Fosse/Verdon retrata al matrimonio más célebre de Broadway
La señal Fox Premium Series lanza hoy una interesante biopic por la que transitan títulos emblemáticos como Cabaret, Chicago, Sweet Charity y All That Jazz
Se lo podría imaginar con una sonrisa leve y pícara, deslizándose suavemente a través de pequeños pasos, con sus rodillas dobladas hacia adentro y su cuerpo aparentemente relajado; luego bajaría su sombrero por su frente, levemente, y miraría en forma provocativa por debajo... sin dejar de deslizarse ni quebrar sus rodillas. De pronto un chasquido, un hombro que cae y un sonido gutural, contundente. Ese fue Bob Fosse, mucho más que un coreógrafo creador de un estilo que no se asemeja a nada pero tiene los componentes de todo. Director, autor, actor, hacedor... y muchos títulos más que se le podrían asignar a este hombre que es sinónimo de Broadway. Pero la historia de Fosse viene con otro nombre propio: Gwen Verdon. Fue una intérprete indiscutida del teatro musical norteamericano, pero las creaciones de Fosse la convirtieron en una gran figura. Además de haber sido su gran amor, fue su musa inspiradora.
Esa parte de la historia de Broadway que incluye obras emblemáticas como The Pajama Game, Chicago, Pippin o Sweet Charity se ve retratada en la nueva serie Fosse/Verdon, que esta noche estrena Fox Premium Series. Compuesta por ocho episodios, la superproducción musical que explora la relación entre Bob Fosse y Gwen Verdon se puede disfrutar, todos los miércoles, a las 22.10; y también on demand en Fox Play. La miniserie tiene 19 nominaciones a los premios Emmy, que se entregarán el 14 de septiembre.
Bob Fosse está interpretado por el ganador del Oscar Sam Rockwell; mientras que Gwen es personificada por Michelle Williams, quien encarnó a Sally Bowles en la última versión de Cabaret en Broadway. El resto del elenco lo integran Lin-Manuel Miranda, como Roy Scheider; Bianca Marroquín, como Chita Rivera; Kelli Barrett, como Liza Minnelli; Paul Reiser, como Cy Feuer; Evan Handler, como Harold Prince; Nate Corddry, como Neil Simon; y el brillante Norbert Leo Butz, como el dramaturgo Paddy Chayefsky, entre muchos otros.
El primer capítulo pasa por hitos del coreógrafo y director como las versiones fílmicas de Sweet Charity y Cabaret y hasta el proyecto de Chicago; pasando por la relación de ambos, los conflictos de personalidad de su hija Nicole, la obsesión creativa de Fosse, sus adicciones e infidelidades. Él era un creador inmenso, un genio artístico que siempre supo abusar de su temperamento, su reconocimiento y su carácter para obtener lo que quería.
La serie muestra de manera muy atractiva la vida de estos dos artistas, con la trastienda de semejantes obras maestras, anécdotas, datos poco conocidos, sobre la base de un guion inteligente que -no hay que negarlo- es cómplice del fan, del que algo conoce de Fosse y de Verdon. De todas maneras, ¿qué es lo más llamativo e importante de la serie? Que, por fin, reivindica más el nombre de Gwen Verdon que el de Fosse, tan idolatrado y venerado. Se ve claramente cómo la actriz y bailarina era mucho más que una musa inspiradora. Era su consejera, la mirada que lo completaba desde lo creativo. Allí uno puede ver cómo un cínico Fosse, mientras está acostado con su amante, la llama desde Berlín para pedirle que viaje y le brinde un poco de inspiración para la filmación de Cabaret. Gwen fue la clásica figura de Broadway que nunca pudo trascender en otros ámbitos. Ella encabezaba taquilleros títulos en las marquesinas de la Gran Manzana, pero no lograba que la contraten en Hollywood, a pesar de haber ganado cuatro premios Tony en seis años. Ella luchó en forma permanente por mantenerse en una industria que apostaba más por la juventud y la novedad. Pero mientras lidiaba con eso, su prioridad era ser el sostén de Bob y de una familia que se iba derrumbando.
No faltan cuadros musicales emblemáticos, ni esa técnica que de algún modo cambió para siempre la forma de hacer musicales: el entender que hay teatralidad en una secuencia de baile, en que no basta con un gran bailarín, sino con un gran intérprete. Fosse quería que sus bailarines tuvieran la capacidad de aislar ciertas partes del cuerpo, sin involucrar nada del resto y solía repetir una secuencia cientos de veces hasta que sentía que quedaba perfecta. Sus artistas le temían, pero lo respetaban y querían trabajar con él.
A su vez, en Fosse/Verdon puede verse hasta cómo fue aquel proceso de filmación de All That Jazz, ese magnífico film en el que este hijo de noruego e irlandesa que aprendió a bailar en una academia de barrio imaginó cómo serían su ocaso y su propia muerte. Por aquel entonces llevaba mucho tiempo separado de Gwen. Pero cuando murió de un ataque al corazón, el 23 de septiembre de 1987, al salir de un hotel en Washington para cruzar la calle que lo separaba del teatro donde se reponía Sweet Charity, a su lado, de rodillas, estaba Gwen Verdon (no es el final de la serie, es historia, no se preocupen).
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