El humor y la corrección política: los comediantes argentinos opinan sobre las frases de Jerry Seinfeld; “es culpa de la izquierda”
A favor y en contra, los cómicos locales dan su opinión sobre las declaraciones del icónico protagonista de la serie de los 90, quien días atrás declaró que la comicidad murió porque hay mucha gente “preocupada por no ofender a otras personas”
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Durante la gira promocional de su recientemente estrenada película Sin glasear, Jerry Seinfeld disparó dardos contra la “la extrema izquierda” como la principal responsable de la desaparición en la pantalla chica de las comedias. El astro del humor apuntó contra “la corrección política” por la desaparición de series como Cheers o M.A.S.H: “La gente se preocupa demasiado por no ofender a los demás”. Si bien su opinión generó gran repercusión en los Estados Unidos, en la Argentina varias figuras destacadas del humor y clásicos del stand-up local, entre ellos, Roberto Moldavsky, Martín Bossi, Dalia Gutmann y una nueva generación de la comicidad que nació en redes sociales, como Fede Cyrulnik, se sumaron con su propia mirada sobre los dichos de Seinfeld, todo un maestro del humor de los años 90.
El cómico neoyorquino, quien cumplió días atrás 70 años, apuntó con toda su artillería contra el universo del entretenimiento actual. Primero, dijo que “el mundo del cine murió”, mientras él mismo se encontraba promocionando su ópera prima. Más tarde, fue el turno de enterrar a las sitcoms. En una entrevista con The New Yorker, el protagonista de Seinfeld arremetió contra la izquierda y la corrección política: “Nada afecta realmente a la comedia. La gente siempre la necesita. La necesita muchísimo y no la tiene. Solías llegar a casa al final del día y decir: “Oh, están dando Cheers “; “Oh, están dando MASH’ o El show de Mary Tyler Moore“. Esperabas que hubiera algo divertido que pudieras ver en televisión esa noche. Y ahora, ¿dónde está? Este es el resultado de la extrema izquierda y la basura políticamente correcta, y la gente preocupándose tanto por ofender a otras personas”.
Esas declaraciones le valieron al cómico una instantánea repercusión del público, tanto a favor como en contra de sus dichos. Los comentarios a la entrevista se multiplicaron y lo cierto es que, más allá de las críticas de un sector -que hasta puso en tela de juicio su romance con una mujer mucho más joven que él, durante los años 90-, no hay tal cosa como mala prensa: Sin glasear es uno de los estrenos más vistos de Netflix en su primera semana.
En la Argentina
Consultados por LA NACION, varias figuras del humor local sumaron sus puntos de vista. ¿Está Seinfeld en lo cierto? ¿Es más difícil hacer humor hoy, en el mundo? Esto fue lo que respondieron:
* Martín Bossi: si bien reconoce a Jerry Seinfeld como un maestro del humor, no le interesa “opinar de lo que opinan los demás”, aclara. Aunque luego agrega: “Estoy en parte de acuerdo, pero no creo que tenga que ver con una posición política. En mi caso, trabajo con total libertad; en el humor soy bastante rebelde. Aunque en el mundo ya no hay libertad; las redes sociales representan cientos de millones de jueces hoy”, reflexiona el cómico, que en marzo volvió al Teatro Metropolitan luego de hacer una gran temporada en Mar del Plata este verano.
En línea con el referente del humor estadounidense, Bossi confiesa que en la actualidad los parámetros de corrección política impuestos por la sociedad deben ser respetados .“No hacerlo puede significar la cancelación; ser tachado del medio”, aclara y agrega: “Estamos frente a la época de la lapidación mediática. Antes te lapidaban con piedras en una plaza, es bastante arcaico lo que pasa”. Si bien el protagonista de Bossi Live Comedy se reconoce como un “rebelde”, admite que los artistas deben ser cautelosos en el lenguaje que utilizan para evitar represalias por parte del público. “Hay algo por encima de cualquier política partidaria del mundo, un poder superior que no quiere que nos riamos y hoy nos maneja: los medios y el marketing relacionado con ellos, las plataformas, las grandes empresas, Google y todos los que marcan tendencias. Nos quitaron la sonrisa y otras necesidades esenciales, como el romanticismo en la ficción, las comedias, la melodía en las canciones que nos daban felicidad. Ahora conviene que estés solo y angustiado, así consumís. Si estás feliz, no consumís. Es un tema de manipulación por medio del marketing. Hoy el ser humano es adicto a la irrelevancia, consumimos eso todo el tiempo”, dispara. “Hoy todo está fabricado para un público con menos cultura: llena estadios un artista que no dice nada; cualquiera pasa horas deslizando el dedo en las redes mirando la nada misma. Es un tema más profundo, que no tiene que ver con la izquierda, la derecha o el centro. Tiene que ver con un negocio más importante que la política”.
