Game of Thrones: Cersei Lannister despierta la furia del dragón
La guerra no empezó ni terminó con los caminantes blancos, en Game of Thrones todavía no hay nada dicho. Las alianzas en post de vencer a los muertos vivos penden de un hilo ahora que el enemigo común fue derrotado. Y las conspiraciones no tardan en surgir, tampoco los cambios de escenario: ahora Daenerys Targaryen ( Emilia Clarke ) no cuenta con un ejército mucho mayor que el de Cersei Lannister ( Lena Headey ). Las rubias deberán medir sus fuerzas en la batalla pero la balanza se equilibró a favor de la reina regente. Mientras que la madre de dragones puso a toda su gente a luchar en el Norte, la hermana de Tyrion (Peter Dinklage) y Jaime ( Nikolaj Coster-Waldau ) compró soldados. Si en el tercer capítulo-de los seis con los que va a contar la última temporada de la serie de HBO inspirada en los libros de George R.R. Martin -, la gran heroína fue Arya Stark, en el cuarto, Cersei parece ser la gran vencedora. HAY SPOILERS.
Qué pasó
"Ganamos la gran guerra, ahora vamos a ganar la última guerra", dice Daenerys ante una multitud que, por una noche, está dispuesta a entregarse a los festejos sin pensar ni en el pasado ni en el futuro. Ya despidieron a los muertos, a quienes, respetando las tradiciones, los cremaron en varias piras funerarias. Cada uno pudo agradecer y decir adiós: Dany a Jorah Mormont (Iain Glen), Sansa Stark ( Sophie Turner ) a Theon Greyjoy (Alphie Allen), Jon Snow ( Kit Harington ) a Lyanna Mormont (Bella Ramsey), Samwell Tarley (John Bradley) a Eddison Tollett (Ben Cropton) , Arya Stark ( Maisie Williams ) a Ser Beric Dondarrion (Richard Dormer). Después del discurso de Jon en honor a quienes oficiaron de escudo contra la gran amenaza, llegó el momento de celebrar.
Los primeros minutos del cuarto capítulo de la última temporada de GOT muestran cómo quedó Winterfell tras la batalla con el Rey de la Noche. El clima es de distensión y alegría: lograron vencer a los muertos. Algo que parecía cuanto menos imposible. Tyrion y Jaime brindan junto a Brienne de Tarth (Gwendoline Christie); Tormund Giantsbane (Kristofer Hivju) arenga a Jon mientras toma alcohol de su gran cuerno; Gendry (Joe Dempsie) es nombrado por la reina de los dragones como Señor de Bastión de Tormentas e hijo legítimo de Robert Baratheon. Todos parecen relajados menos las damas: Sansa mira de costado y observa las reacciones de Jon, sigue sin confiar en Dany; la madre de los dragones parece relajarse hasta que nota cuán popular es Jon en el Norte, se siente amenazada y decide retirarse del festín. En esa noche se resuelven algunos triángulos y amores: Jaime destierra a Tormund y se queda con Brienne, Gendry le propone matrimonio a Arya y ella, dulcemente, le dice que nunca va a ser una señora; y Dany, después de ahuyentar sus fantasmas, va en busca de Jon.
El pedido de Dany y la sinceridad de Jon
Después de conocer su verdadera identidad (es hijo legítimo de Rhaegar Targaryen, por lo tanto es sobrino de Daenerys y el verdadero heredero del Trono de Hierro), Jon se alejó de Dany, a pesar de estar enamorado de ella. Como es costumbre de este personaje -que lleva por delante la honradez en lugar de las decisiones estratégicas-, lo primero que hizo fue compartir esa información con su tía. No hubo tiempo para charlas, llegó el Rey de la Noche.
Pasada la amenaza, la rubia va a visitarlo a su habitación. Snow se arrodilla ante ella y reconoce el valor de Jorah, quien murió por protegerla. Ella le dice que nunca lo amó como lo ama a él. La tensión cambia de tono: se besan, pero Jon la aparta. Ella lamenta que le haya dicho quién era en realidad y le da su mirada: de conocerse la verdad, Westeros lo elegiría a él como heredero del trono. Él insiste con que no le interesa ser rey y que él ya la eligió a ella. Consciente de lo habilidosa que es Sansa, por primera vez Daenerys ruega: le ruega que nadie más conozca su verdadera identidad.
