El reino: el elenco de la miniserie reflexiona sobre esta historia acerca de los dudosos vínculos entre política y religión
Diego Peretti, Nancy Dupláa y un verdadero seleccionado de estrellas locales compartieron con LA NACION sus impresiones sobre esta ambiciosa ficción, que está disponible a partir de hoy
- 7 minutos de lectura'
Uno de los puntos fuertes que a priori tiene El reino para despertar el interés del público es la integración del elenco. Esta historia coral cuenta con varios personajes de presencia protagónica y decisiva, interpretados por un verdadero seleccionado de figuras muy reconocidas. En este sentido, la serie creada y escrita por Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro es otra demostración del poderío de Netflix, que se encargó de la producción junto con K&S Films y la estrena en su plataforma. Allí están disponibles sus ocho episodios desde hoy.
“Lo que más me atrajo de esta historia es el contrapunto entre la macropolítica y la micropolítica evangelizadora de esta familia, que se siente con la potencialidad para manejar ejecutivamente un país”, dice Diego Peretti, que interpreta en El reino al pastor evangélico Emilio Vázquez Pena, líder de la Iglesia de la Luz y candidato a vicepresidente hasta que el atentado que le cuesta la vida en plena campaña a quien encabezaba la fórmula, el empresario Armando Badajoz (Daniel Kuzniecka), lo transforma en virtual aspirante a la presidencia y favorito para ganar la elección.
Peretti no cree que pueda darse por ahora en la realidad argentina algo parecido a lo que narra la serie. “Pero al mismo tiempo creo que esta democracia tan intoxicada por distintos factores de poder que nos trascienden y no podemos manejar del todo puede ser campo fértil para que potencialmente, en un futuro, terminen progresando políticamente una familia o un líder como el que me toca encarnar”, aclara.
El actor define a Vázquez Pena como un hombre de fe inalterable, dispuesto a llevar su fortaleza evangelizadora al terreno político. “Su fe lo lleva a entender que podría estar manejado por otras personas, pero siente que va a poder ganarles. Es interesante ver la ascensión de un líder proveniente del evangelismo y cómo su psicología lo lleva a convertirse en un monstruo”, agrega.
El vínculo entre Vázquez Pena y su esposa, la pastora Elena (Mercedes Morán), es uno de los ejes del relato. Elena es la dueña de todas las decisiones estratégicas y la orientación de la iglesia. La entrada de su marido en la política agita la relación matrimonial, de la que nacieron tres hijos, interpretados por Pedro Aramburu, Victoria Almeida y Vera Spinetta.
“Siempre trato de construir un personaje a partir de los vínculos que establece con los demás, porque hablan mucho de lo que es cada uno. En el vínculo entre Emilio y Elena está todo: los pactos y los acuerdos entre los personajes, la sexualidad, los secretos que quedan guardados en ese dormitorio. Son personajes muy estructurados y tan fundamentalistas que parecen complejos, pero no me resultó complicado hacerlo porque no son estereotipos”, señala Morán.
Para la actriz, Elena se construye “como una mujer fuerte que administra el poder en la familia y la iglesia, algo que para ella son una misma cosa, lo cual es complicadísimo”. Dice que su personaje se resiste a que su marido ingrese en la política porque su iglesia, que ve como su propio reino, queda mucho más expuesta. “De todas maneras, el misterio no es algo que se pueda actuar. Tampoco el suspenso”, precisa.
Nancy Dupláa personifica a la fiscal Roberta Candia, encargada de investigar el crimen de Badajoz con la asistencia de un secretario (Santiago Korovsky). Alejandro Awada aparecerá también en el papel de procurador general. “Se puede hacer un montón de paralelismos a partir de esta historia con hechos reales. A mí me encanta la política. Y sobre todo saber que a partir de ciertas medidas es posible otorgar derechos y mejorar la vida de las personas. Pero eso también tiene sus claroscuros. El reino es claramente una historia de ficción, pero hay puntos que claramente van a compararse con la realidad, como las roscas políticas o las mezclas de partidos”, explica Dupláa.
Como el resto del elenco, la actriz también quedó expuesta a los efectos de la pandemia en un rodaje que volvía a ponerse en marcha en medio de protocolos sanitarios para la industria del entretenimiento que nunca se habían aplicado a gran escala en la Argentina hasta ese momento. “Estábamos con pocas certezas acerca de la vuelta en un determinado momento. Llegó a correrse el rumor que no íbamos a volver a trabajar en todo el año. Había cierta efervescencia. Pero teníamos un horizonte claro: queríamos terminar el trabajo que habíamos empezado. Volvimos después de seis meses con toda una reformulación de la técnica de trabajo y lo pudimos terminar de la mejor manera, con muy pocas bajas”, señala.
