Game of Thrones: las muertes más impactantes que tuvo la serie
Game of Thrones es una serie en la que ningún personaje tiene la supervivencia garantizada. A lo largo de siete temporadas, hubo un verdadero desfile de muertes que calaron hondo en el corazón del público. Por ese motivo, y previo a descubrir en los episodios finales quiénes serán los últimos caídos en batalla , repasamos los asesinatos que más dolieron, impactaron, y por qué no, más disfrutaron los fans de esta popular historia.
Ned Stark pierde la cabeza
En sus inicios, el relato se apoyaba en gran medida sobre los hombros de Ned Stark (Sean Bean). La nobleza de su corazón, la rectitud de su comportamiento y su moral incorruptible lo convirtieron en un personaje atípico para un mundo viciado por traiciones y conspiraciones. Lamentablemente, su falta de pragmatismo fue la causa de su muerte. La brutal ejecución de Ned en el último episodio de la primera temporada, fue una declaración de principios por parte de la serie, porque a partir de allí se hizo evidente que cualquiera podía morir en cualquier momento. En un segundo plano, su destino también dejaba en claro que esa realidad no aceptaba héroes incapaces de mancharse las manos. Al patriarca de los Stark no solo lo mató el hacha que rebanó su cabeza, sino también el creer que todos sus aliados (y enemigos) compartían su mismo código de honor. Y su cabeza rodando fue la violenta bienvenida que la saga le dio a sus incautos fans.
La boda roja
Hay escenas que quedan tatuadas en el imaginario colectivo. Y en Game of Thrones, la boda roja fue esa graduación violenta con la que una vez más, el público vio cómo destrozaban el destino de dos importantes protagonistas. En el noveno capítulo de su tercer año, Robb Stark (Richard Madden), su madre Catelyn (Michelle Fairley), y su prometida Talisa (Oona Chaplin), fueron víctimas de una emboscada en una cena brindada por su aliado Walder Frey (David Bradley). A medida que transcurría la velada y la tensión era palpable, Catelyn miraba a su alrededor mientras los espectadores abrazaban los almohadones que tenían a mano sabiendo que lo peor estaba por llegar, y así fue. La viuda de Ned deduce que todo se trata de una trampa, pero de poco le sirve. Rápidamente un soldado apuñala repetidas veces en el vientre a Talisa, que estaba embarazada, y Robb recibe varios flechazos. El ejército de los Stark es brutalmente masacrado y la saga teñía nuevamente de sangre el árbol genealógico de una casa que iba camino a convertirse en una especie en extinción.
Joffrey Baratheon, envenenado
Seguramente la de Joffrey Baratheon (Jack Gleeson) fue una de las muertes que más divisiones sembró en Game of Thrones, pero no porque algunos quisieran que viviera y otros que muriera, sino porque mientras unos festejaban su muerte, otros consideraban que merecía sufrir muchísimo más. En la llamada Boda púrpura, el joven rey contraía matrimonio con Margaery Tyrell (Natalie Dormer). En ese punto de la historia, el tirano líder se había ganado una frondosa galería de enemigos, y si bien su asesinato era cuestión de tiempo, no por eso dejó de ser una sorpresa. La ceremonia transcurría con normalidad, hasta que de golpe Joffrey comienza a carraspear. A continuación, pasos torpes, mucha tos, vómito y una brutal caída al suelo: esas fueron las acciones del monarca antes de morir en brazos de su madre y su tío/padre. Claro que fiel a su estilo, Joffrey aprovechó su último suspiro para inculpar a Tyrion (Peter Dinklage) de su destino. Sin lugar a dudas la muerte del joven rey fue una de las escenas más impactantes de la serie, y sus consecuencias fueron el comienzo de la debacle para el clan Lannister.
La batalla de los bastardos
Ramsay Bolton (Iwan Rheon) fue otro de esos grandes villanos que el público amó odiar. Dueño de un sadismo aún mayor al de Joffrey, el hijo bastardo del rey Roose Bolton encontraba en la guerra un paraíso perdido, una razón de ser. Claro que lejos de combatir con nobleza, él se caracterizaba por una falta absoluta de escrúpulos, empleando arteras maniobras con tal de lograr su objetivo. Ramsay, sin embargo, en donde encontraba una inagotable fuente de placer, era en torturar a sus rehenes, y la prueba viviente de eso fue Theon Grejoy (Alfie Allen), cuya temporada en el castillo Bolton le valió serias modificaciones en su anatomía. El bastardo no tardó en cruzar su camino con Jon Snow ( Kit Harington ), en una batalla que fue de las más importantes de la serie. En esa contienda, el villano fue derrotado, pero antes se dio el gusto de matar a Bran Stark ante los ojos de su medio hermano. Luego de la contienda, Ramsay sufre una violenta golpiza a manos de Jon. Pero el toque final se lo da Sansa ( Sophie Turner ), que sin inmutarse y abrazando también un oculto amor por el sadismo, elimina a Ramsay ordenándole a uno de sus sabuesos que se lo devore, comenzando por su rostro.
Arya comienza su venganza
El contragolpe de Arya ( Maisie Williams ) tardó en llegar, pero cuando lo hizo, fue de una contundencia absoluta. La joven Stark perdió seres queridos y familiares, y durante varias temporadas sembró en su interior un voraz apetito por la revancha. Luego de un severo entrenamiento junto al Sabueso (Rory McCann) y a los Hombres sin Rostro, la joven se convirtió en una guerrera tan despiadada como talentosa, que pronto comenzó a tachar de su lista los nombres de aquellas personas a las que había jurado matar. En ese recorrido, cada asesinato fue largamente saboreado, finamente preparado y meticulosamente ejecutado. De esa manera, ella le brindó a su público una enorme satisfacción cuando liquidó primero a Walder Frey, y luego a todo su séquito de cómplices. Pero el final del séptimo año presentó una de las muertes más esperadas de la serie: la de Petyr Baelish (Aidan Gillen), alias Meñique. Luego de conspirar y traicionar durante mucho tiempo, el noble no tuvo idea más brillante que la de intentar enemistar a las hermanas Stark, una jugada que no salió nada bien. Sansa desenmascaró sus intenciones, y arrodillado pidiendo clemencia, a Arya le tomó un segundo abrirle un canal a lo largo de su cuello. Meñique decoraba de rojo el piso de la habitación, y el público vitoreaba una vez más el nombre de Arya Stark.
De yapa: El final de High Sparrow
En una lista con las muertes más impactantes, no puede faltar el nombre de esa mujer que de un solo golpe barrió con decenas de vidas. Luego de sufrir imperdonables humillaciones, Cersei ( Lena Headey ) planeó un ataque feroz contra High Sparrow (Jonathan Pryce), el líder de una poderosa secta religiosa. En el final de la sexta temporada, Cersei cortaba por lo sano y detonaba el templo en el que se encontraban todos los seguidores de ese culto. La actual reina pudo no haber sido demasiado elegante en su plan, pero sin lugar a duda fue de lo más efectiva.
La última temporada de Game of Thrones comenzará el domingo 14, a las 22, por HBO
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