Pero Jon no puede engañar a su familia y, después de que sus hermanas lo increparan por su actitud de apoyar a Daenerys, habilita a Bran (Isaac Hempstead Wright) a que les cuente su historia. A pesar de haber prometido mantener discreción, Sansa no puede evitar abrirse con Tyrion ("¿qué pasa si hay alguien mejor que ella para gobernar?", le pregunta). Ahí empieza la rueda: la mano de la reina habla con Lord Varys (Conleth Hill), quien no tardara en desparramar la información. Tyrion duda y duda sobre cuál de los dos es más idóneo para gobernar: si Daenerys o Jon. Para él, lo mejor sería que se casen: "Jon podría dominar los impulsos de ella", le dice a Vayrs, aunque este último parece convencido de que el rey debe ser Jon. El problema es que Snow no quiere ocupar ese lugar y ya eligió a su reina.
Despedidas, emboscada y una muerte que debilita a Daenerys
No hay tiempo que perder: Jon con los que quedaron del ejército del Norte parten para King´s Landing a caballo. Antes, algunas despedidas: Tormund, después de ver cómo Brienne se iba con Jaime, no tiene más que hacer en el sur: vuelve para Castle Black junto con el resto de los salvajes y Fantasma, el lobo de Jon; Sam y Gilly, que está embarazada, saludan a quien fue elegido como rey en el norte y prometen que si el bebé es un varón llevará su nombre. En paralelo, Dany parte con lo quedó de su ejército -los inmaculados y los dothraki- para Dragonestone. Pero en el camino se encuentra con un emboscada: la está esperando Euron Greyjoy (Pilou Asbæk), quien desde su barco logra derribar con flechas a Rhaegal, el dragón que parecía haber muerto en el episodio pasado. El hijo de Dany cae al mar. La rubia logra huir de las flechas al lomo de Drogon, y el villano dirige el ataque a los barcos que traen los soldados de la khaleesi. La mayoría logra escapar, salvo Missandei ( Nathalie Emmanuel ) quien es tomada como rehén por Greyjoy. Luego de enterarse del revés que dio su hermana, Jaime, quien estuvo apunto de ser asesinado por encargo de Cersei por Bronn hasta que Tyrion lo persuadió al ofrecerle una mejor recompensa por dejarlos con vida, decide volver con ella. Las lágrimas de Brienne no logran conmoverlo: insiste con que él es buena persona. Y él enumera los hechos que ha llevado adelante por Cersei para remarcar que él no es diferente a ella.
El enojo de la reina de los dragones y de Gusano Gris, el capitán de su ejército y novio de Missandei, parece incontrolable. Quieren atacar King´s Landing, sin importar la estrategia de Cersei, quien abrió las puertas de la fortaleza roja para brindarle "protección" al pueblo. Lord Varys y Tyrion intentan hacerlos entrar en razón y ella finalmente escucha. La idea es pedirle la rendición a Cersei para que se vea su buena voluntad. El encuentro de las reinas es a través de sus manos: Tyrion camina hacia Qyburn. Desde lo alto del castillo Cersei -quien le dijo a Euron que está esperando un hijo suyo, cuando en realidad es de su hermano Jaime- observa. No hay mucho que hablar, las dos piden lo mismo: la rendición de la otra. Pero la reina regente tiene un arma: a Missandei de rehén ("o se rinde, o verá morir a Missandei", le dice el maestre a Tyrion). Arriesgando su vida, el menor de los Lannister se acerca a su hermana y le pide que recapacité, le habla del bebé que espera, intenta conmoverla. Pero nada de eso funciona, Missandie, luego de gritar "Dracarys", es decapitada por La Montaña ante los ojos de Daenerys y Gusano Gris.
En este capítulo, la rubia no solo perdió a uno de sus hijos -llegó con tres dragones y solo le queda Drogon- sino también a su amiga entrañable. Esta vez no habrá palabras de Tyrion que logren calmarla.
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