Chino Darín y Joaquín Furriel personifican a dos operadores políticos. El primero es Julio Clamens, mano derecha del pastor Emilio en temas políticos y cercano a la actividad de un hogar que la iglesia evangélica tiene para asistir a chicos de la calle, cuyo responsable es Tadeo (Peter Lanzani). Clemens está distanciado de sus padres, un acaudalado político tradicional (Daniel Fanego) y su esposa (Ana Celentano). Furriel es Rubén Osorio, un asesor discreto, oscuro y manipulador que se encarga de las tareas políticas menos transparentes.
“Tadeo es un hombre de fe que tiene como meta en la vida la ayuda al prójimo, predicar la palabra de Dios y acompañar a los más necesitados. Es un hombre puro, bondadoso, con un pasado un tanto tortuoso que lo persigue, pero vive en paz. Aporta una intención y una energía diferentes en relación con el conjunto. En tiempos como los que vivimos, hablar de fe a través de la pantalla no es tan sencillo. La historia me inspiró porque no es condescendiente. Es una historia cruda y dura que va para adelante con toda la verdad posible”, dice Lanzani sobre su personaje.
“Me hizo acordar mucho a Alyosha, el personaje de Los hermanos Karamazov. En los últimos cuatro episodios va a quedar más claro cuál es la historia de Tadeo, su pasado, dónde está parado en la actualidad y cuál es su misión. En los ensayos de lectura de guion y con actores la relación más fuerte la tuve con el Chino. Gracias a la confianza que nos tenemos, porque somos amigos y ya trabajamos juntos, todo resultó más sencillo. Cada rodaje para mí es como un año de universidad. Con suerte ya llevo 15”, destaca.
Lanzani recuerda también las medidas y restricciones para el rodaje en plena pandemia: “Dos o tres cambios de barbijo diarios. Testeos también todos los días. Cada área con su burbuja. No todos podíamos vernos con todos. Eso le quitó para mi gusto un poco de esencia al rodaje, porque acá somos mucho de abrazarnos, muy del encuentro, de tomar mate entre nosotros”.
En las antípodas de Lanzani está el personaje de Furriel. El operador todoterreno Osorio, frío e inescrupuloso, tiene para el actor tantos aspectos desagradables que para interpretarlo tuvo que empezar con sacarse de encima el prejuicio. “Me tocó trabajar un papel que desde la cosmovisión personal no cae nada bien. Como actor es bastante incómodo interpretar a alguien sin contradicciones, que aparentemente no siente ninguna emoción. Uno quiere ponerle pimienta, aportarle cosas. Pero había que despojarlo, dejar que hable nada más que por sus acciones. De a poco le fui encontrando seguridad a una zona a la que interpretativamente de entrada uno le quiere huir”, confiesa.
Furriel destaca de El reino que es una serie con problemáticas locales, pero con una temática universal. “Un militante y un religioso tienen fe en algo. Eso ya los distingue de quienes se manejan de una manera más escéptica. ¿Cuánto de esta fe es algo espiritual y cuánto responde a nuestro instinto natural, a la necesidad de supervivencia? El punto de partida es un gran tema: una alianza entre un partido político tradicional y una iglesia evangélica. Pero cuando se produce el atentado, los grandes temas como política y religión quedan desarmados por el suspenso. Y empezamos a ver otras cosas: cómo es esa familia de pastores, cómo es mi personaje, cómo es la fiscal que investiga”, detalla.
Y allí, concluye Furriel, es cuando regresa el elemento local: “Ahí aparece lo argentino. Somos de meternos en los grandes temas, pero en el fondo lo que expresamos es todo lo que somos nosotros. La serie va a ser muy entretenida y lo mejor de todo es que dentro del entretenimiento no hay grieta. Esta serie te invita a pensar de una manera mucho más amplia. Esta es una serie anti-grieta”.
Otras noticias de Netflix
Más leídas de Espectáculos
Tenía 49 años. De qué murió Sandra Reyes, la actriz que interpretó a Paula Dávila en Pedro el Escamo
Números sorprendentes. Así fue el rating de la nueva edición de Gran Hermano
Una sonámbula, una modelo desafiante y un terraplanista. GH 2025: uno por uno, quiénes son los participantes de esta edición
Arden las redes. Los memes no perdonaron a los participantes de Gran Hermano