en conocerse que había lanzado comentarios homofóbicos en medio de esa discusión. La campaña no prosperó y fue el primero en dejar el show, pero no el único. El actor se encargó, tiempo más tarde, de indicar que fue sacada de contexto la palabra con la que se refirió a Knight.
Además de conflicto con los dos actores mencionados, Washington también se enfrentó con Heigl por la defensa que ella hizo de Knight tras los insultos, algo que se revivió en 2020 cuando el actor escribió en sus redes sociales: “Esta mujer una vez proclamó que ‘nunca’ se me debería permitir volver a hablar en público. El mundo estuvo de acuerdo con su proclamación en ese entonces. Y protesté por mi trabajo y mi cabeza en 65 idiomas. Ojalá estuviera en Twitter en 2007, porque NUNCA dejaré de ejercer mi libertad de expresión”.
A la salida de Washington le seguiría la de Heigl, quien se perfilaba como una de las grandes estrellas del cine y la televisión. Mientras crecía en popularidad fuera de Grey’s Anatomy, su personaje, Izzie Stevens, la oncóloga quirúrgica, comenzaba a perder desarrollo y peso en las diversas tramas narrativas. En 2007 fue nominada al Globo de Oro por su trabajo y a los premios Emmys a lo más destacado de la televisión; Heigl decidió rechazar ésta última nominación y bajarse de la ceremonia. Rhimes entendió la actitud de la actriz como un desplante hacia ella y la producción, quienes, aseguran, habían acomodado sus tiempos de grabación para que ella pudiera continuar filmando películas. Puertas adentro sintieron que era una desagradecida y su contrato no fue renovado.
“Todo el mundo sigue diciendo que lo rechacé. Tienes que enviar tu trabajo y luego deliberan y deciden si te nominan. Y simplemente no mandé mi trabajo ese año. Mi madre y yo hablábamos de esto hace poco. Tenía que haber dicho ‘se me olvidó'. Estaba tratando de ser algo mordaz sobre el material que me dieron ese año, pero es que no me sentía bien con él. No creí que tuviera nada que me garantizara ni siquiera la nominación. Simplemente no estaba orgullosa de mi trabajo. Nunca sería tan atrevida o tan arrogante como para rechazar una nominación. La habría aceptado. Lo hice a mi manera. Estaba tratando de ser honrada. Imagino que intentaba tener algo de integridad. No trataba de ser una imbécil”, sostuvo Heigl hace un tiempo.
También durante el tiempo de su salida, la actriz había manifestado que uno de los motivos era la extensión de las jornadas de rodaje, titánicas, casi 17 horas por día, por lo que quedaban exhaustos. Pompeo se manifestó hace un tiempo al respecto: “Si Heigl lo hubiera dicho hoy sería una absoluta heroína. Pero fue una adelantada a su tiempo. Hizo una declaración sobre esos horarios locos y claro, vayamos todos a hacer polvo a una mujer y llamémosla desagradecida”. Entre la bajada del Emmy, el reclamo por la extensión de la jornada laboral, la defensa de Knight ante los insultos de Washington y sus pedidos de mejora salarial, Heigl afectó su vínculo con Rhimes, aunque el tiempo sanó algunas heridas y permitió que Stevens vuelva en la temporada 16.
Sandra Oh fue otra de las actrices que, gracias a la popularidad del proyecto, vislumbró la posibilidad de salir a explorar otros universos y Knight, al ver que su personaje se desperfilaba y tenía cada vez menos participación en los episodios, también pidió ser liberado del contrato que lo ataba al proyecto. Los rumores indicaron que su salida, en realidad, se debió a que Washington expuso su sexualidad y tenía la indicación de Rhimes de no hablar sobre su identidad. Pero así como varios apuntan a decisiones de la guionista y productora para “liberar” personajes y actores y actrices, otros talentos la defienden y la ubican en un lugar privilegiado. Hace algunas semanas, Eric Dane, que encarnó desde el final de la segunda temporada al Dr. Mark Sloan, reveló en el podcast Armchair Expert, de Dax Shepard, el apoyo que recibió por parte de Rhimes en un momento determinante de su vida personal.
