Globo de Oro 2019: en series, el encanto de lo nuevo y lo rutilante
En líneas generales, la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood suele dar menos dolores de cabeza a los críticos televisivos que a los cinematográficos. Las nominaciones al Globo de Oro están construidas a lo largo de dos "avenidas de pensamiento": nominar a las estrellas más grandes que puedan encontrar en la pantalla (asegurándose así su participación en la ceremonia, en estado de alerta por la caída del rating) y reconocer a los ciclos más disruptivos y originales estrenados en el año que termina, haciendo causa común con las listas de lo mejor de la temporada que suelen publicarse para esta época, con el plus de poder sumar caras nuevas y bien conceptuadas (y futuras estrellas, claro) a su cena de camaradería devenida ceremonia de premiación.
Este año, ambas avenidas se encontraron en Julia Roberts , Sandra Oh y Michael Douglas que, para beneplácito de los Globo de Oro (y la audiencia global), además de recibir nominaciones personales por su labor protagónica, encabezaron tres de las mejores series del año: Homecoming, Killing Eve y El método Kominsky.
Las dos primeras competirán entre sí en la categoría mejor actriz de drama, y –lamentablemente para Keri Russell , que se despide en esta edición de su memorable rol como espía soviética infiltrada en la Norteamérica de Reagan en The Americans– es probable que la estatuilla quede en alguna de sus capaces manos (Oh también debutará en la conducción en esta edición, lo que puede achicar sus chances de ganar). Frente a este panorama, es difícil que Elisabeth Moss repita sus galardones por The Handmaid's Tale, que tuvo una segunda temporada discreta, y mucho menos que la siempre sólida Caitriona Balfe (Outlander) logre llegar primera a la meta tras años de lucha.
La categoría de actor dramático suele ser bastante menos disputada que su contraparte femenina, y aquí vuelve a enfrentar al talento de los nuevos nombres, como Stephan James (el joven soldado que regresa del frente para compartir un duelo actoral tras otro con Julia Roberts en Homecoming) y Billy Porter (Pose), con los quilates más convencionales de los leading men como Richard Madden (Bodyguard) y Jason Bateman (Ozark). Matthew Rhys tiene a su favor su reciente triunfo en los Emmy por The Americans pero nada es seguro.
Michael Douglas, por su parte, es el favorito en su categoría, actor en serie cómica, que comparte con Donald Glover (el único capaz de hacerle sombra, sobre todo dada la inexplicable ausencia de Atlanta en la categoría comedia), Bill Hader por la notable Barry, y dos estrellas del rubro que buscan reinventarse en la era de oro de las series con proyectos "filosos": Sasha Baron Cohen (Who Is America?) y Jim Carrey (Kidding). El hecho de que Douglas componga en El método Kominsky a un maestro de actores de Hollywood y que la serie de Chuck Lorre plantee una cariñosa mirada crepuscular a "las viejas glorias" de la industria, sólo agranda sus posibilidades a la hora de los premios.
La inclusión de la debutante El método Kominsky entre las candidatas a mejor comedia redondea una categoría con la que difícilmente discuta la crítica especializada (salvo por la elección de Kidding por Atlanta). A la gran favorita, The Marvelous Mrs. Maisel, cuya segunda temporada confirma los lauros conseguidos por la primera, se suman la fantástica "comedia existencial" The Good Place (recientemente renovada para una cuarta temporada) y la mencionada Barry, de HBO.
Las protagonistas de The Marvelous Mrs. Maisel, Rachel Brosnahan y de The Good Place, Kristen Bell , también recibieron merecidas nominaciones en el apartado actriz de comedia, en el que sorprende la inclusión de Candice Bergen (por su regreso a Murphy Brown) y la de Alison Brie (GLOW), que había sido dejada de lado en favor de su compañera de reparto Betty Gilpin. Debra Messing completa el quinteto con otro regreso muy al gusto de la HFPA, el de Will & Grace.
La posibilidad que, en el apartado dramático The Americans se despida con un triunfo que compense la falta de grandes premios para la que será una de las grandes series de la década, puede ser coartada no sólo por las muchas virtudes de dos series hijas de estos tiempos difíciles, como la paranoia de Homecoming(la HFPA ya premió a su creador, Sam Esmail por Mr. Robot, cuyo protagonista, Rami Malek, se "graduó" este año a la categoría mejor actor dramático por Bohemian Rhapsody) y el encanto corrosivo de Killing Eve. Se trata de dos series "de autor", como también es el caso de la menos conocida Pose, respaldada por el prolífico Ryan Murphy. Si sobrevive a todo aquello, puede caer víctima de la conocida anglofilia de la Asociación de Prensa Extranjera, en este caso encarnada en un fenómeno global del audiencia como el thriller británico Bodyguard
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