En una secuencia de Gambito de Reina, la miniserie de Netflix de Scott Frank (Out of Sight, Godless, Logan) que llega a la plataforma el viernes 23, Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) reconoce que solo se siente cómoda en un micromundo: las 64 casillas del tablero de ajedrez. Es una de las pocas veces en la que la vemos confesar algo tan íntimo, y el impacto no resulta indiferente.
La protagonista de la adaptación de la novela de 1983 de Walter Tevis –cuyo título está basado en una apertura de ajedrez– queda huérfana de pequeña y vive toda su niñez y preadolescencia en un hogar que, a fines de los 50, administra a los jóvenes barbitúricos y los privan de cualquier incentivo o contención. En ese contexto adverso y con el trauma de la muerte de su madre a cuestas, Beth encuentra sus momentos de consuelo en sus partidas de ajedrez con el señor Shaibel (Bill Camp), el conserje del lugar, quien se convierte en el primer maestro del juego que obsesiona a la pequeña en sus noches de desvelo, y le da un propósito en su vida adulta.
Taylor-Joy, la joven de 24 años que nació en Miami pero fue criada en la Argentina y luego en el Reino Unido, interpreta a Beth a lo largo de los años, desde su tardía salida del hogar de Kentucky a los 13 años, hasta su llegada a la casa de su mamá adoptiva, Alma (la realizadora Marielle Heller, en un gran papel); y lo hace con una ductilidad que ya habíamos podido vislumbrar en películas como La bruja, Fragmentado, Thoroughbreds, Glass y Emma. Beth es un rol complejo, una mujer que pasa de la frialdad absoluta a la hora de hacer sus movimientos frente a sus oponentes masculinos, a entrar en un espiral de adicción a los tranquilizantes y al alcohol. Ese recorrido sinuoso del personaje le sienta bien a una intérprete que no le teme a los desafíos.
Gambito de reina es una historia coming of age en la que los silencios son clave, sobre todo cuando Beth se expresa a través de sus piezas con una pasión que la va conduciendo a la cima, incluso cuando se sabotea a sí misma. Con Frank como showrunner (junto a Allan Scott), guionista y director, la miniserie tiene en Taylor-Joy a la protagonista ideal para propulsar un relato de corte feminista.
En diálogo telefónico con LA NACION, la actriz alude a este flamante proyecto del gigante del streaming, a su emoción por haber sido recientemente elegida para la precuela de Mad Max: furia en el camino, y a su amor genuino por la Argentina. Basta despedirla diciéndole "Felicitaciones", para que Anya deje por un lado el inglés y responda "Muchas gracias, lo aprecio" en castellano, soltando una risa quizá ligada a sus recuerdos de un país que siempre será parte de su ADN.
–¿Cómo fue la preparación para las escenas de competencia de ajedrez? ¿Tenías conocimiento del juego?
Anya Taylor-Joy: –No, antes de este proyecto no había aprendido nada, no sabía por dónde empezar, no sabía jugar en absoluto. Afortunadamente, para poder abordar este personaje, recibí la ayuda de excelentes maestros que me guiaron durante todo el proceso.
–¿Y cómo describirías tu relación con el ajedrez ahora?
–¡Me encanta! Le empecé a tomar un respeto muy grande al juego después de filmar la serie, y particularmente a todos los maestros.
–¿Leíste la novela de Walter Tevis antes de empezar el rodaje?
–Sí, sí. Cuando lo conocí a Scott [Frank], leí el guion, y me dijo que estaba basado en esa novela, inmediatamente la tomé como base para prepararme para el rol de Beth. Es un libro increíble.
–¿Qué fue lo primero que te atrajo del proyecto?
–El personaje de Beth. Lo que me pasó al leer el guion fue que sentí que podía entender lo que hacía, su proceder, y me gustaba la posibilidad de contar su historia, desde mi lugar, apropiadamente. Lo pensé de este modo: la manera en la que ella se vincula con el ajedrez es la misma con la que yo me relaciono con el arte, con la actuación. Sentimos las cosas del mismo modo. Las dos le ponemos mucha pasión a lo que hacemos, y somos tenaces y resolutivas.
–Scott Frank es un gran escritor, ¿cómo fue trabajar con él?
–Scott es maravilloso, se convirtió en una de mis personas favoritas del mundo. No solo tiene un talento inmenso sino que además, cuando pasás tiempo con él, descubrís que es alguien muy cálido, y ambas cosas no siempre van juntas. Eso es lo que lo hace tan especial. Me siento muy afortunada de que me haya convocado para colaborar en su proyecto. Estuvimos de rodaje durante cinco meses en Berlín, lo cual fue un regalo que me dio la vida porque amo esa ciudad, la cultura, la gente que vive allí. El equipo de trabajo también fue hermoso, hice muchos amigos en este proceso.
