División Homicidios: el inspector creado por Marco Denevi, el nombre que tomó la Policía Federal y el final que no salió por televisión
Ambientada en la Buenos Aires de los años ‘30, donde conviven lo real, lo imaginario y lo especulado, fue uno de los grandes éxitos televisivos de Canal 9 entre 1976 y 1978
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Policial deductivo de estructura narrativa clásica y simple, pensado para un público con ganas de sentirse detective durante una hora y media semanal. Con esta premisa, y las locaciones de la mítica Buenos Aires de los años ‘30, Marco Denevi creó la serie basada en crónicas periodísticas de la época y casos reales del archivo de la Policía Federal. Entre 1976 y 1978, División Homicidios insufló nueva vida a un personaje menor del clásico Rosaura a las diez, permitió el lucimiento actoral de José Slavin e Ignacio Quirós, cambió el nombre de una dependencia policial y congregó multitudes frente a la pantalla de Canal 9, seducidas por el realismo psicológico existencialista y el clásico melodrama de misterio e intriga.
Denevi a las 10
Fines de 1975. Oscar Belaich y Germán Klein, productores del intervenido Canal 9, obtienen la respuesta que esperaban del gerente de programación. El okey definitivo para encarar una serie policial capaz de competirle de igual a igual a las latas importadas. Un ciclo de emisiones unitarias, con el planteo, la investigación y la resolución de un enigma criminal con reminiscencias clásicas, más cerca de las andanzas deductivas firmadas por Agatha Christie que de la novela negra inmortalizada por Raymond Chandler. “La idea era hacer un ciclo de ambientación urbana, ambientado en la década del ‘30 y con personajes que fueran reconocibles como porteños de las tres clases: trabajadora, media y burguesa”, contó Belaich.
Con el sí entre las manos, los productores lograron despertar el interés de Marco Denevi, escritor, dramaturgo y periodista que había marcado a fuego las letras argentinas desde su irrupción con Rosaura a las diez (1955) y Ceremonia secreta (1960), dos relatos policiales que ya habían sido llevados al cine, el primero por Mario Soffici en 1958; y el segundo por el estadounidense Joseph Losey una década más tarde, con un elenco de lujo encabezado por Elizabeth Taylor, Mia Farrow y Robert Mitchum. Según sus palabras, a Denevi lo sedujo la posibilidad de observar la contradicción entre el deber y la moral aprendida, “como en los mejores cuentos, con una simple estructura de introducción, nudo y desenlace”.
Para el programa, que Denevi bautizó con el título de División Homicidios, el autor recuperó a un personaje secundario de Rosaura…, el inspector Baigorri (interpretado en el film por Julián Bourges); y lo puso en el centro de las tramas. También se le ocurrió montar sus artilugios narrativos alrededor de historias verídicas tomadas de la crónica periodística y el archivo policial, algo que pudo lograr gracias a la participación de Plácido Donato, escritor, poeta, periodista, guionista de TV y dramaturgo que, además, era policía. “Yo traía los casos directamente del Gabinete de Crímenes de la Policía Federal Argentina, que decidió apoyar abiertamente al ciclo; y Denevi le daba estructura y formato televisivo. Juntos definimos un programa lento, para gente con ambición deductiva”, aseguró Donato.
Mientras avanzaba la producción, el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 puso al Canal 9 bajo la órbita del Ejército. El proyecto se mantuvo sin cambios, pero el protagónico de Carlos Carella como Baigorri tuvo que ser descartado, ya que el actor estaba prohibido por su activa militancia peronista. La producción pensó en reemplazarlo por Dringue Farías, pero el capocómico no quiso arriesgar su imagen consagrada por el teatro de revistas y, finalmente, no aceptó. La solución llegó con uno de los fetiches actorales de Leopoldo Torre Nilsson, “el gran José Slavin, un hombre de gesto tímido con la mirada acusadora de un padre”, según Donato. El Baigorri perfecto, definido por Belaich como un “ser recto, reflexivo y calmo”.
División Homicidios debutó el 8 de julio de 1976, en el horario central de las 22 y por la pantalla de Canal 9. Al lado de Slavin, se lucían Juan Alberto Domínguez como el comisario Rinaldi; y un debutante Lito Cruz como el ayudante Juan de Dios Tolosa. De la mano del director Martín Clutet, la serie desanda luminosas avenidas y oscuros callejones, mansiones señoriales y pensiones de mala muerte, iglesias y lupanares, circos y teatros, hospitales y cementerios. En cualquier rincón de esta mítica Buenos Aires se producen muertes dudosas, venganzas pasionales, crímenes económicos y asesinatos imposibles. Y después de una hora y media de televisión de alta calidad, la justicia poética triunfa sobre todo y todos.