* Roberto Moldavsky: “La desaparición de los programas de humor no creo que tenga nada que ver, por lo menos en la Argentina, con temas de izquierda y corrección política. Acá desaparecieron hace mucho. Cuando yo era chico había varios programas de humor en televisión, pero hace 20 años que ya no hay más. Y todavía no había empezado toda esta movida”, reflexiona otra de las estrellas del humor de la calle Corrientes, quien destaca su admiración por el genio norteamericano, pero no está de acuerdo con sus últimas declaraciones.
En la vereda de enfrente de su par del norte, Moldavsky no cree que haya temas de los que no se pueda hablar, ni que la comedia esté restringida por las imposiciones sociales actuales. “El humor tranquilamente se puede adaptar a las situaciones que uno vive y correr los límites a donde uno quiera. Porque yo me río del feminismo, me río de lo inclusivo… Está bueno que hoy se les dé visibilidad a esos temas, y una buena manera de sumarlos es riéndote de eso también, como me río de todos los temas; me río de los políticos, me río de todo…”, dice.
El humorista, que acaba de bajarse de la conducción del programa de eltrece 1D2 por compromisos laborales, no cree que la desaparición de las sitcoms se deba a las limitaciones impuestas por la corrección política: “No me parece que ese sea el motivo. Los programas de humor no deben ser rentables, o pasará otra cosa que no tiene nada que ver con eso. Hay muchas maneras de hacer humor. Sabemos que no necesitamos poner una mujer en bikini. [Diego] Capusotto es la muestra más fiel de eso. Cuando hago humor, hago mi propio humor, con el que crecí y el que entiendo. Por supuesto que me adapto a las nuevas épocas, entiendo, y estoy a favor incluso de los cambios. No tengo miedo de que me anden juzgando o cancelando. Es mi visión en la Argentina, quizás en los Estados Unidos es diferente. Hoy no podés pasar Rompeportones… Pero podés hacer muy buenos programas de humor porque aparte en este país hay un montón de talento”, cierra, convencido, el creador de Moldavsky, lo mejor de mí.
* Dalia Gutmann: “Los comediantes nos guionamos con nuestros espectáculos. Tenemos la libertad de elegir qué queremos decir y qué no. Luego, la gente decide si le gusta o no, con sus risas o con su silencio, sin intermediarios que opinen si está bien o no lo que hacemos”, remarca desde España, donde está de gira con su obra Tengo cosas para hacer, la humorista, quien le resta relevancia a las declaraciones del ícono norteamericano del stand up, afirmando que el público es el único termómetro.
* Fede Cyrulnik: “Me parece que este es el momento de mayor explosión de las redes sociales y de los medios de comunicación, donde hay una pluralidad de contenidos. No hay plataforma que no saque una nueva serie de humor; es más, hay cinco o seis que se dedican solo a eso”, afirma el influencer, que cuenta con más de un millón y medio de seguidores en Instagram y agrega que, para él, la postura política de cada uno no influye en la comedia: “Esto va mucho más allá de la tendencia del progresismo o de la izquierda”.
Como una figura nacida de las propias entrañas de las redes sociales, Cyrulnik no cree que la libertad de expresión esté limitada por las inclinaciones políticas sino más bien por el “respeto”; por eso, remarca, no le teme a la censura o la cancelación. “Por supuesto, hay que respetar ciertos temas y adaptarnos a las nuevas generaciones. Eso es la vanguardia, como él [Seinfeld] también lo fue en su sitcom hace varias décadas”, expresa el astrólogo del humor, y llama al cómico norteamericano a adaptarse a los tiempos que corren. “Fue, es y será el número uno; es uno de los referentes de la comedia más importantes que hay. Debería no ponerse en un rol de ‘gente grande’, opinando como los viejos del balcón de Los Muppets…”, cierra.
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