El show de Bill Cosby: del éxito en pantalla a las críticas y el ocaso de su protagonista
Fue un programa que marcó a los Estados Unidos por diferentes razones, pero su legado también quedó teñido por las graves y numerosas denuncias de acoso y abuso sexual que recibió su protagonista
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Conocido popularmente como Bill Cosby, William Henry Cosby Jr. inició su carrera como comediante en los clubes nocturnos de San Francisco en los años 60. A lo largo de la década de 1970, filmó media docena de películas y hasta obtuvo un doctorado en educación, pero fue sin dudas en 1984 cuando protagonizó uno de los mayores éxitos en la historia de la televisión estadounidense, El show de Bill Cosby (The Cosby Show), una comedia de situación que de inmediato se ganó la simpatía del público hasta trepar al tope del rating.
El disparador de la historia fue un monólogo sobre la crianza de niños que el propio Bill Cosby había presentado en el programa Tonight, por la NBC. Impresionado por su performance, el jefe de entretenimiento de la cadena, Brandon Tartikoff, reclutó inmediatamente a los guionistas Marcy Carsey y Tom Werner para escribir una comedia alrededor de aquella idea original, aunque al comienzo tuvieron reparos en convocar a Cosby para protagonizar la serie.
Si bien ya era una figura destacada como presentador, incluso había coprotagonizado la exitosa serie I Spy, el rating no lo venía acompañando en otros envíos como El The Bill Cosby Show (1969), The New Bill Cosby Show (1972) y Cos (1976). Así las cosas, finalmente NBC se comprometió a producirle un piloto y grabar los primeros cinco episodios. Las dudas se disiparon enseguida cuando el éxito del programa alcanzó el primer lugar en los ratings del horario central.
Ambientado y grabado ante una audiencia de estudio en Brooklyn, Nueva York, la trama se centraba en las situaciones cotidianas de una familia afroamericana de clase media alta: Cliff (Bill Cosby), el padre, un respetado ginecólogo, y Clair Huxtable (Phylicia Ayers-Allen, más tarde Phylicia Rashad), la madre, una exitosa abogada, y sus cinco hijos.
Los Huxtable vivían en una elegante casa de piedra en Flatbush, y de alguna manera su historia tenía algunas similitudes con la vida familiar de Cosby: como los personajes Cliff y Clair Huxtable, Cosby y su esposa Camille tenían educación universitaria, éxito financiero y cinco hijos. Y si bien estaba basada en la comedia, también abordaba algunos temas más serios, como las dificultades de aprendizaje y el embarazo adolescente.
Theo (Malcolm Jamal-Warner), el único varón, tenía dislexia y disfrutaba de una relación especial con su padre. La hija mayor, Sondra (Sabrina LeBeauf), era estudiante universitaria en la prestigiosa Universidad de Princeton, y Denise (Lisa Bonet), dejó la serie después de la tercera temporada para asistir al ficticio Hillman College (sus experiencias en la universidad se convirtieron en la base de Un mundo diferente, una serie derivada de la anterior que seguía sus aventuras en la Universidad). Por su parte, las dos hijas menores, Rudy (Keisha Knight Pulliam) y Vanessa (Tempestt Bledsoe), protagonizaban las más divertidas rutinas de la crianza familiar.

En cualquier caso, la línea de humor se desprendía de las mismas situaciones familiares, siempre respetando un estilo “elegante”. Ese estilo “smart” de los Huxtables no era antojadizo, sino una decisión deliberada de los productores, que incluso contrataron un destacado psiquiatra con el objetivo de “recodificar los estereotipos de la familia afroamericana estadounidense”. El resultado estaba a la vista, y se veía remarcado por la cadencia del jazz como telón de fondo y las obras de arte afroamericano contemporáneo que se exhibían en las paredes del hogar. Incluso, muchos críticos describieron a los Huxtable como una familia blanca, con la cara negra.
Tampoco pasó inadvertido el contexto político y social de los Estados Unidos. Es que el estreno de la serie coincidió con la reelección del presidente Reagan, y visto que muchas de las “cualidades” de los Huxtable parecían hacerse eco del imaginario republicano, muchos señalaron la línea del programa como “conservadurismo reformista” y hasta llegaron a sostener que la riqueza de los Huxtable había contribuido a ocultar las desigualdades raciales en los Estados Unidos, especialmente aquellas que enfrentaban a los negros y otros grupos minoritarios, que históricamente sostuvieron el mito del sueño norteamericano.
De todas maneras, los sondeos revelaban que la audiencia afroamericana tenía buena recepción del programa por sus “representaciones positivas de la negritud”.
El tema racial cobró mayor visibilidad con la sucesión de disturbios que se produjo en Los Ángeles entre abril y mayo de 1992, luego de que un jurado absolviera a cuatro agentes del Departamento de policía de Los Ángeles acusados de uso excesivo de la fuerza en la detención y golpiza que recibió Rodney King, un taxista estadounidense negro. El hecho había sido grabado en video y difundido ampliamente en la televisión, y tras la absolución de los agentes agresores, la reacción no se hizo esperar.
Cuenta la leyenda que mientras el alcalde de Los Ángeles trabajaba para restaurar el orden en la ciudad agitada por los incidentes, presionó a la cadena televisiva para que transmitiera el episodio final como estaba previsto. Así las cosas, y a pesar de las imágenes de incendios y agitación racial que transmitía la TV en vivo, muchos espectadores optaron por sintonizar el episodio de despedida de The Cosby Show en su horario de máxima audiencia esa misma noche, como testimonio de la relevancia social de la serie.
Triste y solitario final

Muchos años después, en 2015, Cosby recibió numerosas denuncias de agresión sexual, cuando más de 60 mujeres lo acusaron de violación, abuso sexual y mala conducta sexual. Después de un juicio de un año, el comediante fue declarado culpable de tres cargos de agresión indecente agravada y sentenciado de tres a diez años de prisión. Su última actuación conocida antes de su condena se llevó a cabo en el LaRose Jazz Club, en Filadelfia, el 23 de enero de 2018.
El oscuro pasado del artista hizo que los actores y actrices que trabajaron con él en la serie se vieran directamente afectados. Para Phylicia Rashad, que interpretaba a la mujer de Cosby en la sitcom, lo que pasó no pudo opacar el avance que significó la serie para la sociedad norteamericana. “Bill es un genio, un hombre generoso y amable. No tendríamos el presidente que tenemos [Barack Obama] si The Bill Cosby Show no hubiera aportado una nueva visión de la población negra y su cultura”, sostuvo la actriz a la prensa, en medio del escándalo, pero sin expresar su opinión sobre el tema en sí.
Malcom Jamal-Warner, el actor que interpretaba a Theo, el único hijo varón de la familia, concluyó: “Sea cierto o no, escuchar a cualquier mujer que ha sido víctima de abusos sexuales es doloroso, lo mismo que ver a mi amigo pasar por esto. Lo que él hizo por la comedia, la televisión y la comunidad negra es de un valor incalculable”.
Por su parte, Sabrina LeBeauf, Lisa Bonet y Tempestt Bledsoe, las actrices que interpretaban a las tres hijas mayores de la familia, prefirieron no hacer declaraciones sobre las denuncias.
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