Dos golpes
La serie fue un éxito y terminó su primera temporada con notable repercusión de crítica y público, en diciembre de 1976. A tal punto llegaba la popularidad del programa que, cuando un inspector de policía que de verdad se llamaba Baigorri, pidió prestado el teléfono de una casa, el propietario pensó que se trataba de un impostor y pidió ayuda al Comando Radioeléctrico, que rodeó de inmediato el lugar hasta que se aclaró el equívoco. Por esto, entre otras cosas, el Gabinete de Crímenes de la Policía terminó cambiando su nombre por el de División Homicidios, según contó Donato en su libro Confesiones de un comisario.
Con la continuidad aprobada por el canal, y cuando todo auguraba un futuro más que promisorio, División Homicidios fue sacudida por dos mazazos. Cansado y aburrido del (aparentemente) irresoluble caso semanal, Denevi decidió alejarse del ciclo para retomar con más fuerza su carrera literaria. Su lugar fue cubierto por la escritora María Angélica Bosco, con amplia experiencia en el género policial; y el propio Plácido Donato. De a poco, la estructura dramática empezó a resignar el realismo psicológico dostoievskiano, para volcarse al melodrama de intriga y misterio, con algunos apuntes cómicos, donde el policía funcionaba como una especie de entomólogo de la fatalidad. “En mis guiones, yo buscaba contar cómo y por qué el delincuente llega al delito”, resumió Donato.
Como si la baja de Denevi no fuera suficiente, en enero de 1977, mientras interpretaba Stéfano en el teatro, Slavin tuvo un preinfarto que lo obligó a mantenerse alejado de los escenarios y los estudios de TV. En la ficción, a causa de una subtrama de largo aliento sobre la llegada de la Mafia a Buenos Aires, la División Homicidios amplió su personal, justificando así la ausencia de Baigorri en un alto porcentaje de episodios. La voz cantante pasó a llevarla el inspector Funes, a quien todos llaman “El Zorro”, un hombre inescrutable, sagaz, detallista y borgeanamente memorioso, que encontró en Ignacio Quirós la encarnadura sobria y medida que requería el personaje. Con él llegaron a la serie los inspectores Mosquera (Juan José Míguez) y Herrera (Nuvel Espino), junto al sargento Raguzzi (Víctor Hugo Iriarte), figura humorística que reemplazó al personaje de Lito Cruz.
El nuevo equipo se presentó al público masivo el 12 de mayo de 1977, con el arranque de la segunda temporada de la serie. Sin ninguna dificultad, Quirós se adueñó del encendido, imponiendo a su Funes en el corazón de los televidentes. Baigorri regresó a sus investigaciones, tanto en solitario como a dúo con Funes, pero nunca logró recuperar la impronta personal que le había cincelado Denevi. El 21 de diciembre, mientras Canal 9 ponía al aire el último episodio del año de División Homicidios, Slavin sufrió un nuevo paro cardíaco durante las grabaciones de su participación en el especial navideño del ciclo musical Grandes Valores del Tango. Trasladado al hospital, falleció en la madrugada del día siguiente.
Con el estreno de la tercera temporada, el 10 de mayo de 1978, la serie empezó a derrapar lentamente, incorporando disparadores oníricos, terroríficos y sobrenaturales que desnaturalizaron la propuesta policial. Para colmo, sin mayores explicaciones, “El Zorro” Funes empezó a ausentarse de los capítulos, llegando a ser reemplazado en seis episodios por “El Gato” Leandro Montoya, insulso inspector interpretado por Héctor Tealde. El rating fue esquivando al programa, que terminó siendo levantado el 20 de octubre de 1978. Atrás quedaba una de las grandes series de la televisión argentina, que en sus momentos más exquisitos supo conjugar como nadie esa Buenos Aires cruzada por lo real, lo imaginado y lo implícitamente especulado.
