Doctor Foster, segunda temporada: entrevista con Suranne Jones y Bertie Carvel
A Gemma Foster (Suranne Jones), doctora intachable, espléndida y arrolladora, le alcanza un detalle mínimo para empezar a descascarar su matrimonio. Un pelo rubio en una bufanda pone a su marido Simon (Bertie Carvel) en el centro de una investigación de la que nadie va a salir ileso. A partir de allí, cinco episodios recorren niveles más y menos ocultos de violencia, congoja y de intriga que se retuercen hasta exprimirle al dolor y a la pérdida un sabor amargo a venganza y obsesión que habita en un ambiente casi claustrofóbico. Al terminar la temporada, Gemma se encuentra junto a su hijo en una realidad bastante lejana a la que tenía planificada, donde hay mucho de lo nuevo y lo incierto. Ahí es donde todo queda preparado para que el escritor Mike Bartlett se encargue de continuar avanzando sobre el infierno de estos personajes que recorren su propio thriller psicológico.
“En esta temporada pasó bastante agua bajo el puente y Simon ya hizo un cierto trabajo sobre sí mismo, se reconstruyó y esta vez tiene un plan. En la primera, él era el que estaba en el fondo y ella era la proactiva, la que investigaba e intentaba llegar a la verdad. Mike (Barlett) es brillante en la forma en la que retrata cómo las relaciones de poder se invierten en la relación. Esta vez van a ver algo diferente”, le adelanta Bertie Carvel a La Nación sobre esta temporada en la cual habrá que ver qué pasó durante todo este tiempo.
Suranne Jones, cuyo personaje es llevado al límite de compartir algo de Medea y mucho del concepto griego de hibris (desmesura), cuenta que el equipo se preguntó antes de hacer los nuevos episodios si “alguna vez habíamos visto a una pareja después de divorciarse pero que todavía tiene que permanecer junta para criar a un hijo, y la respuesta fue que no. No en la televisión. Las historias que se escriben tienen que ver con los affairs, las separaciones y los divorcios, esas son siempre las partes explosivas, pero no cuentan la parte en la que esas dos personas que se odian tienen que seguir viviendo juntas y llevándose entre sí”.
Doctor Foster supo aprovechar muy bien esa máxima que dice pueblo chico, infierno grande, más allá de que el encierro que más agobia a Gemma y a Simon es algo que se construye lentamente, entre pistas, miradas y confesiones. Es que además, en ese circuito cerrado y pequeño en el que todas las miradas caen pesadas sobre lo que se dice y lo que no, Simon juega de local y no son pocos los que lo apañan, acompañan o protegen a pesar de todo. Ella viene de afuera, es el sostén económico y emocional más fuerte de su casa, tiene al lado suyo a un personaje que se siente incómodo con esa realidad y se encuentra con un contexto que se pone de la vereda de enfrente. La mirada castigo que cae sobre Gemma se encuentra cruzada, también, por todo el prejuicio que recae furioso sobre su éxito profesional. “Simon intenta presentar una imagen de sí mismo ante el mundo y ante sí en la que se ve más exitoso de lo que es realmente", comenta Bertie Carvel. "Es difícil para él el hecho de que su esposa lleve los pantalones –agrega el actor–. Creo que a los escritores les interesa explorar cómo funciona eso en nuestra sociedad. Él ve que no se convirtió en lo que soñaba ser, sus sueños se frustraron pero gracias a la estructura y al dinero de Gemma se reconstruye. La dirección en la que va la segunda temporada tiene mucho que ver con eso, porque Simon es alguien para quien la autoestima es muy importante y a pesar de que sus cimientos son frágiles él es alguien que quiere ser el rey de su castillo.”
Y si no era lo suficientemente sofocante ese terreno en el que había espacio para terceros y voces provenientes de cualquier casa vecina, ahora todo parecería indicar que la temporada que comienza reducirá el circuito al mínimo indispensable. “Todo eso que ya sucedía en la primera temporada, esa sensación de incomodidad por estar en un pequeño pueblo, ahora se concentra mucho más aún porque nos estamos centrando en la vida de tres personas”, asegura Suranne Jones. A Tom, el hijo de ambos, le toca una adolescencia que se abre paso en medio de un campo de batalla, uno que puede volar en mil pedazos sin previo aviso o construir una convivencia tirante, casi sin oxígeno, y donde el ambiente va directo y sin freno hacia la implosión.
Estreno de la segunda temporada de Doctor Foster. Hoy, a las 22 por OnDIRECTV (y disponible en DIRECTVPlay). Primera temporada disponible en Netflix.