La recordada serie policial fue uno de los últimos grandes éxitos de los ochenta
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Cuando en abril de 1987, Fox puso al aire el primer episodio de Comando especial, las expectativas eran muy altas. La cadena confiaba mucho en esta historia sobre un grupo de jóvenes policías especializados en trabajos encubiertos, y ante una respuesta inmejorable por parte del público, la alegría contagió a los productores y los protagonistas de la ficción. Bueno, a todos no, porque aunque era sus principal estrella Johnny Depp luchó incansablemente por escapar de un éxito que se convirtió en su prisión.
Un proyecto ambicioso
Durante años, Fox había producido todo tipo de series para las grandes cadenas de los Estados Unidos. La empresa contaba con muchos éxitos que había realizado por encargo para otros importantes canales como ABC, CBS o NBC. Pero ese mapa de señales estaba a punto de cambiar. En 1986, Fox lanzó un canal propio, con la intención de capitalizar para sí sus productos televisivos. Era una estrategia arriesgada porque se trataba de una señal nueva que tenía que competir contra los tres gigantes ya mencionados. Por este motivo, en Fox sabían que debían estrenar una grilla tentadora, que presentara ciclos novedosos que atrajeran especialmente al sector más joven de los televidentes.
Uno de los contenidos que el canal buscaba generar tenía que ver con las series de acción y con ese objetivo convocaron a dos prestigiosos autores del rubro, Patrick Hasburgh y Stephen J. Cannell. Ambos habían trabajado en Baretta, Brigada A, Hardcastle and McCormick y El gran héroe americano, todas ficciones de gran popularidad. La dupla pensó en una trama inspirada en una serie de finales de los setenta, que duró apenas una temporada y que se llamó David Cassidy: Man Undercover. En esa historia, un policía se infiltraba en el mundo estudiantil para desbaratar distintas bandas de venta de narcóticos. A Hasburgh y a Cannell les interesaba ese planteo y comenzaron a trabajar en modernizarlo.
“No me interesa reclutar nombres, me interesa reclutar talento”, aseguró en una nota de la época Hasburgh, cuando llegó el momento de confeccionar el casting de su serie. Atento a una historia centrada en el mundo juvenil, los intérpretes contratados eran jóvenes talentos, muchos de ellos poco conocidos como Dustin Nguyen, Peter DeLuise y Holly Robinson. También convocaron al actor Frederic Forrest, conocido por algunos pequeños papeles y por su participación en Apocalypse Now. Pero aún faltaba la estrella central, el nombre que debía ponerle cuerpo a Tom Hanson, el principal agente del equipo y para eso, el elegido fue... Jeff Yagher.
Una nueva forma de comprender el policial
Los productores coincidían en que el equipo tenía una mística única, los actores y actrices rápidamente se entendieron y eso permitió que el rodaje fueran una experiencia muy grata. Todos los involucrados estaban en sintonía, todos menos uno, el mencionado Jeff Yagher. Con el piloto terminado, los directores sentían que ese actor no era el indicado para cargar con el peso de la historia, su interpretación no convencía y en Fox fueron determinantes, había que reemplazarlo sí o sí. En ese momento, apareció alguien que prometía cambiar el curso de las cosas.
“Johnny Depp tiene un talento verdadero”, comentó Hasburgh en una entrevista, en la que agregó: “Él viene de Florida y es guitarrista de rock”. Y si bien desde Fox querían darle el protagónico a Josh Brolin, los creadores de Comando especial impusieron su decisión. Ya en esa época, Depp era una criatura extravagante para el medio. Parido de una banda musical, su interés era hacer una carrera en cine y soñaba con trabajar para los directores que admiraba. Por este motivo, cuando le ofrecieron Comando Especial su reacción inicial fue el rechazo. Pero los productores tenían tanta fe en él, que le ofrecieron un contrato de 45 mil dólares por episodio, una suma muy considerable para un actor poco conocido. Tentado por el dinero, el actor firmó contrato por seis temporadas y si bien el compromiso tan extenso lo inquietaba, él estaba convencido del fracaso de la serie y daba por sentado que en poco menos de un año, volvería a estar libre para dedicarse al cine y a la música. Ni falta hace decir que eso jamás sucedió.
Con Depp a bordo, se volvió a filmar el piloto y Comando especial llegó a las pantallas de las Estados Unidos, el 12 de abril de 1987. En su flamante grilla, Fox también estrenó Casados con hijos y El show de Tracey Ullman, y ese combo le brindó al nuevo canal, una serie de éxitos instantáneos.
