Games of Thrones: quiénes se pueden quedar con el trono y por qué
Hacer el intento de pronosticar como terminará una serie es un ejercicio tan complicado como frustrante. Si uno logra adivinar lo que vendrá siempre se puede argumentar que la conclusión era demasiado obvia y previsible. Y si el pronóstico resulta muy errado tal vez cambie la percepción que se tuvo del programa desde el principio. En el caso de Game of Thrones , las apuestas son aun más altas porque a la enorme expectativa por el final de la historia se suman dos temporadas decepcionantes que hicieron que el desenlace sea imprevisible en el peor sentido. Pero aún con las dificultades del caso es imposible no especular sobre la identidad del futuro ocupante del Trono de Hierro y elegir un favorito, por más improbable que sea su ascenso al poder. Quedaron en carrera: la piromaniaca Daenerys Targaryen ( Emilia Clarke ), el sincero Jon Snow-o Aegon Targaryen- ( Kit Harington ), la valiente Arya Stark ( Maisie Williams ), la estratega Sansa Stark ( Sophie Turner ), el hábil Tyrion Lannister (Peter Dinklage) y el único heredero de Robert Baratheon, Gendry (Joe Dempsie).
A horas de que se conozca cuál será el desenlace final de la serie de HBO (el último capítulo de GOT podrá verse este domingo a las 22 por esa señal), una mirada sobre cuáles son los candidatos a gobernar Westeros. Más allá de las especulaciones, de las teorías de los fans y del pedido de reescribir toda la temporada por parte de los seguidores, solo David Benioff y Dan Weiss saben por qué tomaron las decisiones que tomaron, acompañados por el aval de su creador, George R.R. Martin . Solo resta, sentarse y observar. Aunque muchos esperarán con ansias la resolución de Martin, quien aún continúa escribiendo el último de los libros de la saga, para dar por cerrado el juego.
Sansa o... ¿un final decepcionante?, por Natalia Trzenko
Quién debería quedarse con el Trono de Hierro. Dada la evolución de los personajes principales de la serie quién merecería quedarse con el poder de los Siete Reinos es Lady Sansa Stark. La adolescente caprichosa y egoísta del comienzo padeció maltratos y humillaciones desde la primera temporada. Fue rehén de la reina Cersei, peón de los maquiavélicos planes de Petyr 'Littlefinger' Baelish y víctima del perverso Ramsay Bolton. Y, lejos de afirmar que los abusos la hicieron más fuerte y merecedora de una victoria definitiva, sí se puede decir que el arco dramático del personaje es, a esta altura, uno de los pocos que mantiene la lógica y la coherencia desde el comienzo. Desde que regresó a Winterfell como señora del castillo quedó demostrado que Sansa tiene la suficiente fortaleza y empatía para liderar. Ya sea el Norte o todo el continente.
Quién se quedará con el Trono de Hierro. Si alguna conclusión se puede sacar de los cinco episodios que se vieron hasta ahora de la última temporada de la serie es que la identidad de quién finalmente se transforme en el monarca de los Siete Reinos no logrará satisfacer las expectativas de los seguidores de la serie. Tal vez a esta altura la única conclusión que conforme a la mayoría sea que el trono quede vacante. Que después de la furia incendiaria de Daenerys del capítulo pasado su conquista sea pasajera y que Jon Snow sea fiel a su palabra y le de la espalda a su herencia de sangre en lugar de convertirse en el rey más indeciso de la historia de Westeros.
El mejor final vs el trono en poder de Jon Snow, por María Fernanda Mugica
Quién debería quedarse con el Trono de Hierro. Sansa y Tyrion serían una dupla apropiada para gobernar Westeros. La mayor de los Stark maduró durante la serie pasando por situaciones terriblemente dolorosas y luego demostró tener el coraje, el temple y la inteligencia para ser una buena gobernante como Dama de Winterfell. Su desconfianza hacia Daenerys, que parecía una terrible decisión de los guionistas de crear un conflicto entre "cuñadas", resultó ser acertada. La complicidad entre Sansa y Tyrion, que estuvieron casados aunque el matrimonio fue apenas una formalidad, se mostró muy fuerte durante la batalla de Winterfell. El último de los Lannister tiene experiencia e inteligencia para aportar a quien podría ser la reina legítima (si Daenerys y Jon quedan fuera de carrera) y juntos tomarían buenas decisiones para los Siete Reinos. En un final excesivamente feliz, que no va a suceder, aprenderían de los errores del pasado y podrían establecer una monarquía un poco más abierta, en la que haya mayor consenso (¿tal vez una monarquía parlamentaria con Sansa como reina y Tyrion como primer ministro?). Pero Game of Thrones parece lejos de llevar su fábula hacia el terreno de una política moderna.