–¿Recordás cuál fue la escena que representó el mayor desafío para vos?
–Sí, recuerdo una en particular que es cuando Beth regresa al hogar donde pasó su niñez y parte de su adolescencia [tras haber triunfado en el mundo del ajedrez]. En esa secuencia me sucedió algo muy especial: me sentía muy poco escindida del personaje, entonces ese momento del rodaje me resultó muy abrumador. Si bien no se sintió del todo bien rodarla por eso y por lo que implicaba para el papel, es una escena que ahora me hace sentir muy orgullosa.
–Beth es muy interesante porque no necesita aprobación de terceros, no pretende ser amable con todo el mundo ni busca que todos la quieran, es una mujer con sus defectos como todas las mujeres. ¿Qué fue lo que más te impactó de ella?
–Sí, es como mencionás, no busca ser revalidada por los demás. Hay que pensar que es una niña que queda huérfana. Nadie le dice cómo manejarse en la vida como mujer, lo resuelve todo sola. Ella advierte de inmediato cuando alguien no tiene buenas intenciones, es muy intuitiva, admiro lo estratégica que es y cómo toma las decisiones que toma. Cuando alguien no le interesa, directamente corta el vínculo, no es dubitativa. Si ella no le agrada a otra persona sucede lo mismo: legítimamente no le da importancia. Eso es admirable.
–Además no habla mucho, es muy reservada; ¿cómo fue el proceso de expresar esas cualidades de Beth con poco diálogo?
–Tuve mucha suerte en mi carrera, porque nunca estudié actuación, pero pude trabajar con grandes directores que me brindaron muchos consejos que siempre recuerdo, y uno de ellos tenía que ver con confiar en que mi cuerpo podía hacer lo correcto en determinadas escenas. Comunicarse a través de lo gestual es fascinante también, y en este caso fundamental al tratarse del mundo del ajedrez. La gente me pregunta cómo hice para que el juego sea interesante de ver, y mi respuesta es siempre la misma: porque para quienes lo están jugando es interesante, entonces lo experimentan con entusiasmo, con emoción, con frustración, con todo el espectro de emociones. Una vez que entrás en esa lógica, podés transmitirlo.
Beth, mi personaje, no se ve como una mujer que juega al ajedrez, se ve como una jugadora de ajedrez que es mujer
–¿Cómo fue trabajar con Marielle Heller? Es una gran directora [¿Podrás perdonarme?, Un buen día en el vecindario], pero no solemos verla tanto en su faceta de actriz.
–Ella es una mujer muy talentosa, es extraordinaria. Soy una gran admiradora de su trabajo. Ambas amamos la relación entre Beth y Alma, es un vínculo muy complejo, muy raro, y aprovechamos la oportunidad de exprimir eso, la pasamos muy bien juntas.
–¿Considerás a la miniserie como una obra feminista?
–Sí, lo es si pensamos cómo se fue deconstruyendo el feminismo, y el pedido por la igualdad de derechos entre los géneros. En el caso de Beth, ella no se ve como una mujer que juega al ajedrez, se ve como una jugadora de ajedrez que es mujer.
–Sí, de hecho no hay muchas secuencias románticas, no se focaliza en sus vínculos con los hombres. Es el viaje de Beth.
–Absolutamente. Ahí se manifiesta el feminismo, porque la ves luchando con su propia identidad, con cuidarse a sí misma: es su historia.
–¿Disfrutás volver a la Argentina cuando tenés la posibilidad de hacerlo?
–Sí, lo disfruto mucho. Solemos ir dos veces al año, siempre intento ir para las fiestas. Es un lugar en el que me desconecto de todo y puedo ser yo misma.
–Se acaba de confirmar que vas a protagonizar la precuela de Mad Max: Furia en el camino, y que vas a interpretar a Furiosa, ¿cómo recibiste la noticia?
–¡Estoy tan emocionada! Tengo un gran respeto por la saga, y por los personajes, me siento honrada de tener la oportunidad de emprender este viaje. Para serte sincera, todavía no puedo creerlo.
Cuándo y dónde verla.
Más notas de Anya Taylor-Joy
- 1
Cómo es Amor animal, la nueva serie de Sebastián Ortega: la filmación en Uruguay, el protagónico de Franco Masini y el “dream team” de caras nuevas
- 2
En fotos: del día de playa de Zaira Nara en Punta del Este a la visita solidaria de Benjamín Vicuña
- 3
El fuerte mensaje de Wanda Nara por la primera Navidad que pasó sin sus hijos: “Es dura”
- 4
Evangelina Anderson hizo una sesión de fotos en la playa de Aruba y sus seguidores no escatimaron en elogios