El sorpresivo final de The Walking Dead que anticipó un tuit misterioso
En un era de anuncios constantes, donde el más mínimo milisegundo de marketing es intencionalmente usado una y otra vez para sacudir redes, alterar agendas y generar expectativa sobre la franquicia de turno, The Walking Dead acaba de sacudir al mundo. Lo hizo negando ese modelo reinante, casi desesperado y que no deja margen a sorpresa alguna.
No hablamos de la serie, The Walking Dead; o la otra serie, Fear The Walking Dead. No. Hablamos del cómic que vendía un promedio de 50.000 ejemplares por mes y que fundó el imperio TWD. La base del fenómeno sorprendió al planeta, como desde siempre lo hacían las muertes de sus personajes, apelando a la sorpresa y a las artimañas: con apenas un misterioso tuit de su creador, el guionista Robert Kirkman, el cómic de zombies que generó un fenómeno global y varias series de TV llegó a su fin con la salida de su número 193.
Así, sin más y lejos de los 300 números que el propio Kirkman alguna vez prometió, se acabó el cómic fundamental para comprender la cultura pop actual y sus revoluciones. Tan lejos fue incluso la búsqueda de la sorpresa que hasta se generaron falsas órdenes de compra y tapas de los hoy inexistentes números posteriores.
El cómic The Walking Dead #193, siempre en blanco y negro, es entonces el inesperado punto final de la saga protagonizada por Rick Grimes y escrita por Kirkman desde aquel primer número publicado en octubre de 2003. Kirkman pasó de suceso inesperado en el papel a referente del relato pop moderno pero siempre se definió como alguien "que representa para George Romero lo mismo que Stephanie Mayer es respecto de Bram Stoker". De esa forma, Kirkman canibalizaba el bing bang que generó su cómic (también se mofaba de ponerle sentimientos al género) y se ponía de rodillas delante de Romero, director de la fundacional película La noche de los muertos vivos (1968) y santo patrono de cualquier relato con zombies. Pero la verdad es otra y era una inesperada cuando Kirkman le mentía intencionalmente a quienes no querían publicar el cómic (creían a nadie le iba a interesar otro genérico relato zombi) diciendo que tenía una vuelta de tuerca: los extraterrestres estaban detrás del apocalipsis.
Lo cierto es que mal que le pese y hasta habiendo jugado un rato a convertir en muertos vivientes a los personajes de Marvel (sus Marvel Zombies), Kirkman y sus cómics llevaron a los zombies a un lugar que nunca ocuparon en la cultura popular.
Apenas unas semanas atrás, el New York Times le realizaba una entrevista a causa de una muerte importante en el cómic de The Walking Dead. El simple hecho de que The New York Times haga una nota sobre una muerte en un cómic, una que no implique una franquicia de superhéroes con más de 50 años a cuestas, da una idea de la magnitud expansiva de la creación de Kirkman. Y del cráter que deja en el mundo de la historieta y como eso sacude a las expectativas sobre las famosas series basadas en su obra más popular (series que de inmediato salieron a decir no afectaba los planes de las nuevas temporadas que están por mostrarse en San Diego Comic-con).
Si por un lado se ha creado gracias a su éxito la fábula de Marvel, que cuenta la manera en que el cómic mainstream de superhéroes fue convertido en el modelo económico más exitoso de Hollywood, la otra cara de la misma moneda es Kirkman. Es la cara que cuenta cómo un niño que veía a Romero a escondidas en un pueblo de Kentucky y se decepcionaba con los finales de las películas de zombies ("¿De verdad se termina todo ahí y se van en un helicóptero?") se convirtió en alguien que le dio la espalda a Marvel en los cómics (a causa de las regalías), y que desde un sello independiente como Image y un producto original logró construir un imperio.
The Walking Dead hoy posee dos series al aire, la famosísima The Walking Dead y Fear The Walking Dead, varios videojuegos, un talk-show, películas por venir, toneladas de merchandising y así la lista de grandes éxitos de la cultura pop industrial. Y le permitió a Kirkman no solo crear su propia compañía, Skybound Entertainment sino tener un cargo clave en su adorada Image, vender más de 60 millones de ejemplares de su cómic (uno de sus tantas creaciones, todas bajo la mira para ser convertidas en serie), convertirse en el rostro de una serie de documentales sobre historietas y, según sus palabras, "ya no comprar pantalones en Wallmart".
Lo fascinante de la fábula de Kirkman nació en una oficina de un fábrica donde usaba esos recursos para escribir su cómic sobre un Sumo Pontífice entrenado por Bruce Lee (Battle Pope) y administrar su sello independiente. Es una fábula que tiene que ver con el núcleo duro de su éxito: darle la espalda a la grandes compañías para generar un relato que con una simple alteración en el género de turno. Esa simple reactiva forma de escribir siempre pensando en sus Santos Griales (los superhéroes y el terror) sorpresivamente generó un tsunami de cómics y series. Es más, ese enojo lo llevó a crear un manifiesto que puede verse online pero que adquiere su mejor forma en el cómic del cual se despidió hoy sin previo aviso.
A semanas de anunciar las novedades de sus flamantes temporadas, los shows basados en el cómic o derivados del mismo, salieron de inmediato a calmar a sus fans después de la noticia. The Walking Dead lanzará en San Diego Comic-con el tráiler de su esperada décima temporada, que retoma el salto temporal de seis años que tuvo lugar después de la "muerte" de Rick Grimes. Fear The Walking Dead sorprendió a los fans con los anuncios de su próxima quinta temporada, que brindará información, precisamente, sobre Rick Grimes. Y todavía se esperan datos concretos sobre las tres películas en torno al personaje interpretado por Andrew Lincoln. Además, los fans de ambos universos lúdicos saben que hace rato series y cómics van por caminos muy distintos. Por ende, calma, fans.
Después de 16 años, una pelea con el dibujante original (Tony Moore, quién era su mejor amigo), convertirse en parte clave como guionista de todas las series TWD, ofertas para adaptar al cine su cómics (que implicaban zombies con láseres en la cabeza) y varios proyectos, Kirkman le puso fin a la obra que comenzó un imperio de miles de millones de dólares. El mismo autor escribe en el número de 70 páginas publicado esta semana en Estados Unidos: "Pude contar mi historia durante 193 números de la forma en que quise hacerlo y en mis propios términos, sin ninguna interferencia en el camino".
Ahora hay varios proyectos que involucran a Kirkman, desde una película de su cómic Oblivion Song hasta las mismas series de TWD, y su próximo panel el 18 de julio en San Diego Comic-con, Skybound Presents: In Conversation with Robert Kirkman (Skybound presenta: en conversación con Robert Kirkman), ha adquirido una importancia inesperada. Entender cómo el realismo con sentimientos y enamorado del género de The Walking Dead, que es el santo y seña de Robert Kirkman y de ese otro lado de la industria del entretenimiento, han marcado las últimas décadas, queda resumido en una declaración que le hizo el guionista a Rolling Stone en 2016: "Siempre me dio miedo que me defina algo que creé a los 23 años. Mi tumba dirá ‘Acá yace el idiota que hizo The Walking Dead. Pero hay cosas mucho peores. Hoy estoy en paz con esa idea. No sería el fin del mundo".
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