Jim y Andy: el conmovedor descenso a los infiernos de Jim Carrey
Jim y Andy (Jim & Andy: The Great Beyond - Featuring a Very Special, Contractually Obligated Mention of Tony Clifton, Estados Unidos-Canadá/2017) / Documental de Chris Smith / Duración: 94 minutos / Disponible: en Netflix / Nuestra opinión: excelente
Durante cuatro meses de 1998 Jim Carrey filmó El mundo de Andy (Man on the Moon), biopic sobre su admirado Andy Kaufman, uno de los cómicos más populares y revulsivos de los Estados Unidos que entró a la categoría de mito al morir con apenas 35 años. Por esa actuación en la película de Milos Forman Carrey obtuvo muchos elogios y hasta ganó el premio Globo de Oro, pero -si bien algunos incidentes del rodaje fueron reflejados por los noticieros de la época- nunca se supo cuán extrema, delirante y enfermiza fue aquella experiencia. Hasta ahora.
Lynne Margulies, quien fuera novia de Kaufman, y Bob Zmuda, socio creativo del actor de Taxi, filmaron unas 100 horas en el set de la película, pero lo que podría haber sido un making of más se transformó en el registro del descenso a la locura, de una transformación (y mimetización) con muy escaso antecedentes. El material es tan crudo, tan descarnado, tan impactante, que durante casi dos décadas fue guardado bajo llave en la productora de Carrey.
Finalmente, el director Chris Smith (American Movie) pudo acceder a aquellas imágenes y entrevistar hoy a un Carrey de espesa barba, que reflexiona sin prejuicios ni eufemismos, con una honestidad brutal, sobre aquel rodaje que lo marcó para siempre: es que no "hizo de" Kaufman; estaba convencido de que "era" Kaufman (y el álter ego de éste, Tony Clifton) y se compenetró tanto que nunca "salió" del personaje.
Más allá de la larga entrevista actual y de las desgarradoras imágenes de 1998 (hay que ver las caras de Forman, del músico Michael Stipe, de sus compañeros de elenco Danny DeVito y Paul Giamatti y de los integrantes del equipo técnico sometido a todo tipo de bromas pesadas, desplantes y excesos por parte de Carrey), la película logra reconstruir a partir de un preciso montaje, de una excelente investigación y de un impecable uso del archivo de la época la historia familiar y artística del canadiense Carrey (que venía de convertirse en uno de los cómicos más populares del planeta tras los éxitos de Ace Ventura, La máscara y Tonto y retonto), del iracundo y provocador Kaufman, de la comedia de la época (desde el stand-up en The Comedy Store hasta el ciclo Saturday Night Live), y de las miserias de Hollywood que el protagonista expone, admite y cuestiona en toda su dimensión. Un documental conmovedor en su profundidad psicológica e insoslayable en su retrato de la maquinaria de la industria del entretenimiento.