El piloto capturó rápidamente la atención y la acción y la dinámica de los personajes, resultó muy atractiva para los televidentes. La idea de un grupo de jóvenes policías, que se infiltran en un entorno estudiantil para investigar distintos casos, logró una aceitada combinación que bebía de otros productos muy populares. Las estrellas del programa defendían la calidad del show y consideraban que más allá de la acción, había un discurso sobre los peligros que habitaban en el mundo de los adolescentes. En ese sentido, Peter DeLuise expresó: “El nuestro es un programa de acción, no de violencia”, mientras que Depp sobre el mismo tema comentó: “Esta es una ficción policial con consciencia y si alguien puede aprender algo sobre ella, es genial”. En muchos casos, cada episodio finalizaba con un institucional que buscaba concientizar sobre distintas problemáticas como el consumo de drogas, las enfermedades de transmisión sexual, o el abuso.
Sin lugar a duda, Comando especial era una fórmula perfecta. El cierre de su primera temporada dejó números de rating extraordinarios y en más de una oportunidad le ganó a ciclos muy populares como el periodístico 60 minutos. Irónicamente, gran parte de su éxito tenía que ver con Johnny Depp, la estrella en ascenso que en lo más profundo de su ser, quería ver arruinado ese programa para liberarse de él. Y ese deseo, pronto se convirtió en su objetivo.
Depp al ataque
De la noche a la mañana, Johnny era la máxima estrella adolescente. Sus pósters inundaban las habitaciones de miles de jóvenes que no podían más que enamorarse de su carismático personaje, pero Depp odiaba eso profundamente. Su deseo de convertirse en un actor de prestigio, se licuaba en forma de cartas de amor que recibía de sus fans. Él no quería ocupar ese lugar y si para revertir eso tenía que boicotear su propio éxito pues lo haría...
Luego de la segunda temporada, el actor hizo lo imposible por zafarse de su contrato, pero le resultó imposible. Por ese motivo, hizo del tercer año un calvario para los productores. Durante la grabación de los nuevos episodios, Depp improvisaba sus líneas, no respetaba lo que figuraba en el guion y empezó a hacer todo tipo de sugerencias absurdas en lo referido a la evolución de su personaje. Durante meses insistió con que Tom Hanson debía tener un fetiche con la crema de maní y que por ese motivo, sus compañeros debían sorprenderlo embadurnando su cuerpo desnudo con ese dulce.
Cuando Depp consideraba que ya había trabajado suficiente y quería irse sí o sí, comenzaba a ingerir grandes dosis de chocolate, algo que no sería un problema si no fuera por su gran alergia al cacao. De este modo, se inducía descomposturas y severas reacciones alérgicas de todo tipo, que lo obligaban a viajar de urgencia a un hospital. Pero los productores no cedían y Depp no tuvo más remedio que protagonizar la cuarta temporada de Comando especial. Hasta que sucedió lo inesperado: el rating comenzó a bajar.
Un final sorpresivo
La serie era un suceso del que todos querían participar. Nombres como Brad Pitt, Jason Priestley, Josh Brolin o Bridget Fonda pasaron por algunos episodios, mucho antes de ser grandes estrellas. La popularidad era tan grande, que hasta se barajó (sin éxito) un spin off llamado City Court, focalizado en el proceso judicial de muchos casos que aparecían en Comando especial. Por otra parte, la tensión con Depp ya era insoportable y los guionistas atentos a una renuncia intempestiva (aún violando un contrato firmado), decidieron presentar un sucesor natural del protagonista, un nuevo policía llamado Dennis Booker (interpretado por Richard Grieco). Y mientras la serie planeaba su futuro, el descenso de la audiencia llevó a Fox a cancelarla luego de su cuarto año.
Sorpresivamente, el ciclo fue comprado por inversores privados y una quinta temporada de Comando especial se puso en marcha. En ese punto, Depp le avisó a sus abogados que no pensaba respetar el contrato firmado, y que se bajaba del show. Luego de una extensa negociación, las partes se pusieron de acuerdo y el intérprete quedó liberado (en ese punto, su carrera en cine contaba ya con grandes películas como Cry Baby, o El joven manos de tijera). Junto a Depp, también se retiraron otros de los miembros originales del elenco y del equipo de producción. Por este motivo, la quinta temporada no mantuvo el piso de calidad habitual, los episodios resultaban poco interesantes y los nuevos personajes no conectaban con el público. De esa manera, lejos del éxito inicial, la ficción llegó de forma muy apagada a su fin, en el episodio número 103 emitido en abril de 1991.
La huella que dejó Comando especial es ineludible. La serie renovó la lógica de los policiales en la pantalla chica y su permanencia en el imaginario de los televidentes permitió el estreno de una versión cinematográfica que tuvo dos entregas, una en 2012 y otra en 2014. Y a casi quince años de su primer episodio, los fans que se cruzaron con esta propuesta, aún conservan el grato recuerdo de esta historia, de su pegadiza cortina musical, y de Johnny Depp en el papel que, mal que le pese, le permitió conquistar al público del mundo.
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