Quién se quedará con el Trono de Hierro. Game of Thrones siempre trató a Jon Snow como un personaje privilegiado. Su arco narrativo, de bastardo a legítimo heredero del trono, parece marcar su destino de rey. Aunque también sucedió algo parecido con Daenerys, que era una de las grandes candidatas al trono, los hechos del anteúltimo episodio dejan poco lugar para pensar que la madre de los dragones pueda establecerse como reina de Westeros. Además, Jon Snow es el único que resucitó en la serie, lo cual indicaría que su segunda oportunidad en la vida debería tener un sentido mayor. La insistencia en varias escenas de marcar sus cualidades de líder natural y un supuesto carisma, que no se logra transmitir, invitan a pensar que Jon Snow será quien salga victorioso del juego de tronos, en un final decepcionante, pero acorde a la lógica de la serie.
Si no es Dany, entonces..., por Dolores Moreno
Quién debería quedarse con el Trono de Hierro. Después del giro en el personaje de Daenerys Targaryen no quedan muchos candidatos a hacerse con el trono. La hija del Rey Loco tenía varias condiciones para gobernar, pero lo más importante de todo: quería hacerlo. La masacre que causó en King´s Landing la sacó absolutamente de la carrera. Lo más fácil y obvio era que Dany y Jon imitaran a sus antepasados, se casaran y gobernaran juntos. Pero en GOT nada puede ser tan fácil. Jon, más allá de sus buenas intenciones, no tiene alma de líder: sus decisiones nunca parecen las correctas y tiene un problema con la verdad y no sabe administrarla. Por consiguiente, la respuesta es: Sansa Stark. La colorada se estuvo preparando durante años para convertirse en reina: vio cómo se movía el interior del palacio cuando era la prometida de Joffrey Baratheon, aprendió a jugar el juego observando a Cersei Lannister, sufrió en carne propia el peso de su inocencia y se convirtió en líder. Pero más allá de la evolución de este personaje, Sansa tiene otra cosa a favor: sabe de estrategias. Gracias a ese recorrido que hizo (en el que se enfrentó a situaciones muy difíciles desde ver cómo decapitaban a su padre a tener que someterse a las violaciones diarias de quien fue su marido), aprendió a pensar fríamente. Algo que Jon no sabe hacer, a pesar de haber sido asesinado por sus propios hermanos de la Guardia de la Noche.
Quién se quedará con el Trono de Hierro. La pregunta es: ¿seguirá existiendo el trono y Westeros como lo conocimos hasta acá? Lo cierto es que después de los últimos acontecimientos parece difícil: Daenerys se encargó de asesinar a cada poblador de King´s Landing y, después de la guerra contra los muertos, tampoco quedaron muchos norteños. Más allá de que exista o no el trono, alguien va a tener que reorganizar ese caos y va a tener que darle un rumbo a los que quedaron. Por cómo viene esta temporada, en donde todo parece tener que resolverse rápidamente y sin demasiado desarrollo, no sería extraño que el encargado de hacer resurgir de las cenizas a los Siete Reinos sea el noble e inocente Jon Snow, pero no desde el trono.
Otro de los caminos posibles es que Cersei Lannister no haya muerto en el derrumbe y, tras su aparente redención y al tener un heredero en su vientre, vuelva a ganarse un lugar en Westeros. Ella comparada a Dany ahora parece un cordero.