A nivel formal, División Homicidios logró reunir a un equipo de profesionales que terminó generando algunos de los contenidos más relevantes de la industria local. Directores como Raúl Caserta; guionistas como Ricardo Halac, Roberto Cossa, Osvaldo Dragún y Jorge Maestro, todos bajo seudónimo al estar prohibidos por el Gobierno militar. Y un listado de actores invitados que hoy parece imposible de reclutar: Carlos Rotundo, Estela Molly, Chela Ruiz, Olga Zubarry, Tony Vilas, Mario Pasik, Patricio Contreras, Lorenzo Quinteros, Elizabeth Killian, Franklin Caicedo, Egle Martin, Jaimito Cohen, Daniel Miglioranza, Salo Pasik, Max Berliner, Márgara Alonso, Ricardo Darín, Nora Cullen, Gigí Ruá, Juan Carlos Puppo, Beto Gianola, Romualdo Quiroga, Gloria Ugarte, Nora Massi, Catalina Speroni, Héctor Bidonde, Thelma Stefani, Hilda Bernard, Golde Flami, Rubén Stella, Tito Alonso, Nathán Pinzón, Raúl Rizzo, Arturo Bonín, Cecilia Cenci y Juan Carlos Puppo, entre muchos otros.
Cine y cómic
Con División Homicidios fuera de la TV, Belaich y Klein apuntaron más alto y llegaron al cine. Volvieron a convencer a Denevi, que aceptó escribir un guion original junto con María Angélico Bosco. Una historia simple y sin muchas vueltas, con un misterio que queda completamente develado justo antes de que suban los créditos finales. Falsas identidades, personalidades múltiples, la lucha entre dos bandas rivales por el manejo del crimen organizado, un policía infiltrado en la mafia y una femme fatale que condensa la corrupción y el deseo de impunidad perpetua. “La idea de que un crimen fingido se convirtiera en real fue mía -aseguró Bosco-, pero el desarrollo del argumento, casi en su totalidad, le pertenece a Denevi”.
Con dirección de Alejandro Doria, Contragolpe llegó a las salas argentinas en marzo de 1979. Por el peso que tienen en la historia, los verdaderos protagonistas son Luisina Brando, Raúl Aubel y Lito Cruz, que retoma su clásico personaje de Juan de Dios Tolosa. Por supuesto están presentes, aunque en un plano menos preponderante que el televisivo, Ignacio Quirós, Víctor Hugo Iriarte y Alberto Domínguez, acompañados aquí por Osvaldo Terranova, Alberto Argibay, Aldo Barbero, Marcelo Alfaro, Daniel Miglioranza, Tina Serrano, Héctor Bidonde, Jorge Marrale, Juan Manuel Tenuta, Gigí Ruá y Ana María Giunta, entre otros.
En una movida poco usual para la industria de esos años, Belaich y Klein acompañaron el estreno del film con un traspaso al cómic de División Homicidios. “Gracias a mis contactos, llegamos a un acuerdo con la gente de Editorial Columba, la empresa de historietas más importante de la Argentina, con distribución continental a todos los países de habla hispana”, contó Plácido Donato. Columba ponía en los hogares latinoamericanos millones de ejemplares mensuales de El Tony, Fantasía, D’Artagnan e Intervalo, cuatro de los títulos más vendidos del mercado; y a División Homicidios le tocó compartir las páginas del D’Artagnan con Nippur de Lagash, Dennis Martin y Jackaroe, tres de los personajes icónicos del noveno arte local.
Aunque aparecieron firmadas por Marco Denevi, Plácido Donato y María Angélica Bosco, las historietas estaban realizadas por un escritor anónimo de la editorial, que adaptaba los capítulos televisivos para el desarrollo secuencial a cargo del dibujante Daniel Haupt, un histórico de la casa que ya había colaborado asiduamente con Héctor Germán Oesterheld y Robin Wood, dos de los guionistas imprescindibles del cómic mundial. De manera aleatoria y desordenada, la película y 18 episodios de las tres temporadas de la serie llegaron a los kioscos entre abril de 1979 y junio de 1981. Como curiosidad, la figura de Baigorri fue eliminada de las tramas en las que había aparecido, siendo reemplazada por la de “El Zorro” Funes, único policía de la División Homicidios en saltar al mundo gráfico impreso.
“Entre las aventuras de la historieta, hay cuatro o cinco capítulos que pertenecen a guiones de la serie que no se llegaron a filmar -reveló Donato-. Puede ser que haya alguno mío, pero la mayoría son de Denevi”. De acuerdo con la leyenda, entre todos ellos estaría el que el escritor había pensado como cierre del programa, si es que el mismo se cancelaba con la primera temporada. “Terminaba como en la vida -sentenció Denevi-, con algo bueno y algo malo que se gana; y algo bueno y algo malo que se pierde”.
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