El extraño romance de la Argentina con Los Simpson
Una relación cruzada por el ingenio y los memes
Aunque siempre quedó en claro que Springfield quedaba en algún sitio de los Estados Unidos, parece difícil no aceptar que existe algo de ADN argentino en Los Simpson, una de las series que se convirtieron en un fenómeno local más allá de la pantalla y que parece atemporal, inmortalizada en tatuajes, frases populares y referencias constantes en la cultura popular. Ahora, en sintonía con los festejos por sus 30 temporadas, un estudio sociológico intenta explicar por qué la familia amarilla tiene tantos fanáticos en el país y por qué sus memes son omnipresentes en todas las redes sociales. Se trata de "La Generación S", el grupo de televidentes que creció viendo la creación de Matt Groening como un hábito consolidado tanto en las numerosas repeticiones los fines de semana en Telefe o a diario por Fox Channel. Sin duda, uno de los fuertes de estos dibujos animados es haber encontrado un tono justo entre la particularidad de una familia disfuncional de clase media de una pequeña ciudad de los Estados Unidos y la universalidad de problemáticas y planteos que trasciende fronteras.
Nacidos como un segmento del programa de comedia El show de Tracey Ullman, cuando Los Simpson pasaron a tener su propio programa en 1989 nadie creía que una serie animada para adultos en el prime time podía tener éxito. Y sin embargo, el suceso fue inmediato. En un comienzo la trama estaba más centrada en Bart, el hijo rebelde y díscolo que solo quería hacer travesuras, pero de a poco el foco se corrió hacia Homero, uno de los personajes más atractivos de la televisión del siglo XX.
Con el estreno de su trigésima temporada, que llegará mañana, a las 20, con cuatro episodios en continuado por Fox Channel, se consolida el modelo narrativo con el que mantuvo su longevidad: el catálogo de habitantes de Springfield es tan amplio que incluso los personajes más secundarios tienen fanáticos y ricas historias detrás. El señor Burns, el director Skinner, las hermanas de Marge, el cantinero Moe, los amigos Carl y Lenny..., es posible que no exista otra serie de la cual tantas personas conozcan al menos 30 personajes de su elenco, lo que crea un código entre ellos.
"Cuando nos encontramos dos desconocidos fanáticos de Los Simpson y empezamos a hacer chistes, se genera un vínculo especial. Los Simpson rompen fronteras, rompen barreras de todo tipo", aseguró Mercedes A., una argentina que participó de la investigación cualitativa encargada por Fox Channel a la agencia norteamericana Nimbly en este país, Brasil y México con hombres y mujeres de entre 18 y 50 años.
Según sus resultados, es posible hablar de una "Generación S", que es el grupo de personas que no se define por su edad o procedencia, sino porque comparten rasgos de comportamiento y hábitos que incluyen haber crecido viendo Los Simpson.
Además de sentir una conexión especial con otros fanáticos, y poder repetir numerosas frases de memoria, esta "Generación S" entiende los memes -esto es, el uso de imágenes o videos para describir una idea o un concepto que se va replicando en redes sociales y tomando nuevas formas- como una manera de interpretar la realidad y jugar con ella. Son memethinkers, pueden atravesar situaciones y momentos, y recordar memes que hagan referencia a ello o crear nuevos chistes "memificando" asuntos de política, economía o fútbol, por ejemplo. Para ellos, Los Simpson son una fuente inagotable de referencias para memes, como queda claro al recorrer las redes sociales argentinas, en donde casi cualquier circunstancia parece quedar graficada por una escena de la serie, incluyendo las próximas elecciones presidenciales, la final del Mundial de fútbol o la detención del empresario Alberto Samid.
No solo eso, también están los que creen que importantes hitos de la cultura popular -la presidencia de Trump, el final de Game of Thrones y hasta el nuevo endeudamiento argentino con el FMI- fueron "predichos" por Los Simpson años antes
Otros rasgos de esta flamante generación es ser críticos no solo con los demás, sino con ellos mismos, usando el humor como herramienta para superar situaciones difíciles y de crisis. "La ?Generación S' es la que sabe reír", asegura el informe, que marca que cualquier tema, incluso una tragedia, puede ser tomado con humor. Si bien hacen bromas con los demás, también se ríen de sí mismos, exponiendo sus propias debilidades.
Según los resultados de la investigación, esta generación valora la amistad por sobre cualquier otro valor, aunque no se trata de una aceptación acrítica, sino mediada por bromas, señalamiento de errores y códigos en común. También se destaca que la familia aparece como una prioridad en sus vidas, pero lejos del retrato de perfección que mostraron Los Ingalls y más cercanos a la disfuncionalidad que pensó Groening.