El último reino y The Son: cuando la historia es serie
Las ficciones que viajan al pasado para buscar inspiración
El nacimiento de un estado, de una pelea fronteriza que dura hasta nuestros días y de una forma de vida que le dio forma a toda una nación. Todo eso y bastante más ocurre en la primera temporada de The Son, la serie que comienza pasado mañana, a las 22, por AMC, la más reciente ficción que se suma a otras como Outlander, Vikings, Reing y El último reino, que inspiran sus relatos en grandes momentos de la historia universal.
Protagonizada por Pierce Brosnan en su regreso a la televisión treinta años después del final de Remington Steele, la ficción que lo hizo una estrella, The Son acompaña a su personaje, Eli McCullough, desde la adolescencia en el territorio de Texas donde los indios luchan por sobrevivir y los colonos intentan no cruzarse en su camino hasta el comienzo de la fiebre del petróleo en 1849.
Aguerrido, carismático y con pocos escrúpulos, Eli es un orgulloso hijo del salvaje estado norteamericano que, cuando comienza el primero de los diez episodios de la primera temporada -tiene una segunda ya confirmada-, está en plena ebullición por lo que sucede con la revolución mexicana, del otro lado de la frontera. Criado entre salvajes y decidido a convertirse en el hombre más poderoso, rico y temido de la región, Eli es tan inflexible con los extraños que se crucen en su camino hacia el progreso como con su hijo Pete (Henry Garrett), que no parece entender las razones ni la profundidad de la ambición de su padre. Un misterio que los espectadores irán conociendo a través de los flashbacks que relatan la dura adolescencia y juventud de Eli entre los comanches.
Con una cuidadosa reconstrucción de época y aprovechando al máximo los paisajes texanos que recuerdan a los mejores westerns, la trama se desarrolla como una fascinante saga familiar en la que se entrecruzan conflictos territoriales y raciales que involucran no sólo a los diezmados indios, sino también a los terratenientes de origen mexicano como los García, cuyo patriarca es interpretado por el actor español Carlos Bardem.
Con algún aire de los Capuletos y los Montescos, y la tragedia siempre en el horizonte, el drama que cuenta The Son también es la historia del progreso de una región y su gente que crecieron con la ganadería y se hicieron inmensamente ricos gracias al petróleo. Un cambio que en el caso de los McCullough será conseguido con feroz determinación y pocos escrúpulos.
Basada en el best seller de Philipp Meyer, la serie funciona como la más entretenida, visceral y muchas veces violenta lección de historia. Algo similar a lo que sucede con El último reino, cuya segunda temporada llega el martes, a las 23, por History.
Tronos sin dragones
En este caso, las novelas inspiradoras son los celebrados diez volúmenes de Crónicas sajonas, de Bernard Cornwell. Ambientada en el siglo IX, en lo que luego sería Gran Bretaña, durante la invasión de los daneses, la serie producida por la BBC y grabada en Hungría combina los sangrientos enfrentamientos entre los ejércitos invadidos y los invasores vikingos, los conflictos religiosos aun entre amigos y la cruzada personal del intrépido guerrero Uhtred (Alexander Dreymon), que luego de la batalla que ayudó a ganar junto al rey Alfred y después del asesinato de su esposa en el final de la primera temporada, vaga sin sentido ni destino hasta que se reencuentra con el padre Beocca (Ian Hart), decidido a llevar paz a todo el dividido territorio.
Desde que se emitió la primera temporada de esta serie, muchos críticos la bautizaron como la Game of Thrones sin dragones, un elogio que cobra más sentido cuando entre los fanáticos de El último reino aparece un tal George R. R. Martin. El autor de la saga que inspiró la ficción de HBO mencionó a la ficción de History entre sus ciclos televisivos recomendados, suele alabar los libros de Cornwell y felicitó a los productores de la serie por mantenerse fieles a lo que cuentan las novelas. En la primera temporada utilizaron las primeras dos, mientras que en ésta aparece el material escrito en la tercera y cuarta entrega de la trama.
Y aunque Game of Thrones y El último reino comparten el estilo de época en la que están ambientadas, lo que las distingue, además de la falta de dragones, es que Las crónicas sajonas, y por ende la serie, replican con bastante exactitud acontecimientos históricos reales. Si bien el personaje de Uhtred es ficcional, un protagonista que encarna a los muchos guerreros nobles afectados por las invasiones y la lucha de poderes, la representación del rey sajón Alfred y su corte religiosa es fiel al modo en que lo describen los libros de historia.
Esta serie, como Outlander -en la que el pasado de Gran Bretaña forma parte fundamental de la trama-, existe en el fascinante punto medio entre el pasado real y la ficción más vistosa.
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