Friends from College: adultos pero no maduros
La serie de Netflix, que acaba de ser renovada para una segunda temporada, cuenta la vida de seis ex compañeros de Harvard que se reencuentran en circunstancias muy distintas a la universidad
Los adultos tomaron por asalto las actitudes adolescentes en ficciones de los tonos y estilos más diferentes. De un tiempo a esta parte, y muchas veces de la mano de actores-creadores de comedias notables (como Phoebe Waller-Bridge con sus Crashing y Fleabag, o Aziz Ansari con Master of None), grandulones aniñados se adueñaron de las declaraciones de amor rojas de vergüenza, los berrinches, el redescrubrimiento personal y una serie de caprichos entre desajustados y desgarradores.
El cambio de hábitos no es cuestión de edad. Así, en tres temporadas y ya prometiendo una cuarta, Grace and Frankie cacheteó al público a puro peyote, divorcio y glamour derribado. Y mientras la capacidad de sorprender para los personajes más pequeños muchas veces toma otro rumbo (ahí está Lady Lyanna Mormont en Game of Thrones, con pocos años y mucha arenga), los adultos tienen cada vez más permitido ser incompletos, tener dudas o repensar por completo su rumbo. Por eso, cuando Netflix lanzó la nueva creación de Nicholas Stoller, Friends From College, y la sinopsis prometía una comedia forjada entre vínculos poco claros dentro de un sexteto de ex compañeros de facultad, parecía que nada podía fallar.
Es que Stoller es el director de títulos como Forgetting Sarah Marshall y su spin-off Get Him To The Greek, las dos entregas de Buenos vecinos, Eternamente comprometidos y la animada Cigueñas; además de tener créditos como guionista en Los Muppets y la recientemente estrenada Las aventuras del Capitán Calzoncillos. La procastinación de la idea clásica de “vida adulta” parece ser una de sus especialidades. Sin embargo, en esta ficción de ocho episodios y final abierto, no todo está garantizado.
Friends From College empieza con un romance secreto que parece llegar a su fin. Ethan (Keegan-Michael Key) le cuenta a Sam (Annie Parisse), su amante durante los últimos veinte años, que él y su esposa Lisa ( Cobie Smulders , ex How I Met Your Mother) vuelven a instalarse en Nueva York. Entonces, se impone una reunión de egresados de Harvard, un reencuentro algo forzado y mucho más lleno de expectativas que de otra cosa. Después de muchos años, aquellos que fueron inseparables en el aula ahora son diferentes y aunque quieran ayudarse, muchas veces les cuesta reconocerse.
¿Personajes queribles?
Pasadísimos de la edad clásica de los relatos de iniciación, los protagonistas de Friends from College empiezan (y avanzan) casi tan perdidos como un puñado de púberes cargados de responsabilidades adultas. La amistad es más bien un gesto en un grupo donde lo que triunfa, después de todo, parecen ser más bien las individualidades partidas de cada uno.
Exitosos a sus veintipocos y treintañeros prometedores, estos “amigos” se acercan a los cuarenta algo carentes de la originalidad que atravesaron poco tiempo atrás, destacando cada cual en su rubro. Para el momento en el que los encuentra esta primera temporada, ya no es tan audaz hacer el tipo de obras de teatro que hace Marianne (Jae Suh Park), ni viven con el mismo vértigo tener un amante a escondidas, ya no hay ranking de nuevas promesas que alcanzar y ni siquiera es tan divertido como parecía vivir de un fideicomiso. Entonces, sí, esos personajes salen a la caza de nuevas aventuras.
En situaciones de crisis y nuevas etapas, mediante Jason Segel en casi todas sus formas, Seth Rogen y Rose Byrne como un par jóvenes adultos que se ven añosos frente a adolescentes de juerga o Jonah Hill como el acompañante fanático de Aldous Snow, Stoller suele encontrar algo de ternura, simpatía, o vergüenza empática en algunos de sus personajes, más allá de que sean protagonistas, acompañantes o pequeñas participaciones.
Y posiblemente sea ahí donde se encuentra el terreno más resbaloso de Friends From College. Ethan está en el centro, más allá de que sea uno más del equipo, y no es un hombre querible. Miente, engaña, es torpe y hace unas voces inentendibles cuando está nervioso. Y eso no sería un problema si otros personajes pudieran acompañar al espectador (Billy Eichner hace una participación en cinco capítulos muy interesante, dejando de lado el estilo de su Billy On The Street). Tal vez cuatro horas sea poco para poder desarrollar la cantidad de frentes necesarios o quizás la decisión sea comenzar de a poco. En cualquiera de los casos, y con un final que lo pide, la noticia de que el servicio de streaming renovó la ficción para una segunda temporada abre la puerta a reordenar una trama que no parece haber alcanzado su máximo potencial.
Sol Santoro
Trailer https://www.youtube.com/watch?v=bKpA2a3HlnI
Avance
https://www.youtube.com/watch?v=WWLm9QoSdWw
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