Arya Stark, una gran candidata al trono, según Paula Vázquez Prieto
Quién debería quedarse con el Trono de Hierro. El acto final de Daenerys Targaryen en su ataque a King's Landing fue filmado para ser evaluado en términos morales. Una reina ungida por su tragedia personal y su derecho de linaje culmina su anunciada conquista con una brutal masacre. La amenaza de la locura signó a los Targaryen por generaciones y finalmente Dany cumplió esa profecía, la moneda cayó del lado temido. Su liderazgo se conjugó de entrada con cierto oscuro placer por quemar vivos a sus enemigos, pero también por el ejercicio de una justicia propia. En Essos liberó cadenas e inspiró devociones, pero desde su llegada a Westeros fue recibida con indiferencia y suspicacia en el Norte, vio decapitada a su amiga y confidente, padeció inseguridades y traiciones. Pese a ello llevó un ataque despiadado pero ejemplar: eliminó a la Flota de Hierro, al ejército de los Lannister y a los mercenarios de la Compañía Dorada en apenas algunos vuelos de fuego; venció a su enemiga Cersei y redujo a cenizas la ciudad que vio caer a su padre y definió su exilio. La impiedad de Daenerys es también un aviso a todos los lores que aún resisten su liderazgo, una advertencia a quienes desde sus filas aún pueden traicionarla, un inicio nuevo luego de haber roto la rueda de la tiranía y a todos los que estaban atados a ella. Pero las imágenes de las víctimas inocentes carbonizadas ensombrecen su futuro gobierno. Es el arrebato incendiario que sigue a las campanadas de rendición el que condena el triunfo de su estrategia. Si la matanza responde a la coyuntura, a la exigencia de demostrar su fortaleza como lo hiciera Alejando Magno en el incendio de Persépolis, puede emprender una nueva era, con los idóneos consejeros y el destierro de sus propios miedos. ¿Es posible para nosotros aceptarlo? Es difícil como espectadores renunciar a la gesta que ese personaje encarnó a lo largo de siete temporadas, dejar de acompañarla aún en su anunciada locura.
Quién se quedará con el Trono de Hierro. La última imágenes de "The Bells" muestra a Arya Stark bajo el polvo de una ciudad abatida. Su insistente renacimiento luego de las bocanadas de fuego de Drogon y el derrumbe de la Fortaleza Roja se corona con la aparición de su caballo blanco. No hay mejor anunciación que esa. El protagonismo de Arya en esta temporada fue decisivo: es la que observa llegar a Daenerys al Norte como viera a los Lannister decapitar a su padre, es la que decide junto a Sansa la merecida justicia sobre el intrigante Lord Baelish, la que mata al Rey de los Muertos en la Batalla de Winterfell. Pero también es la guerrera capaz de renunciar a una venganza sobre Cersei que le hubiera costado la vida, la que demostró piedad cuando resistió envenenar a Lady Crane a pedido de los Hombres sin Rostro, la que comprendió a Jon Snow en su apoyo a la madre de dragones. Arya asoma en esta última temporada como una brújula en el futuro de Westeros. No parece que ocupar el Trono de Hierro sea su ambición, pero tampoco lo es para Jon Snow.
Dany, la dueña del trono, pese a todo, por Martín Fernández Cruz
Quién debería quedarse con el Trono de Hierro. Hay un rasgo que define a Sansa como la gran merecedora del trono, y es su desinterés por sentarse allí. Un poco como le sucede a Jon Snow, ella no se obsesiona con liderar el mapa de Westeros, siendo su prioridad el bienestar de Winterfell. La importancia que le da a su reino también la une a Eddard (Sean Bean), que en el pasado renegó de integrar la crème de la clase dirigente. Pero Sansa tiene un ingrediente que la convierte en mejor política que su padre y es su desconfianza hacia quienes la rodean. La mayor de los Stark aprendió a los golpes a desconfiar de todo y la relación que tuvo con Petyr Baelish (Aidan Gillen) la hizo muy perceptiva al momento de leer las intenciones ocultas de su entorno. Su habilidad para la política, por otro lado, no la separa de una mirada fría que comparte con Arya, en la que no teme ensuciarse las manos para cumplir un objetivo.
Quién se quedará con el Trono de Hierro. La octava temporada tomó decisiones arriesgadas que no alegraron demasiado a los fans, al punto que hoy muchos están juntando firmas con el objetivo de que rehagan los últimos capítulos. De esa forma se puede asegurar que la ficción le dará el gusto a aquellos que fantaseaban con Khaleesi en el trono, pero que dicha situación no será de la manera en la que todos pensaban. La reina loca (¿ya podemos llamarla así en honor a su padre?) masacró miles de vidas inocentes en su asedio a King´s Landing, y finalmente demostró que un dragón sí puede torcer el destino de una batalla. En este punto, la historia ubica a Dany en una posición de poder casi absoluto, estando al frente de varios ejércitos y con un dragón que es prácticamente imbatible. No hay (o no debería haber) modo de destronarla, y ni una sorpresiva entrada de Arya podría justificar su muerte.
A pesar de ganarse el lugar de gran villana de la saga, la Khaleesi tiene músculo más que suficiente para sentarse y quedarse con el trono. ¿Estarán contentos los fans con ese final? Desde luego que no, pero ese puede que sea el broche de oro para una temporada marcada por ir contra todos los pronósticos realizados sobre su conclusión.
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