“Estaba luchando contra la adicción, no me dejaron ir por eso aunque definitivamente no ayudó. Empezaba a ser muy costoso para ABC y la cadena sabía que el programa iba a seguir funcionando, independientemente de a quién mantuvieran en él. Mientras estuviese su Grey, estaban bien”, señaló. Sobre el meteórico ascenso a la fama, el actor fue claro sobre el rol de Rhimes para con todo el elenco “Shonda fue realmente genial. Nos protegió ferozmente. Nos protegió públicamente. Nos protegió en privado. Amo a Shonda Rhimes y ella me protegió”. Dane dejó de encarnar a Sloan, el mejor amigo de Shepherd en la octava temporada, y regresó, como muchos otros, en un sueño de Grey en la temporada 17 en la que ella estaba enferma de COVID.
Un ambiente tóxico y millones de dólares
Pero sin dudas, una de las salidas más impactantes para los millones de espectadores de todo el mundo del programa fue la de Patrick Dempsey, Dr. Derek Shepherd en la ficción durante diez temporadas consecutivas y el gran amor de Grey, quien desapareció del proyecto un poco por los incesantes rumores de maltratos hacia compañeros y la propia Rhimes, y otro poco por su necesidad de comenzar a explorar nuevos rumbos en su carrera. El actor y también piloto de carreras, que tuvo un comienzo explosivo en los años ochenta con exitosas comedias juveniles como Novia se alquila o Amante a domicilio, se sumó al proyecto sin contemplar las extensas jornadas laborales y los posibles conflictos que, justamente, surgirían entre esperas de tomas y cambios de vestuario. Al incidente con Washington, que precipitó su salida, se sumaron las declaraciones de varios compañeros sobre su comportamiento en el set.
En el libro How To Save A Life - The Inside Story Of Greys Anatomy de la periodista Lynette Rice, el productor ejecutivo de la serie, James D. Parriot contó cómo los problemas entre los actores con Dempsey llevaron a la muerte de Shepherd en la temporada 11. “Hubo problemas personales. Nada de índole sexual. De alguna manera estaba aterrorizando al set, algunos miembros del elenco tenían todo tipo de trastorno postraumático con él”, declaró y sumó “tenía tanto control que sabía que podía detener la producción y asustar a la gente”. En el mismo libro, la exproductora ejecutiva de la serie, Jeannine Renshaw, sumó cómo a Pompeo le molestaba la actitud de Dempsey en el set: “Hubo momentos en los que Ellen estaba frustrada con Patrick y se enojaba porque él no ponía ningún interés. A ella le gustaba que las cosas se hicieran bien y no le sentó nada bien que Patrick se quejara de ella diciendo ‘llegué demasiado tarde’ o ‘he estado aquí demasiado tiempo’ cuando ella tenía el doble de escenas en el episodio que él”. Según Renshaw, cuando todas estas quejas de los compañeros y hasta las de Pompeo llegaron a Rhimes, la creadora habló con la cadena y les dijo: “Si él no se va, me voy yo”. Así fue como se pergeñó la brutal salida del Dr. Shepherd.
Hace un tiempo, Washington, que siempre está dispuesto a recordar sus viejas disputas con el elenco, mencionó que Pompeo habría recibido cinco millones de dólares por parte de la producción para silenciar todo lo que ocurría en el set. “Tomó cinco millones de dólares por debajo de la mesa para no decirle al mundo cuán tóxico y desagradable era realmente Patrick Dempsey. Una vez que tuve una conversación con él, me dijo: ‘Isaías, ¿sabes que los hombres blancos son los amos del universo?’. Y dije: ‘¿De verdad lo crees?’, y dijo ‘Absolutamente’”, declaró el actor.
Pompeo, la estrella de la serie, si bien no se ha ido del proyecto, ha dudado de continuar o no con su carrera como actriz, y desde hace dos temporadas ha decidido correrse del eje narrativo principal teniendo participaciones más acotadas durante las temporadas. Así, por ejemplo, a los ocho episodios de los que participó en la temporada 19, en la que se estrena en Sony Channel, la número 20, se la verá sólo en cuatro. Así y todo, Pompeo ya confirmó su participación en la próxima entrega, la 21 de la serie.
La temporada 20 de Grey’s Anatomy estrena este martes 16 de julio a las 22 en Canal Sony; las 19 temporadas previas están disponibles en Disney+.
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